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Los ‘Documentos palestinos’: las graves concesiones palestinas no hallaron sino un absoluto rechazo israelí

Fuentes: Comité Nacional de BDS

Traducción para Rebelión de Loles Oliván

Los cambios revolucionarios que se están produciendo en todo el mundo árabe y que erosionan el poder de Israel en la región, convierten a [la campaña de] Bloqueo, Desinversión y Sanciones (BDS) en una estrategia fundamental del pueblo palestino en la lucha global para que Israel rinda cuentas y para hacer valer nuestros derechos inalienables en virtud del derecho internacional.

La reciente exposición pública de un gran número de documentos relacionados con el «proceso de paz» patrocinado por Estados Unidos entre Israel y responsables palestinos proporciona las pruebas, si es que eran necesarias, no sólo de la disposición de los poco representativos «negociadores» palestinos para abandonar derechos palestinos esenciales, sino también del rechazo de Israel y de su falta de voluntad para negociar incluso una paz injusta e insostenible. Los documentos filtrados revelan también la presión empleada por «los agentes de la paz» internacionales al obligar a los representantes -no electos- palestinos a ponerse al servicio de la agenda expansionista de Israel y de su programa colonial entregando los derechos del pueblo palestino sancionados por Naciones Unidas. Ahora está más claro que nunca que las denominadas negociaciones nunca se basaron en los principios del derecho internacional y los derechos humanos y que nunca promovieron la paz justa.

Con las revoluciones populares apuntándose triunfos inmensos en la región, en particular en Egipto, contra los regímenes despóticos profundamente implicados en la protección de Israel y que cómplices de sus crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, la impunidad de Israel, la intimidación y el poder de «disuasión», así como su capacidad de mantener la ocupación, el colonialismo y el apartheid sobre el pueblo palestino han quedado substancialmente debilitados. La velocidad con que la democratización y la libertad se están afianzando en Túnez, en Egipto y en otros países árabes gobernados por regímenes autoritarios aumentará, sin duda, la resistencia popular palestina, incluyendo al movimiento de boicot, de una manera sin precedentes.

A la luz de estos cambios radicales en la región, el Comité Nacional de BNC hace un llamamiento a la gente de conciencia en todo el mundo para que vean estos documentos («Documentos de Palestina») como el último clavo del ataúd del llamado «proceso de paz». Instamos a la sociedad civil internacional y a los ciudadanos del mundo interesados a que redoblen el apoyo a la alternativa más ética, más coherente y eficaz: una estrategia digna y basada en los derechos para una paz justa, en concreto la Campaña global de BDS liderada por la sociedad civil contra Israel hasta que éste acate el derecho internacional y respete los derechos inalienables del pueblo palestino.

Los documentos recientemente publicados incluyen protocolos, mapas y la correspondencia de casi 10 años de negociaciones políticas, incluidas las reuniones directas entre las delegaciones palestina e israelí y las conversaciones preparatorias con responsables de Estados Unidos, así como los resúmenes de las numerosas reuniones en las que actores oficiales (y no oficiales) estadounidenses y europeos ejercieron presión sobre quienes parecían ser flexibles homólogos palestinos. Una serie de documentos de las reuniones preparatorias de la última ronda de las fracasadas cumbres de la paz (Conferencia de Annapolis, de 2007) documenta el rechazo por parte de Israel de una plataforma común basada en el modelo tradicional de paz a través de dos Estados, es decir, un Estado palestino al lado de Israel, y los esfuerzos persistentes de la entonces primera ministra israelí, Tzipi Livni, para arrancar el reconocimiento del concepto racista de «Estado judío» por parte de los negociadores palestinos que se negaron a adherirse a tal dictado. En palabras de Livni, «Soy abogada… Pero estoy en contra del Derecho; en particular del Derecho internacional. Del Derecho en general», palabras pronunciadas durante una sesión de negociación que ponen de manifiesto el desprecio de Israel por el derecho internacional y por los derechos palestinos.

Aunque los «Documentos de Palestina» no han revelado ninguna novedad relevante desconocida para los observadores interesados palestinos e internacionales, han pintado una imagen detallada de un proceso de negociación caracterizado por la falta de respeto de las normas éticas y legales, sin responsabilidad alguna (sobre todo en el lado palestino ), y lleno de una flagrante falta de voluntad de Israel y de los actores internacionales para hacer frente a los verdaderos obstáculos de una paz justa, es decir, la práctica constante de apartheid, colonialismo y ocupación por parte de Israel.

