Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Recientemente he mantenido correspondencia con Sid Shniad (1), miembro fundador de Voz Judía Independiente de Canadá (Canadian IJV) (2). Los que están familiarizados con mis escritos saben perfectamente que soy extremadamente crítico de toda forma de activismo político judío, porque considero que es un discurso de orientación racial.
Sin embargo, por interesado que esté en entrar en detalles sobre el tema, un verdadero diálogo con activistas políticos judíos es prácticamente imposible. Los paladines políticos étnicos activistas políticos judíos tienen mucho que perder. Tienen plena conciencia de la contradicción categórica entre el objetivo de valores universales y el activismo tribal. Tienen mucha incoherencia e inconsecuencia que ocultar.
Sid, sin embargo, era diferente, aunque no estamos de acuerdo en muchas cosas, hemos logrado mantener un diálogo abierto y fructífero. Fue muy útil y encaró cada tema de un modo muy positivo.
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Gilad: Hola Sid, comenzaré con una pregunta muy breve. Presuponiendo que eres un ser humano laico, ¿qué te convierte en judío? ¿Y qué significa que operar políticamente como judío?
Sid: Vengo de una prolongada línea de judíos irreligiosos. Mi bisabuelo fue rabino en Polonia, pero desde entonces ha habido muy poca religión en mi familia. Mi padre no hizo su bar mitzvah, pero se identificaba fuertemente como judío.
Parte de su identidad provenía de su experiencia con el antisemitismo. Como joven fue excelente alumno en el City College de Nueva York. Quería desesperadamente ser médico, pero fue excluido de la escuela de medicina por la existencia de estrictas cuotas que limitaban la admisión de judíos.
Además, a pesar de todo, él (y mi madre, quien también era de una familia irreligiosa) se hicieron comunistas durante la Gran Depresión. Lo vieron como un paso lógico a tomar como reacción ante lo que consideraron como una sociedad fundamentalmente injusta. Siempre pensé que se hicieron comunistas por la razón correcta – para trabajar por la justicia social universal – y que dejaron de ser comunistas por la razón correcta, cuando supieron de las denuncias de los crímenes de Stalin por Jruschov.
Para mí, crecido durante la era de McCarthy en EE.UU., ser judío y ser activo en la busca de la justicia social eran una y la misma cosa.
Gilad: Sigo a oscuras sobre tu identidad política judía. Ahora estoy más familiarizado con tus antecedentes familiares, con tu padre perseguido por ser judío y con la decisión de tus padres de ser comunistas. Es una historia muy familiar con la cual puedo identificarme, sin embargo, esperaría que la transformación al comunismo y a la ‘justicia social universal’, debiera haber llevado a tus padres a abandonar su afiliación tribal. ¿Voy por el camino equivocado al respecto? Formularé de otra manera mi pregunta inicial: ¿Qué te convierte en judío? ¿Y qué significa para ti operar políticamente como judío?
Sid: Había muchos judíos comunistas que se siguieron considerando judíos, Gilad. Deduzco de tu pregunta que para ti es inconsecuencia.
Gilad: En realidad tienes razón. También podría recordarte que Lenin entró en detalles sobre el tema cuando criticó al Bund en 1903. La inconsecuencia es obvia, ya que la brecha entre los tribal y lo universal es irreconciliable.
Sid: No eres el único con ese punto de vista. Tanto judíos como no-judíos tienden a ver la religiosidad como central en el ser judío.
Gilad: De ninguna manera, tengo plena conciencia de que el ser judío es una identidad coherente y sin embargo es racialmente orientada. Por ello, no llego a comprender la pretensión de la afirmación del ‘activismo progresista judío’ y del ‘humanismo.’ La cuestión que hay que considerar es ¿cómo se reducen las diferencias entre la identidad tribal, secular, racialmente orientada (es decir el ser judío) y lo universal (es decir el comunismo y el humanismo)?
Sid: Cuando joven leí el libro de Isaac Deutscher «Los judíos no-judíos», en el que argumentó que existe una antigua tradición de herejía judía que pertenece a una cierta tradición judía. En sus filas Deutscher incluyó a
Spinoza, Heine, Marx, Rosa Luxemburgo, Trotsky, y Freud. Todos ellos fueron claramente más allá de los límites de la religiosidad convencional. (Mi padre fue un gran admirador de Deutscher.)
