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Orígenes de una costumbre

Más sobre la navidad

Fuentes: Rebelión

Mi nota anterior sobre la Navidad ha provocado la curiosidad de los lectores. He recibido algunas cartas interesantes entre ellas esta de Nazanin Amiriam donde me dice: «Desde tiempos inmemoriales, los habitantes de Asia Central y parte de Oriente Medio, consagran Yalda en el solsticio de invierno, como Natalis Invicti del Dios Mitra, el Sol […]

Mi nota anterior sobre la Navidad ha provocado la curiosidad de los lectores. He recibido algunas cartas interesantes entre ellas esta de Nazanin Amiriam donde me dice: «Desde tiempos inmemoriales, los habitantes de Asia Central y parte de Oriente Medio, consagran Yalda en el solsticio de invierno, como Natalis Invicti del Dios Mitra, el Sol Invencible, día que el Señor de la Luz y de la Justicia vence al amo del Mal y de las Tinieblas, iluminando la vida de sus criaturas terrestres. Los transmisores de este credo al Occidente fueron los soldados romanos, entonces en guerra con Persia, que fascinados por esta religión, fundaron hermandades mitráicas y al regresar a su patria, lo transmitieron a sus gentes. Poco después, aquella fe oriental se expandió por todo el orbe romano, y el emperador Nerón lo declaró la religión oficial y la festividad del 25 de diciembre como el día de la Natividad de Mitra. Se construyeron templos Mithrium, adornados con cruces -símbolo del Sol-, donde se celebraban el bautizo y la eucaristía,consumiendo el pan en forma del rey de los astros. Con el Cristianismo, la Iglesia, con el fin de facilitar la integración de sus adeptos a la nueva fe, hizo suyos muchos de los símbolos y rituales de esta creencia y en el siglo IV, determinó que Jesús nació el 25 de diciembre, hizo llamar Padre a sus sacerdotes, -al estilo de los cardenales mitraístas, que se llamaban Pedre «padre»-, y se pusieron la toca con el nombre de Mitra.» Hasta aquí mi curioso lector.

Pero hay más. Nadie sabe exactamente en qué día nació Jesús de Nazareth, si es que realmente este sujeto histórico existió. En el Evangelio de San Lucas se dice que encarnó cuando Cirineo era gobernador de Siria y antes de la muerte de Herodes, lo cual ocurrió en el siglo IV a.n.e. Los primeros analistas cristianos especulaban si el acontecimiento había ocurrido en la primavera o el otoño, pero luego se dejaron arrastrar por el imperante culto al sol, en diciembre.

El renacimiento de la Luz del Mundo, en el solsticio de invierno cuando los romanos celebraban verdaderas orgías báquicas y eróticas tenía un fuerte sabor pagano. Los cristianos estimaron que debían darle un contenido ético a esas fiestas y persuadieron a sus seguidores de celebrarlas con sobria austeridad. En algunas partes del orbe cristiano adoptaron otra fecha como la del nacimiento, la del seis de enero que coincidía con una antigua solemnidad egipcia. Pero no fue hasta el siglo IV d.n.e. que prevaleció el 25 de diciembre.

El árbol de Navidad con luces es una costumbre germánica tomada de viejas tradiciones bárbaras de las tribus nórdicas. La figura de Santa Claus, o Santiclós, o Papá Noel, fue obtenida de la existencia histórica del obispo Nicolás, que en el siglo IV se caracterizó por su generosa obsequiosidad, su bondad caritativa hacia los niños y los desvalidos. Nicolás de Bari nació en Patara, viajó por Palestina y Egipto en su juventud. Más tarde se convirtió en obispo de Myra y encarcelado por el emperador Diocleciano fue liberado por Constantino y asistió al Concilio de Nicea en el año 325. Su reputación se consolidó por obsequiar dotes a muchachas casaderas pobres y devolver la vida a niños fallecidos.

En el año 1087 sus restos fueron llevados a Bari donde fue venerado por sus milagros. En la Edad Media se convirtió en el santo patrón de Rusia y Grecia y también lo fue de las guildas de marineros y mercaderes. En el siglo VI el emperador Justiniano le consagró un templo en Constantinopla. El culto a San Nicolás fue introducido en Estados Unidos por inmigrantes holandeses.

Los tres Reyes Magos aparecen en los Salmos pero no se dice que fueran reyes sino tres sabios del Oriente quienes rindieron homenaje al niño nacido en Belén. En la llamada Epifanía la leyenda oriental situó el número de los devotos en doce, en Occidente se cuantificaron en tres: Bithisarea, Melichior, and Gathaspa, también nombrados Manucher, Garshasp y Barasant y finalmente convertidos en Melchor, Gaspar y Baltasar, reyes de Arabia, Persia e India con sus presentes de incienso, mirra y oro, representando cada uno las tres etapas de la vida: juventud, madurez y ancianidad, también se les personificaba como blanco, negro y oriental. Es decir, se trataba de lograr una representación omnisciente de la humanidad toda.

La apropiación que hicieron los primeros cristianos de los mitos de Mitra es algo que han hecho todas las religiones y los ritos han sido legados de una confesión a otra, con modificaciones pero aprovechando la tradición establecida. La imaginación humana ha ido enriqueciendo, adornando y desarrollando las fábulas, creando nuevos mitos, embelleciendo la realidad. Esa acumulación soñadora nos ha entregado la hermosa y mágica alegoría de la Navidad.

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