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Los dólares de Hizbulá reflotan la economía libanesa

Fuentes: El Mundo

El dinero que la milicia chií distribuye entre las víctimas de la guerra alivia las maltrechas finanzas de la población

La languideciente economía libanesa ha recibido una pequeña inyección de energía gracias a Hizbulá. Las decenas de millones de dólares que el grupo chií está distribuyendo entre la población han contribuido a reanimar un poco las finanzas del país de los cedros, según estiman algunos economistas y banqueros. El efectivo que el Partido de Dios ha donado a muchas familias sin hogar para ayudarlas a alquilar casas y comprar muebles, ha estimulado la actividad económica de un país paralizado por la guerra.

Cada familia afectada ha recibido entre 10.000 y 12.000 dólares (entre 7.800 y 9.400 euros) en billetes contantes y sonantes. Fuentes de Hizbulá estiman que en total 30.000 familias recibirán indemnizaciones, aunque se niegan a revelar la cantidad de dinero de que dispone el partido. Pero la cuestión que se preguntan muchos es: ¿A través de qué canales está obteniendo el grupo chií esta suma? Es imposible rastrear el dinero en cash que circula en maletines. Los bancos también han notado que grandes cantidades de billetes estadounidenses están en circulación, en un momento en el que todo el sistema financiero del país y los canales de distribución de dinero convencionales sufren una escasez preocupante de dólares.

«Hizbulá ha sentido que debe aliviar a la población víctima de los estragos de la guerra y ha distribuido importantes fondos. Pero no podemos saber el total, porque no proceden de los bancos, sino de remesas de efectivo», estima el gobernador del Banco del Líbano, Riad Salame, en entrevista con EL MUNDO.

Un alivio para los afectados

Pero dudas aparte, lo cierto es que el Partido de Dios ha inyectado dinero en las maltrechas finanzas libanesas y los billetes estadounidenses que está regalando a cada familia acabarán repercutiendo de un modo u otro en el mercado, aunque hay divergencias de opinión sobre si su impacto será importante o no.

«Será sobre todo un alivio para los afectados, pero no considero que vaya a tener mucho impacto en la economía. Este dinero no acabará en los bancos, ya que los clientes deben dar una explicación cada vez que ingresan una gran cantidad de dinero y en esta ocasión no pueden determinar su procedencia», señala Salame.

«Una inyección de capital es buena porque recrea cierta actividad económica, pero no es la solución para relanzar nuestras finanzas. Primero hay que levantar el bloqueo y resolver los problemas de la reconstrucción. Y después habrá que restaurar la confianza en nuestro mercado», añade el responsable del Banco Central libanés. Otros sí que consideran que los dólares del Partido de Dios tendrán un efecto económico positivo e inmediato. «La inyección de efectivo ayudará a mejorar los recursos monetarios del país. Ahora tenemos un exceso de billetes de dólar en el mercado», estima el economista Marwan Iskander en el rotativo beirutí Daily Star.

Lo más sorprendente es que mientras, la libra libanesa se ha mantenido a flote, incluso durante la guerra, periodo en que podía haber caído en picado. «El conflicto ha sido una sorpresa para nosotros, pero los mercados han reaccionado con calma y la moneda libanesa se ha mantenido estable», indica Salame.

El gobernador del Banco del Líbano explica que para ello, las autoridades compraron dólares y transfirieron los depósitos fuera del país. También ha contribuido a mantener estable la libra el que Arabia Saudí depositara 1.000 millones de dólares en el Banco Central, que se añaden a los 500 millones que Kuwait aportó para el mismo fin.

La Bolsa de Beirut permaneció cerrada durante la mayor parte del conflicto y en su reapertura, el 1 de agosto, mantuvo los límites de volatilidad. «Bajo estas condiciones, tenemos seis meses para resistir el embate financiero. Los bancos libaneses son muy sólidos», opina Wisam Fleyhan, economista del Fransabank, importante banco beirutí.

Sin embargo, la guerra sí tendrá fuertes repercusiones para la inflación. «Estimábamos una tasa del 4% este año, pero debido al bloqueo y la escasez, hemos revisado la cifra hasta el 6 o 7%», afirma el gobernador. Lo mismo ocurre con la tasa de crecimiento, que este año prometía un espectacular 5% tras superar la crisis política de 2005, y que podría alcanzar ahora una tasa negativa del la misma magnitud si se cumplen las peores previsiones.