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Los costes de la guerra

Fuentes: Rebelión

La lectura de prensa, como la mirada de los medios, o el repaso a la actualidad cotidiana, está preñada de una miopía ideológica, a menudo de una ceguera interesada. Para devolver una cierta perspectiva a las cosas de la vida se necesita distancia, un margen de objetividad, que en ocasiones nos puede venir de la […]

La lectura de prensa, como la mirada de los medios, o el repaso a la actualidad cotidiana, está preñada de una miopía ideológica, a menudo de una ceguera interesada. Para devolver una cierta perspectiva a las cosas de la vida se necesita distancia, un margen de objetividad, que en ocasiones nos puede venir de la historia, de contemplar los hechos a través de distintas vicisitudes históricas.

Se ha filtrado a la prensa un informe judicial sobre los costes que la violencia política habría causado. Y no es mi intención polemizar en un tema tan delicado, que tantas espinas encona y tantas ampollas levanta. Pero, por precisar, se incluye en esa relación la lista de bajas, la cuantía de los estragos, los daños materiales, la indemnizaciones a las víctimas, los gastos en tanquetas y vehículos blindados, en escoltas, en empresas y servicios de seguridad, el coste del cierre de la central nuclear de Lemóniz… No me queda claro si en esa relación se incluyen las medallas del general Rodríguez Galindo o los honorarios por el interrogatorio de Mikel Zabaltza.

¿Se contabiliza como coste terrorista el cierre de una central que era una amenaza temible para la población? ¿Todavía se defiende la legalidad franquista origen de aquella central nuclear clausurada? Los «costes» de cerrarla a tiempo, de acuerdo con la voluntad general de la población más que demostrada, ¿no son menores que el imprevisible precio de un accidente nuclear a gran escala, similar al de Tchernobil?

¿Esta visión responde a la violencia que ha sufrido nuestra población? Con informes semejantes, ¿no nos están poniendo unas anteojeras cuya perspectiva de la realidad es tan penetrante como la de unas gafas de madera?

Como decía, apliquemos a la versión cotidiana de la actualidad, descontextualizada, ideológica, una cierta distancia y el contraste que ofrece la historia. Así, si hablamos de costes de la violencia en nuestra tierra, ¿a qué cuantía ascienden las pérdidas por la ocupación española? ¿Se ha calculado el coste de los estragos de la campaña del Duque de Alba? ¿A cuánto ascienden los pillajes de la tropa? ¿Cuántas cosechas se perdieron por aquella guerra? ¿Cuántos pueblos, cuántos caseríos y haciendas han ardido en las incursiones del ejército ocupante? ¿Se han contabilizado alguna vez los muertos en campaña, las degollinas, las mujeres violadas, el ganado robado, las eras incendiadas?

¿Se han pagado alguna vez indemnizaciones por las víctimas de las guerras liberales, por los fusilados del 36, tras la rebelión militar contra la República española, los muertos en los bombardeos de Durango o Gernika, en revueltas, matxinadas, Gamazadas o cualquier otra infame represión de cualquier época? ¿Cuáles fueron las pérdidas humanas, en trabajadores muertos, en los campos de Noain? ¿Qué perjuicio causó a la cosecha la falta de braceros asesinados por la tropa española? ¿Qué balance de resultados ofrece el asalto, incendio y masacre de la población donostiarra el 31 de agosto de 1813 por las tropas al servicio de la corona española?

¿A cuanto asciende la descapitalización del país por el pago ininterrumpido de cupos, deudas de guerra, tributos, vasallajes y demás exacciones económicas? ¿Cuánto suma la pérdida de previsiones por falta de inversiones en formación, en desarrollo, en universidades, en investigación, en fomento de la cultura, la ciencia, la propia lengua? ¿La marcha del país de jóvenes en masa, tras la derrota de las carlistadas, por no hacer las quintas, en la guerra del 36, en las dictaduras, por el hambre de siglos, se ha considerado alguna vez como fuga de capitales? ¿Cuánto valor añadido se ha dilapidado en nuestra economía por la rancia tradición hispana de «que inventen ellos»?…

¿Cuántas horas de trabajo perdidas se registraron en las huelgas obreras contra el Juicio Sumarísimo de Burgos, a causa de la ocupación militar española? ¿O esas pérdidas económicas también han de adjudicarse a la violencia señalada?