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Manifiesto de la isla de Garraitz. Día de la Tierra 2006

LURRA (Tierra) : Llamamiento para defender la Casa de Nuestra Madre

Fuentes:

El Día Mundial de la Tierra del año 2000, con el inicio del nuevo milenio, cien personas de diversos territorios y sectores populares de nuestro pueblo, suscribimos un manifiesto demandando de las instituciones una moratoria en la ejecución de un modelo de desarrollo insostenible, que amenazaba con convertir la milenaria Euskal Herria (Pueblo Vasco), en […]

El Día Mundial de la Tierra del año 2000, con el inicio del nuevo milenio, cien personas de diversos territorios y sectores populares de nuestro pueblo, suscribimos un manifiesto demandando de las instituciones una moratoria en la ejecución de un modelo de desarrollo insostenible, que amenazaba con convertir la milenaria Euskal Herria (Pueblo Vasco), en Euskal Hiria (Ciudad Vasca), un territorio sin señas de identidad donde nuestro ser como pueblo se sacrificaba en el altar de los intereses del capital especulativo.

Pedimos abrir un gran debate social, inexistente en la primera transición (transición de la dictadura del Generalísimo Franco a la Democracia Monárquica), sobre el modelo de desarrollo económico, social y cultural, que nos permitiese navegar en las aguas revueltas de la globalización capitalista sujetando en nuestras manos el timón de nuestro futuro. Pedimos consenso y recibimos imposición. Buscamos abrir instrumentos reales de participación donde poder reflejar los intereses populares y donde lo colectivo adquiriese carta de naturaleza, y se ha invertido en «desarrollo sostenible» entendido como marketing verde, con el objetivo de neutralizar la capacidad expansiva de las iniciativas populares.

En estos seis años lo único que hemos recibido de las distintas instituciones presentes en nuestro país ha sido una política de hechos consumados. En Zornotza, en Itoiz, en Castejón, en Garoña, con el Tren de Alta Velocidad, con la autopista Eibar-Gasteiz, con la Super Sur, con las incineradoras, con la cementación de la costa, con la especulación masiva en el mundo rural, con la política de vivienda, con las grandes superficies comerciales. Frente al debate social, imposición, imposición pura y dura, autoritarismo muchas veces camuflado tras el conflicto político que vive nuestro país, violencia estructural, criminalización de la disidencia y cierre de cualquier vía de participación real de la ciudadanía.

Frente a esta situación quienes suscribimos este nuevo manifiesto -y cuantas organizaciones y personas decidan sumarse al mismo-, hacemos un llamamiento a las mujeres y los hombres que aman su madre tierra, para abrir un proceso de acumulación de fuerzas en torno a un amplio Acuerdo Social de Futuro en base a un desarrollo democrático del hábitat vasco, que posibilite la apertura de una segunda transición en nuestro país tomando como base el documento presentado ante la ONU en la Cumbre Mundial de Johannesburgo de 2002 «Diálogo por la tierra. Porque otro modelo de desarrollo es posible y necesario». (www.amalurra.org)

Desde este llamamiento ofrecemos un espacio de encuentro para todos los sectores progresistas y que defienden el derecho de autodeterminación de los pueblos, a trabajar por abrir una segunda transición en Euskal Herria que pivote sobre las necesidades sociales y demandas sentidas de quienes vivimos y trabajamos en este país, del pacto con la naturaleza, de la reivindicación de nuestra lengua y nuestra cultura, y del reconocimiento de nuestra deuda histórica con los pueblos empobrecidos de la tierra, frente a la regionalización de los intereses del capital transnacional con sus secuelas de desarrollismo, deslocalización, y uniformización cultural.

Porque la tierra necesita una tregua, y especialmente ahora que busca abrirse paso un proceso cargado de esperanzas para nuestro pueblo, nos dirigimos a las personas y organizaciones que apuestan por otro modelo cultural, social, económico, de desarrollo, para buscar sinergias, espacios de encuentro que nos permitan avanzar hacia un escenario de justicia social, libertad colectiva y solidaridad internacional.

Defendamos la tierra para mantener en pie la casa de nuestra madre.

En Lekeitio a 22 de abril de 2006