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Los países musulmanes ponen sobre la mesa de la AIEA el arsenal nuclear israelí

Fuentes: Gara

Por primera vez desde 1991, los gobiernos de 17 países de mayoría musulmana han incluido en el orden del día de la Agencia Internacional para la Energía Atómica una resolución contra el no declarado arsenal nuclear israelí. Si no se repiten las maniobras que con anterioridad han frustrado en el último momento intentos similares, los […]

Por primera vez desde 1991, los gobiernos de 17 países de mayoría musulmana han incluido en el orden del día de la Agencia Internacional para la Energía Atómica una resolución contra el no declarado arsenal nuclear israelí. Si no se repiten las maniobras que con anterioridad han frustrado en el último momento intentos similares, los países occidentales, en plena cruzada contra el programa nuclear iraní, oficialmente pacífico, se verán forzados a posicionarse sobre el hecho de que su aliado en Oriente Medio es, a día de hoy, la única potencia nuclear en la conflictiva región.

Quince países árabes, Indonesia e Irán se han unido para inscribir en el orden del día de la asamblea general de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) un proyecto de resolución que denuncia las capacidades y amenazas nucleares de Israel.

«Por vez primera desde 1991 ­cuando una resolución similar fue adoptada­, estos países parecen dispuestos a llegar hasta el final en su voluntad de que se trate este tema», confirmó un diplomático occidental de la agencia, con sede en Viena.

Esta misma fuente aventuró que, «si el proyecto de resolución se mantiene, hay posibilidades de que sea adoptado», ya que pondría entre la espada y la pared a las potencias occidentales, que forzaron a comienzos de año que el Consejo de Gobernadores, órgano ejecutivo de la AIEA, adoptara una resolución condenando el programa nuclear iraní.

En el pasado, proyectos similares han sido evocados pero nunca han llegado a ser inscritos formalmente en el orden del día. En esta situación, Israel no ha tenido reparo ­o vergüenza­ alguno en mostrar su apoyo a una propuesta formulada por Egipto a favor de un Oriente Medio sin armas nucleares.

A tenor del tono de lo filtrado por el diplomático a la agencia France Press, los gobiernos occidentales podrían tratar de sortear la resolución apelando a las «circunstancias», y recordando que sólo han pasado seis semanas del final de la crisis de Líbano. Pero este mismo diplomático confesó que «es verdad que el conflicto de Líbano complica el asunto, pero no se puede esperar esta vez una marcha atrás como el pasado».

Uno de los principales promotores del proyecto de resolución, el representante sirio ante la AIEA, Ibrahim Othman, señaló delante de los 141 miembros de la agencia que «la agresión criminal (de israel) contra Líbano y la agresión continua contra Palestina» convierten precisamente en «más urgente» la adopción de una resolución contra el arsenal nuclear israelí.

El debate de esta resolución pondría en un verdadero aprieto a los gobiernos occidentales y les forzaría a posicionarse sobre el arsenal nuclear israelí, una cuestión poco evocada por Tel Aviv. El diplomático que filtró los debates a la agencia francesa recordó que, en todo caso, y al contrario que Irán, Israel no es signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNT). Obvió, en todo caso, que este hecho supone que Israel está muy lejos de Irán a la hora de mostrar su disposición a someter al arbitrio internacional sus programas nucleares.

El Estado israelí no reconoce oficialmente disponer del arma nuclear, aunque la mayoría de los expertos coinciden en que cuenta con, por lo menos, 200 cabezas nucleares.

El pasado miércoles, el representante israelí insistió ante la AIEA en reiterar sus amenazas contra Irán. Lo mismo hizo la ministra de Exteriores hebrea, Tzipi Livni, ante la Asamblea General de la ONU.

Pero esta vez parece que los países musulmanes han decidido retomar la iniciativa. Y las maniobras dilatorias son difíciles, toda vez que retirar la resolución del orden del día exigirá la unanimidad de los países que la han firmado, entre los que se cuentan Irán y Líbano.

Fuentes diplomáticas evocaron la posibilidad de que los occidentales se abstengan, lo que no impediría su aprobación.