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«Madre, no dejes que me lleven»

Fuentes: Brigadas Ezzedeen Al-Qassam

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


El padre palestino de una de las dos muchachas menores de edad que en estos momentos se encuentran retenidas en las cárceles sionistas israelíes, expresaba su asombro por la decisión de las autoridades israelíes encargadas de las prisiones de ampliar el secuestro de las chicas otros tres meses más, sin que medie acusación ni juicio algunos. Esta decisión se produjo tras cuatro meses de cárcel en período administrativo, y las familias de las dos menores siguen sin saber la razón por la que sus hijas están presas.

Rizik Salah, el padre de una de ellas, de nombre Salwa, de 16 años, dijo: «Las autoridades sionistas nos dicen siempre que el expediente es secreto, así que no sabemos nada de nada de lo que está ocurriendo».

La historia empezó cuando en la madrugada del 5 de junio, el ejército ocupante israelí asaltó la casa de la familia de Salah, situada en el pueblo de Al-Khader, cerca de Belén. El padre relataba: «Los soldados entraron en mi casa e hicieron varias preguntas sobre las edades y los nombres de mis hijos, después le dijeron a mi mujer que volverían enseguida, mientras sus tropas permanecían vigilantes ante la puerta de la casa hasta que volvieron con algunos oficiales y soldados. Le preguntaron a mi mujer por mi hija Salwa, quien empezó a llorar y a decir a su madre: ‘Madre, no dejes que me lleven’, pero lo soldados se la llevaron.

La madre, Siham Salah, añade: «Les dije que sólo era una niña y que no estaba metida en actividad política alguna, también les dije que estaba estudiando y que tenía que terminar la secundaria este año, pero les dio todo igual, cuando estaba hablando con ellos, los soldados me empujaron dentro de una de las habitaciones, cerraron la puerta y se la llevaron arrestada».

Esa misma noche, los mismos soldados se dirigieron a la casa de la hermana de Rizik y arrestaron a su hija, Sarah, de 16 años. Dos meses después, la madre de Salwa logró visitarla en la prisión Damon, cerca de Haifa, donde también estaba Sarah, ambas estaban en situación administrativa sin juicio y sin ninguna acusación formal contra ellas.

El padre, a quien prohibieron visitar a su hija con proclamas de razones de seguridad, manifestó: «La semana pasada, las autoridades ocupantes extendieron el período de detención de mi hija y mi sobrina a tres meses, no sé por qué están arrestadas ni por qué se ha ampliado la detención ni qué es lo que quieren».

Según el abogado de las dos niñas, Akram Samara: «Los sionistas afirman que su arresto tiene que ver con la seguridad del estado. No acusan a las niñas, las cuestionan en general».

Según Samara, que obtuvo la información al visitar a las dos niñas, los interrogadores sionistas habían preguntado a las niñas «si alguien les había pedido que ejecutaran alguna operación contra los soldados israelíes o si tenían la intención de presentarse voluntarias».

Samara dijo que «la información que tienen procede de traidores, por lo que tratan de proteger sus fuentes, por eso nos impidieron estar con las niñas y eso es una acción ilegal».

Los interrogadores preguntaron a las dos muchachas sobre su primo Jaled Salah, que fue expulsado a Gaza tras los sucesos de la Basílica de la Natividad en el año 2002. El padre de Salwa dijo. «Quiero mucho a mi pequeña, el futuro de su educación corre peligro, al menos quiero que me dejen verla».

Enlace con texto original en inglés:

www.alqassam.ps/english?action=shodetail&fid=1299

Enlace con texto original:

www.alqassam.ps/english/?action=showdetail&fid=1299