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Matanza racista en Buffalo, un genocidio americano

Fuentes: Open Democracy [Imagen: Protesta en Buffalo (Nueva York), 15/5/22, contra la matanza de afroamericanos por un supremacista. Créditos: La Jornada]

Diez personas, la mayoría negras, fueron asesinadas por un joven supremacista blanco en un nuevo tiroteo masivo, esta vez al norte del estado de Nueva York

En la zona Este de Buffalo, en el estado norteamericano de Nueva York, el ayuntamiento no pintó las casas de colores pastel como hicieron en Allentown y en la avenida Elmwood.

La autopista corta la zona Este como un torniquete. La circulación de los bulevares de estilo parisino de la ciudad dejó de fluir aquí hace tiempo. Hasta hoy, cuando la sangre de trece personas se derramó en el suelo de un supermercado del barrio en la avenida Jefferson. Cuando un joven blanco racista, cubierto con un chaleco antibalas, descargó un arma de asalto sobre una tienda de comestibles llena de gente negra.

Los edificios abandonados tiemblan durante los inviernos en esta parte de la ciudad, y en los veranos, los lotes vacíos dan lugar a enredaderas, hierbas y flores silvestres. Aquí se hizo historia hace más de cien años: primero, como parada del Ferrocarril Subterráneo; después, durante la Gran Migración, cuando se construyeron raíles de verdad, y Bethlehem Steel y General Motors y Wonderbread atrajeron a los negros del Sur con trabajos bien pagados y sindicalizados.

Aquí todavía hay una comunidad. Hay iglesias y mezquitas y el Ital Rasta-Rant. Hay buena comida, música y arte. También hay desempleo, drogas y delincuencia.

En las afueras de Buffalo, más allá de las ciudades del Rust Belt a lo largo del Canal de Erie, los ciervos son tan numerosos que golpean tu coche en medio de la noche. La caza es habitual, al igual que las banderas confederadas, a pesar de que esto es lo más alejado del Sur de Estados Unidos que se puede conseguir antes de llegar a Canadá.

Un joven de 18 años pensó que una comunidad antaño vibrante, que luchaba por resurgir a trescientos kilómetros de distancia, era un objetivo adecuado en el que descargar su rabia.

No, juez del Tribunal Supremo Samuel Alito, los abortos no están diezmando la América negra.

La búsqueda de chivos expiatorios es una poderosa herramienta para unir a un grupo. En marzo de 2000, la entonces directora del think tank conservador Condoleezza Rice escribió: «Necesitamos un enemigo común para unirnos». Un año y medio después, la nación encontró, por unanimidad, uno en Irak, mientras que el presunto cerebro del atentado del 11 de septiembre contra el World Trade Center era un ciudadano saudí residente en Pakistán. Y Condoleezza Rice se convirtió en la Secretaria de Estado de Estados Unidos.

Durante un breve momento, una afroamericana de talento que creció en la Alabama de Jim Crow se elevó a las alturas del poder de su país centrando su ira en otro grupo étnico. El péndulo ha vuelto a oscilar: ahora contra los negros.

(Danica Jorden es una escritora y traductora de francés, español, portugués y otros idiomas que obtuvo un máster en enseñanza de lenguas extranjeras en la Universidad Estatal de Nueva York en Buffalo).

Fuente: https://www.opendemocracy.net/es/matanza-racista-ebuffalo-genocidio-americano/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.