Gilad: Eso es evidentemente correcto, se puede agregar a la lista a Otto Weininger, Simon Weil y a Cristo, y sin embargo, el hecho de que algunos judíos hayan sido grandes humanistas no resuelve el problema. Como probablemente sabes, Spinoza, Marx, Rosa Luxemburgo y Trotsky no operaron políticamente como judíos. Fueron humanistas que resultaron ser de ascendencia judía. Sin embargo tú eres diferente, operas políticamente como judío. En otras palabras, no me dejas otra opción que hacerte de nuevo la misma pregunta: ¿Qué te convierte, Sid, en judío? ¿Y qué significa para ti, Sid, operar políticamente como judío?
Sid: Señalas que los judíos humanistas no han tendido a operar políticamente como judíos, pero muestras curiosidad sobre mi experiencia, porque dices que yo opero políticamente como judío.
Gilad: Tratemos de ser exactos. Hice una nota de que los humanistas que mencionaste no operaron políticamente como judíos. Sin embargo, me interesa tu caso porque operas políticamente como judío. Quisiera saber cómo salvas las distancias entre lo elegido y lo ordinario.
Sid: Durante la mayor parte de mi vida adulta, he sido activo en organizaciones no judías de solidaridad con Palestina, en trabajo contra la guerra, y la política de izquierdas y he resistido la participación en organizaciones que fueron identificadas como judías. Pero he llegado a la conclusión que judíos con una buena política sobre el tema de Israel y Palestina tienen un papel singularmente importante que jugar en el combate contra la influencia de las organizaciones sionistas reaccionarias que tienden a dominar la comunidad judía, y en el suministro de una crítica convincente del gobierno israelí.
Gilad: Ahora estoy muy contento porque por primera vez comienzas realmente a encarar mi pregunta. También admites que: «organizaciones sionistas dominan la comunidad judía.»
Sid: La comprensión de este hecho me condujo a entrar en actividad para crear Independent Jewish Voicess [Voces Judías Independientes] en Canadá en los últimos dos años, donde he descubierto que la presencia organizada de judíos que se oponen de modo militante a las organizaciones sionistas y al gobierno israelí provee espacio para respirar y un grado de confort para judíos y no-judíos que no se sienten bien con lo que Israel y sus aliados están haciendo, pero quienes han sido renuentes a salir del armario sobre estos temas.
Gilad: Respeto plenamente tu respuesta y aprecio la honestidad. Además, comprendo la necesidad de que haya judíos que se levanten y digan: ‘somos diferentes,’ ‘no aceptamos la hegemonía sionista dentro del mundo judío.’
Sin embargo, quiero compartir contigo algunas de mis preocupaciones y quisiera saber cómo encaras esos temas.
Chaim Weizmann dijo una vez: ‘no hay judíos estadounidenses o judíos franceses sino más bien judíos que viven en EE.UU. y judíos que viven en Francia.’ En otras palabras, el antiguo líder sionista sugirió que el ser judío es una cualidad política primordial. ¿No estarías de acuerdo en que actuar políticamente como judío reafirma la sugerencia de Weizmann? ¿Cómo puedes argumentar contra el argumento de Weizmann si eres miembro de un grupo político primordialmente judío?
Sid: Yo no diría que la declaración de Weizmann signifique que ser judío sea una cualidad política primordial. Más bien, la interpreto con el significado de que ser judío no es tiene relación con la nacionalidad.
Gilad: Puede que tengas razón cuando lo dices si te refieres a la realidad judía previa al Siglo XX, sin embargo, el sionismo tuvo mucho éxito en la transformación de ser judío en una identidad nacional, y como ya has admitido, con mucho éxito. Por doloroso y devastador que pueda ser, el sionismo es la voz dominante dentro del discurso judío contemporáneo.
Sid: Francamente, me sorprende que Weizmann haya hecho esa declaración, ya que el sionismo de la corriente principal tomó como responsabilidad propia la creación de una nación-Estado judía. Pero no siento la necesidad de rebatirlo.
Gilad: Respeto tu decisión de no rebatirlo. Sin embargo, me sorprende el motivo por el que te sorprende. De hecho, en cierta medida, una vez que operas políticamente como judío dentro de IJV Canadiense, tú mismo actúas como judío que vive en Canadá más que como un canadiense que resulta ser judío. En todo caso, continuemos.
