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La exposición sobre los autores puede visitarse hasta el 14 de febrero en la Universitat de València

México, Francia y la Unión Soviética: los escritores valencianos del exilio

Fuentes: Rebelión [Imagen: Universitat de València]

Evocación de Valencia y el libro de poemas Exilio: son dos obras del escritor valenciano Francesc Alcalà Llorente, quien falleció -ya nonagenario- en Ciudad de México, en 1997; también colaboró en las revistas Quaderns de L’Exili y Senyera, editadas en México.

El periodista Artur Perucho Badía nació en el Municipio de Borriana (Castelló), en 1902, y también falleció en la capital mexicana, a los 54 años; escribió en periódicos como El Pueblo (de ideario republicano) y, durante la guerra de 1936, dirigió el semanario Mirador; Artur Perucho fue autor de los libros Catalunya sota la dictadura e Ícar o la impotencia.

Otros escritores valencianos se exiliaron en Francia, entre cuyos puntos de referencia se hallaba la Casa Regional Valenciana de París, fundada en 1947; ejerció como primer presidente de la Casa el dramaturgo Josep Castanyer Fons, autor de obras teatrales como El corb; y Emili Gómez Nadal, integrante del comité de redacción del Boletín de la Unión de Intelectuales Españoles en Francia y autor, en 1972, de El País Valencià i els altres.

Son ejemplos incluidos en la exposición Escriptors valencians de l’exili, promovida por la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) y que puede visitarse, hasta el 14 de febrero, en el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València; comisariada por el académico Josep Palomero, la muestra cuenta con la colaboración de la Universitat.

Paneles informativos, fotografías, esculturas, objetos de la época, documentales, obras pictóricas o cartas forman parte de la iniciativa.

Max Aub “mantuvo un extenso epistolario y escribió una vasta obra en México” (tres títulos destacados del novelista son La gallina ciega; Campo de los almendros y El zopilote y otros cuentos mexicanos); en Argentina, y también en México, residió el poeta alicantino Juan Gil-Albert (en este país se desempeñó como secretario de la revista Taller, dirigida por el intelectual Octavio Paz); otro poeta, de Denia, Juan Chabás, impartió clases de Literatura en Cuba (escribió en 1956 Árbol de ti nacido).

La muestra de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) dedica un apartado a la cultura del exilio con alcance internacional; incluye al expatriado en México y la República Democrática Alemana (RDA), Josep Renau, cartelista y diseñador gráfico, militante comunista y director general de Bellas Artes durante la II República; y a la pintora e ilustradora Manuela Ballester (en 2021 la editorial Renacimiento publicó los diarios de su estancia en México, en el periodo 1939-1953); también al pedagogo y humanista Rafael Altamira.

Se destaca asimismo a mujeres que destacaron en el ámbito de la Educación: Concepción Escutia Blasco, maestra nacional y afiliada a la UGT, trabajó en Orizaba (Veracruz), en la Escuela Secundaria Federal Obrera,

La exposición incluye la fotografía de la maestra republicana Guillermina Medrano Aranda en la Sidwel Friends School de Washington; otra maestra relevante fue Alejandra Soler, licenciada en Filosofía y Letras, militante del PCE desde 1934 y exiliada en la URSS; en la medicina, Mercedes Maestre; y por otra parte la soprano Amparo Aliaga.

Además, en los paneles se informa acerca de las publicaciones del exilio: “Revistas como Mediterrani (1944-1946) y, sobre todo, Senyera (1951-1976) publicaron artículos en valenciano; desde el interior enviaron colaboraciones Enric Soler i Godes, Nicolau Primitiu y otros corresponsales; a pesar de las dificultades, también se editaron algunos libros, como una antología de Ausiàs March y otra de Teodor Llorente”; la Casa Regional Valenciana de México promovió las citadas revistas.

La Acadèmia ha editado asimismo una guía con material didáctico para el alumnado de Bachillerato (Escriptors valencians exiliats del 1939), a cargo del filólogo Pasqual Mas i Usó; uno de los capítulos aborda la figura de Max Aub, quien falleció en México en 1972; novelista y autor teatral, tuvo que exiliarse por su defensa de la causa republicana; el autor del poemario Diario de Djelfa (1944) y Campo de Sangre (1946) estuvo en diferentes campos de internamiento en territorio galo.

Otro complemento de la exposición es el cómic La cançó del bedoll. Una família en l’exili, con guión de Vicente Muñoz Puelles y dibujos de Daniel Olmo Boronat; el relato trata de la conversación -con los alumnos en la clase- de la mujer exiliada Alejandra Bello, acerca de su libro La cançó del bedoll.

“Mi familia consiguió que el Ministerio de Trabajo y Beneficencia se ocupara de enviarme a la Unión Soviética con otros 70 niños”, recuerda la autora, cuyo libro finaliza con la celebración de la Fiesta de la Victoria (de la URSS contra el III Reich), en la Plaza Roja de Moscú; después de la Segunda Guerra Mundial, Alejandra Bello se trasladó a Checoslovaquia, donde trabajó en Radio Praga.

Además la muestra del Centre La Nau permite acercarse a la figura de periodistas exiliados, como Juli Just Gimeno, quien falleció en París en 1976; tenía entonces 82 años, había escrito el libro Veteranos de la República. Los amigos de Blasco Ibáñez y de Félix Azzati; ejercido como corresponsal en diarios americanos y publicado colaboraciones en España Libre, Revista de Catalunya o La Nostra Revista.

El público puede conocer ejemplos de exilios anteriores a los ya destacados en la exposición; durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), el político, novelista y periodista republicano Vicente Blasco Ibáñez promovió –desde el destierro francés- el semanario España con honra; y en la centuria anterior –la Década Ominosa de Fernando VII (1823-1833)-, tuvieron que desplazarse el editor e ilustrado liberal valenciano, Vicent Salvà; y otros liberales, como el músico Josep Melcior Gomis, autor del Himno de Riego.

En uno de los primeros carteles informativos –sobre Geografías del exilio– se detalla respecto al Norte de África: “Los últimos días de marzo de 1939, miles de personas se concentraron en el puerto de Alicante con la esperanza de embarcarse; cerca de 3.000 lograron subirse en el carbonero Stanbrook, que los trasladó a Orán”.

Y “el vapor Lézardrieux también zarpó del puerto de Valencia hacia Orán con unas 500 personas a bordo”; en la colonia francesa de Argelia, los republicanos españoles sufrieron a menudo la deportación a los campos de trabajo forzados del desierto, para construir -en condiciones penosas- el ferrocarril Transahariano, informan los paneles.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.