En resumen, los «Documentos de Palestina» ofrecen una visión de la realidad de 20 años de hacer «la paz» que ha fracasado porque Estados Unidos y el Cuarteto de patrocinadores han ignorado lo que Naciones Unidas ha reconocido al menos desde 1974, es decir, que el ejercicio de los derechos inalienables a la autodeterminación, la independencia y la soberanía del pueblo palestino, y el retorno de los refugiados palestinos a sus hogares y propiedades de los que fueron arrancados, constituyen las condiciones previas para alcanzar una paz justa (Resolución 3236 de la Asamblea General de Naciones Unidas). En otras palabras, se debe poner fin al sistema israelí de opresión a tres niveles antes de que cualquier negociación de paz pueda tener éxito real. Las conversaciones de paz deben estar condicionadas al reconocimiento por parte de todas las partes de la aplicabilidad de los preceptos pertinentes del derecho internacional, los principios de los derechos humanos y los derechos inalienables de la población indígena palestina, entre los que se encuentra el derecho a la autodeterminación. Después las negociaciones podrán centrarse en las modalidades y en los plazos de aplicación de la ley internacional.

La campaña de BDS contra Israel presenta una alternativa estratégica sobre esta base. Guiados por el llamamiento de BDS de 2005, la campaña BDS liderada por la sociedad civil palestina se centra en los derechos integrales del pueblo palestino y se esfuerza para realizarlos a través del desmantelamiento del régimen discriminatorio y opresivo de Israel sobre el pueblo palestino en su totalidad. En concreto, el llamamiento de BDS pone de relieve los tres derechos fundamentales que constituyen los requisitos mínimos para que el pueblo palestino pueda ejercer su derecho a la autodeterminación: poner fin a la ocupación de 1967 y a la colonización; poner fin al sistema institucionalizado y legalizado de discriminación racial contra los ciudadanos palestinos de Israel, y reconocer y ejercer el derecho de los refugiados palestinos a regresar a sus hogares de origen y recibir reparaciones. Sólo así podrá construirse una paz global y duradera.

Los ciudadanos palestinos de Israel han hecho frente durante más de seis décadas a un sistema de discriminación consagrado en la ley. Este sistema se está afianzando en la actualidad a través de una serie de nuevas leyes que tienen por objeto socavar los derechos palestinos en todos los ámbitos de la vida. En este momento crucial, la exigencia de que los 1.3 millones de ciudadanos palestinos de Israel, que constituyen una quinta parte de la población De este Estado, disfruten de plena igualdad es más importante que nunca. Cualquier propuesta de una paz justa debe consagrar esta exigencia fundamental por la igualdad.

En cuanto a los refugiados, a finales de 2008, había por lo menos en 7,1 millones de palestinos desplazados, lo que representa un 67% de toda la población palestina (10.6 millones) en todo el mundo. Entre ellos se encontraban por lo menos 6.6 millones de refugiados y 427.000 desplazados internos. La negación del derecho de los refugiados a regresar ha sido descrita por el profesor John Dugard, ex Relator Especial de la ONU sobre Derechos Humanos en el territorio palestino ocupado, como «quizá la mayor injusticia del período posterior a la Segunda Guerra Mundial, y ciertamente la más prolongada en el tiempo». El derecho al retorno está en el corazón de la cuestión de Palestina.

Arraigado en un siglo de lucha palestina popular y no violenta contra el colonialismo de asentamientos así como, posteriormente, contra la desposesión y el apartheid, y en gran parte inspirada por la lucha heroica contra el apartheid en Sudáfrica, la Campaña BDS por los derechos de los palestinos ha conseguido importantes éxitos desde su lanzamiento hace menos de seis años, lo que confirma la eficacia de su enfoque basado en los derechos. Dos acontecimientos recientes demuestran el espectacular crecimiento de la influencia de la Campaña. Hace unas semanas, 155 académicos israelíes, incluyendo israelíes premiados, han pedido un boicot al Instituto Ariel, por estar erigido en una colonia en territorio palestino ocupado, en contravención del derecho internacional. En el mismo tiempo, las Federaciones Judías de Norteamérica anunciaron un fondo de 6 millones de dólares para hacer frente a las iniciativas de BDS y de otros acusados de promover la «deslegitimación» de Israel. Los dos ejemplos, junto con la caracterización del BDS como una «amenaza estratégica» por altos funcionarios israelíes, demuestran que el movimiento BDS tiene una vibrante y creciente faceta israelí, está creando un importante temor entre el stablishment israelí de convertirse en el paria del mundo al igual que ocurrió con Sudáfrica. La acción visible y eficaz de BDS está alcanzando victorias sorprendentes y reales contra el apartheid israelí y contra sus instituciones cómplices y, a su vez, está creando un reto al consenso colonial en la sociedad israelí.

En respuesta a la publicación de los «Documentos de Palestina» el Comité Nacional Palestino de BDS reitera la importancia de reconocer y aplicar el conjunto de los derechos de todos los palestinos y la necesidad de alternativas creíbles, en particular BDS, contra Israel hasta que cumpla con sus obligaciones en virtud del derecho internacional y respete los derechos palestinos. Como el arzobispo Desmond Tutu escribió una vez: «Yo no estoy interesado en recoger las migajas de la compasión lanzadas desde la mesa de alguien que se considera mi amo. Quiero el menú de derechos completo».

Fuente: www.bdsmovement.net/?q=node/794