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Los dos rostros de Kerry o ¿lo mismo da Juana que su hermana?

Fuentes: Rebelión

El flamante candidato demócrata, John Kerry, viene asumiendo un doble discurso y presentado dos rostros, es decir, una actitud bifronte que comienza a perfilar un posible presidente no tan demócrata como podía presumirse y si bastante injerencista en aquellos países donde Norteamérica apetece sus riquezas, más si ésta es la energía que mueve maquinarias e […]

El flamante candidato demócrata, John Kerry, viene asumiendo un doble discurso y presentado dos rostros, es decir, una actitud bifronte que comienza a perfilar un posible presidente no tan demócrata como podía presumirse y si bastante injerencista en aquellos países donde Norteamérica apetece sus riquezas, más si ésta es la energía que mueve maquinarias e industria.

En su política hacia Latinoamérica, más allá de la vacía retórica democratista y un tibio discurso que no se sale de algunos lugares comunes de los candidatos presidenciales norteamericanos de los últimos 12 años, Kerry parece rodeado de un conjunto de asesores de la extrema derecha, aún más, de los sectores de la gusanera cubano-mayamense (esos que 4 años atrás le hicieron trampa a su camarada Al Gore, y mediante fraude hicieron ganar a Bush) quienes le preparan sus declaraciones y no es que lo hacen decir torpezas y cometer notorios errores políticos, sino que lo alinean en la política contra los pueblos. A veces pareciera que tiene dos equipos y, por tanto, asume dos posiciones políticas, una democratista, formal, dentro del discurso tradicional norteamericano que habla de respeto a los derechos humanos y que, en el caso específico de Latinoamérica, no apoyará gobiernos surgidos de golpes de Estado.

Dicha declaración se interpreta como una crítica al gobierno fascista de Busch que apoyó al golpe -por su gobierno organizado y financiado- contra el presidente constitucional de Venezuela, Hugo Chávez. Esas declaraciones lucen tranquilizadoras porque dan la sensación que de llegar al poder podría cesar la ingerencia abierta -y encubierta- del gobierno y el Estado norteamericano en los asuntos venezolanos. Días después Kerry hace otras declaraciones donde le exige -el tono es conminatorio- al presidente Chávez honestidad y respeto en el proceso de referéndum.

Al leer tan torpes e injerencistas declaraciones -que no son las únicas, sino las últimas- no puede uno menos que asombrarse de o la torpeza de Kerry o la torpeza de sus asesores que lo hacen meter la pata de esa manera. Resulta que Kerry es heredero de la cobardía de Al Gor, el ex candidato demócrata que hace 4 años atrás se dejó robar la presidencia de los Estados Unidos, un partido demócrata bobalicón que cedió ante la turba de tramposos y tracaleros que prepararon el fraude electoral que le dio la presidencia al demente y criminal Bush, instrumento de los grupos ultraderechistas y ultraconservadores de la gran burguesía norteamericana y su oligarquía, de las transnacionales petroleras y los grupos armamentistas, quienes han impuesto la política de las ‘guerras preventivas’, las invasiones coloniales a Afganistán e Irak para controlar su petróleo y el nuevo reparto del mundo.

Nada dice Kerry del anacrónico sistema electoral norteamericano de segundo grado y nuevamente el partido demócrata cayó en la trampa guerrerista de Bush y el tema de la reforma de dicho sistema no se produjo y el pueblo norteamericano va en noviembre a unas elecciones donde las cartas están marcadas, donde las causales del fraude que llevaron a Bush al poder, permanecen intactas.

¿Por qué Kerry, entonces, ataca a Chávez cuando su enemigo lo tiene al lado? Más allá de las diferencias con Bush, hasta ahora formales, con relación a la brutal guerra de Irak donde el candidato demócrata no dice nada parecido a lo dicho, por ejemplo, por el presidente Zapatero, que sacaría a España de aquel infierno como lo hizo, es decir, que de ganar Kerry va traerse las tropas norteamericanas del invadido país y dejar que los iraquíes resuelven sus problemas, ataca a Venezuela y deja entrever que de ganar, continuará las políticas injerencistas de Bush.

Tendremos, finalmente, que decir, refiriéndonos esas dos candidaturas: ¿lo mismo da Juana que su hermana?