Más de una vez he encontrado gente que me dijo: ‘Gilad, puedes decirlo porque eres judío.’ Mi reacción ha sido bastante radical. He descartado toda forma de privilegio judío. Consecuentemente, me niego categóricamente a operar como judío. Insisto en que cualquiera debe estar en condiciones de decir lo que él o ella siente, no importa cuál sea su origen étnico. Uno debiera poder criticar la industria del Holocausto o la narrativa oficial sionista del Holocausto a pesar de que su madre no haya sido una ‘superviviente del holocausto.’ Del mismo modo, uno tiene que tener derecho a criticar al poder judío a pesar de no estar física o mentalmente circuncidado. Obviamente me preocupa que el activismo político progresista judío suprima efectivamente el discurso. Eleva al elegido y silencia al ordinario. Quisiera saber qué piensas al respecto.
Sid: Estoy de acuerdo contigo de todo corazón. Por eso, durante toda mi vida, hasta el último par de años, mi activismo social-político ha tenido lugar afuera de organizaciones que son identificadas como judías.
Gilad: Estoy muy contento de oírlo de tu parte, como posiblemente lo sepas mis peores enemigos aquí, en el Reino Unido, son en realidad dos o cuatro autoproclamados ‘judíos progresistas.’ Que yo sepa, deben estar molestos conmigo porque he logrado segar la hierba bajo sus pies denunciando la severa incoherencia en todo activismo político progresista judío.
Sid: No obstante, más vale reconocer el infortunado hecho de que poderosas fuerzas sionistas han capitalizado sobre su ser judío y lo han utilizado para neutralizar y castigar a judíos y no-judíos que están fuera de lugar en el proyecto sionista o que critican los crímenes israelíes.
Gilad: En eso también estamos de acuerdo y, sin embargo, el problema es cómo enfrentar a la bestia sionista. Y es posible que haya que comenzar por preguntar dónde exactamente termina el sionismo y comienza el ser judío. Creo que ya que el sionismo y el ser judío son nociones dinámicas, el sionismo y el ser judío crean una amalgama versátil que cambia rápidamente y se plasma en muchas cosas diversas. Igualmente, creo que no existe una demarcación verdadera entre el sionismo y el ser judío. Sin embargo, ésa es mi visión, ¿pero cuál es la tuya?
Sid: He llegado a la conclusión de que existe un papel importante – no exclusivista – que los judíos pueden jugar en el combate contra las organizaciones sionistas y en la crítica de la conducta de Israel. Al mismo tiempo, sin embargo, sigo activo en organizaciones no-judías dedicadas a la solidaridad con Palestina y el trabajo contra la guerra.
Gilad: La manera como lo expresas es muy interesante y genuina y comprendo perfectamente tu actitud. En los hechos te deseo suerte.
En el pasado he publicado algunas duras críticas del argumento político ‘no en mi nombre.’ Argumenté que los que gritan ‘no en mi nombre’ en realidad echan la culpa a todos los demás. Considerando que Jewish Independent Voicess es un organismo miniatura, en realidad reafirmáis la fuerza del sionismo al aprobar su dominación total dentro de la comunidad judía. ¿Me pregunto cómo refutarías ese argumento?
Sid: En primer lugar, no comprendo cómo decir ‘no en mi nombre’ culpa a todos los demás. Se me escapa la lógica de eso.
Gilad: En realidad es bastante simple, una vez que te paras y gritas ¡No en mi nombre’ implicas que todos los demás que no se sumaron a tu coro están implicados en la culpa. Por ejemplo, los dos millones de británicos que marcharon en Londres gritando ‘no en mi nombre’ una semana antes de que la violencia estallara en Iraq, afirmaron que los 60 millones que se quedaron en casa aprobaban la política criminal de Blair. En realidad admitieron atolondradamente que se estaba a punto de cometer un crimen en nombre de la vasta mayoría del pueblo británico. En realidad es una táctica muy estúpida porque en realidad la mayoría del pueblo británico no apoyaba la guerra. Siguiendo una lógica parecida, una vez que Moishe, Chaim, Yatzek y otra docena de judíos gritan ‘no en mi nombre’ como judíos, afirman básicamente el hecho devastador de que los crímenes sionistas son cometidos en nombre de la totalidad del pueblo judío que no grita.
Sid, notarás que no culpo al pueblo judío como pueblo por dos razones principales:
- No conozco a todo el pueblo judío;
- Conozco suficientes judíos a los que les importan un bledo Israel y el sionismo.
Sin embargo, estoy sacando a la luz una cierta falla fundamental en el llamado ‘no en mi nombre.’ La leyenda del jazz, Charlie Haden, ha logrado presentar una solución muy brillante. Decidió llamar su proyecto de jazz contra la guerra ‘No en NUESTRO nombre.’ Obviamente tenía mucho sentido dentro del discurso del movimiento contra la guerra británico y estadounidense. La mayoría de los británicos y de los estadounidenses ciertamente se oponen a las guerras neoconservadoras. Sin embargo, no tiene sentido dentro del contexto del activismo político judío debido a que el hecho de que entre 55 y 500 judíos en todo el mundo gritan no en ‘nuestros’ nombres mientras otros millones participan activamente en la empresa asesina sionista hace que el proyecto judío progresista parezca patético. Afirma el llamado sionista.
Sid: De alguna manera, no pienso que ‘afirmar’ sea el término correcto en este caso. En su lugar, yo diría que la fuerza del sionismo dentro de la comunidad judía (y más allá) no puede ser negada.
Gilad: Me alegro escuchar que lo admites, porque parece que los así llamados paladines y activistas progresistas judíos étnicos a este lado del Atlántico siguen negándose a admitirlo.
Sid: De modo que una organización que es predominantemente judía (tenemos aliados no-judíos involucrados en IJV) tiene un papel muy especial que jugar en la lucha contra el sionismo.
Gilad: De nuevo, comprendo tu actitud, pero espero que también puedas ver que el ‘no en mi nombre’ no es necesariamente la táctica correcta. Todas esas listas de varios cientos de nombres judíos se ven un poco tristes en comparación con los muchos millones de judíos afiliados al activismo sionista de una u otra manera.
En breve, el hecho de que doscientos judíos protesten contra el crimen institucional sionista no va a vindicar al colectivo tribal judío.
Sid: ¿Podrías entrar en detalles?
Gilad: Golda Meir dijo en los años setenta que el matrimonio mixto es la mayor amenaza para la existencia judía. Ella expresaba en realidad un temor genuino ante la verdadera asimilación. Yo seguiría su forma de pensar y argumentaría que la mayor amenaza para el crimen institucional sionista es una verdadera asimilación política de los humanistas judíos.
En lugar de que haya judíos que operan como una quinta columna y guardabarreras dentro del movimiento de solidaridad, lo que necesitamos realmente son judíos humanistas como tú y otros que se unan a la lucha por el humanismo como iguales entre pares.
Sid, espero que no te importe que haga sólo una pregunta más antes de que concluyamos esta entrevista.
¿Existe algo como valores seculares judíos o una ética secular judía? El sionismo insistió en presentar una imagen de un sistema de valores secular judío. Fracasó, ¿pero hay alguna otra alternativa secular judía?
Sid: Toda mi relación con el ser judío ha sido secular. Algunos judíos religiosos y sionistas insisten en que, por ello, no soy judío.
Pienso que esa posición es ridícula y al mismo tiempo un testimonio del grado en el que el compromiso político y social secular, que fue dominante en la sociedad judía en el mundo moderno hace sólo cuarenta años, ha sido suplantado como característica definidora de la comunidad por un renacimiento de la religiosidad y el ascenso del tribalismo.
Quisiera pensar que mi activismo – en organizaciones judías así como no-judías – es la encarnación de una gran tradición judía que es digna de ser emulada.
Gilad: Sid, perdona que presente de nuevo la pregunta, ¿qué es esa ‘tradición judía’? A mi entender, los mayores humanistas de origen judío se opusieron realmente a la así llamada ‘tradición judía’, haya sido Cristo, Marx o Spinoza. Así que por favor, ayúdame: ¿cuál es exactamente el ‘sistema de valores secular judío’? ¿Puedo leer al respecto en algún libro de texto? Te lo pregunto porque verdaderamente he tratado de analizarlo, ciertamente encontré a muchos humanistas que resultaba que eran judíos pero ninguno de ellos se refería a su ética universal como resultado de alguna ‘tradición judía’ o por lo menos no de una secular. (3)
Sid: Como dije antes, Isaac Deutscher escribió un libro sobre el tema, llamado «Los judíos no-judíos,» en el que describió a gente como Spinoza y Marx y los ubicó en una tradición de oposición judía a los modos de pensar dominantes de la comunidad judía. Además, pienso que es esencial apreciar la cantidad desproporcionada de judíos que participaron en movimientos sindicales, de derechos cívicos, socialistas y comunistas a fines del Siglo XIX hasta fines de los años sesenta del siglo pasado.+
Gilad: Nuevamente volvemos al mismo punto: algunos judíos habían sido grandes humanistas. Pero seguramente puedes ver que tanto Marx como Spinoza se opusieron a la tradición judía en lugar de continuarla. Apuntaban al universalismo en lugar del tribalismo.
Sid: En vista de mi contexto personal, siempre vi esa participación como la esencia de ser judío. Ha sido un duro despertar para mí ver lo que ha sucedido en los últimos 40 años, un período en el que la paranoia judía, el egocentrismo y el tribalismo han llegado a dominar la comunidad judía, gracias en gran parte a la influencia de Israel y del sionismo.
Gilad: Sabes, Sid, tengo un ligero problema con tu último comentario. Si la ‘participación’ humanista es verdaderamente la ‘esencia de ser judío’, ¿cómo se explica que el sionismo en lugar del humanismo sea la voz dominante dentro del discurso judío contemporáneo? A diferencia de tu persona, yo no pienso que el ser judío tenga algo que ver con el humanismo. En los hechos considero el ser judío, o por lo menos su encarnación moderna, es decir el sionismo, como categórica e institucionalmente inhumano. Como tú, sin embargo, estoy de acuerdo en que algunos judíos son humanistas e incluso grandes humanistas. Mi interpretación de este maravilloso fenómeno es muy simple. Su grandeza es el resultado de su protesta y reacción contra su propia formación tribal.
Sid: Ahí es exactamente el punto en el que el activismo judío entra en juego. Quisiera ver que la comunidad judía se libera de esta influencia y vuelve a unirse a las filas de los que se ponen de parte de los oprimidos por doquier. Ojalá los esfuerzos de organizaciones como IJV contribuyan a que esa ocurra.
Gilad: Sid, vuelvo a desearte suerte. Ojalá llegues pronto allí. Gracias por tu tiempo y esfuerzo. Fue una experiencia instructiva hablar contigo. Ya que fui yo el que lanzó esta entrevista, quisiera darte la bienvenida para que digas la última palabra.
Sid: ¡Creo que la he dicho! ¡Salud!
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- Sid Shniad (Pronunciado «Chnaid») Sid es un expatriado estadounidense que vive en Vancouver, British Columbia. Participa activamente en los movimientos sindicales, contra la guerra y de solidaridad social, incluyendo StopWar.ca, la coalición contra la guerra basada en Vancouver, la Red de Apoyo Canadá-Palestina (CanPalNet), y una nueva organización nacional, Independent Jewish Voicess (Canada).
Creció en Los Ángeles durante la era McCarthy. A fines de los años sesenta, Sid asistió a la Universidad de California en Santa Cruz, donde estudió política y filosofía política. Para quedarse afuera del Ejército de EE.UU. durante la Guerra de Vietnam, enseñó en el barrio pobre del centro de Los Ángeles durante cinco años.
Sid ha vivido y trabajado en Vancouver desde 1974, donde ha estado empleado como Director de Investigación de la Unión de Trabajadores de Telecomunicaciones (TWU) basada en Vancouver, desde 1980.
La inspiración como activista de Sid viene de miembros de su familia, que fueron sindicalistas, socialistas y comunistas activos en los movimientos sindicales, de derechos cívicos y de justicia social.
- Independent Jewish Voicess (Canada) representa a judíos canadienses de diversas procedencias, ocupaciones y afiliaciones que tienen en común un compromiso con la justicia social y los derechos humanos universales. IJV promueve la expresión de voces judías alternativas, particularmente respecto a la grave situación en Oriente Próximo, que amenaza el futuro de israelíes y palestinos, así como la estabilidad de toda la región.
Creemos que los derechos humanos son universales e indivisibles y deberían ser defendidos sin excepción, incluidos Israel y los Territorios Palestinos Ocupados. Canadian IJV mantiene que no existe justificación para ninguna forma de racismo, sea antisemitismo, racismo antiárabe o islamofobia, bajo ninguna circunstancia.
IJV también insiste en que la batalla contra el antisemitismo es vitalmente importante y que es amenazada por la práctica reflexiva de estigmatizas la oposición a políticas del gobierno israelí como antisemita. Tratamos de recuperar la tradición judía de apoyo a las libertades universales, los derechos humanos y la justicia social.
- Emmanuel Levinas, quien trató de predicar ética judía al mundo insistiendo en que la ética nació en Jerusalén se refería en realidad al Talmud más que a cualquier escuela secular judía.