Tras finalizar la segunda guerra del Líbano en 2006 Hezbollah quiso construir un monumento simbólico con el propósito de engrandecer la memoria de los mártires. Sus dirigentes eligieron el enclave de Mlita, situado en las montañas del sur del Líbano, en la región de Nabatieh, porque allí la resistencia islámica había escrito una de sus […]
Tras finalizar la segunda guerra del Líbano en 2006 Hezbollah quiso construir un monumento simbólico con el propósito de engrandecer la memoria de los mártires. Sus dirigentes eligieron el enclave de Mlita, situado en las montañas del sur del Líbano, en la región de Nabatieh, porque allí la resistencia islámica había escrito una de sus páginas más gloriosas.
Mlita es la joya más preciada del circuito turístico de Hezbollah y anualmente recibe la visita de miles de personas atraídas por el lema «Tierra de resistencia en la pureza del yihad». Para llegar hasta allí es necesario dirigirse por carretera hasta Sidón y luego desviarse en dirección a Kfar Melki y Kfar Fila. Son 45 kilómetros de camino montañoso jalonado por las fotos de los mártires y los líderes más carismáticos: el imam Jomeini, Alí Jamenei, el jeque Nasrallah, el Imam Musa Al Sadr, fundador de Amal, Nabih Berri, Emad Mughniyeh, Hassan Haulo Laqquis, Abass al Musawi, o Mughniyeh. En esta zona todavía se puede observar la destrucción causada por los violentos bombardeos del ejército israelí llevados a cabo a lo largo de los últimos 40 años.
El complejo del Mlita que se puso en marcha en agosto del 2010 ocupa unos 60.000 mts² -de los cuales 5.000 mts² pertenecen a las edificaciones-. En este ambicioso proyecto se invirtieron más de 20 millones de dólares -subvencionados en parte por la República Islámica de Irán-.
Aquí se veneran al mejor estilo politeísta chiita «El amor a la yihad y la atracción por el martirio en honor a Alí y Hussein». Y nada mejor que en medio de este entorno idílico de los montes del sur del Líbano donde se contempla en todo su esplendor el jabal al Shayj de 2814 mts, el valle del rio Litani y la costa del Mediterráneo.
En el complejo los arquitectos diseñaron jardines, estanques y fuentes de agua en una clara alusión al yenna o paraíso. Por todos lados ondea la conocida bandera amarilla con el clásico emblema de Hezbollah escrito en caligrafía cúfica. Sobre el alif surge un brazo que sostiene un kalashnikov -imitando el anagrama de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán-. Los lemas escritos en letras rojas y verdes nos revelan su identidad: «entonces, el partido de Allah será victorioso»; «Movimiento de resistencia islámico». Un globo terráqueo nos recuerda que su máximo anhelo es extender la revolución islámica por todo el planeta.
Los visitantes son recibidos por un guía políglota que los conducen hasta un moderno auditorio donde se realiza la proyección de un documental sobre la historia de Hezbollah. En éste el jeque Nasrallah les brinda la más cordial bienvenida a sus invitados explicando que Mlita es un santuario erigido en honor a los mártires de la revolución islámica. «Esos valientes guerreros se merecen todo el reconocimiento de las futuras generaciones». A continuación se repasan sus golpes más espectaculares como el doble atentado cometido con un camión bomba contra la embajada de EE.UU y el cuartel de los marines en el aeropuerto de Beirut en 1983 que mató a 241 marines y 58 paracaidistas franceses. Un devastador ataque suicida que provocó la retirada de las fuerzas norteamericanas de la zona por orden del presidente Reagan. Y para que no quede duda de su poderío se repiten una y otra vez las más crudas imágenes de atentados, bombazos, golpes de mano e infiltración de comandos en la frontera.
Hasta llegar al año 2006 cuando Israel en respuesta a la muerte y captura de soldados del Tzahal en su frontera norte invade nuevamente el Líbano (operación «recompensa justa»). Por este motivo se desencadenó una ola de bombardeos aéreos a las principales ciudades libanesas con el propósito de destruir centros estratégicos de la milicia islámica: cuarteles, arsenales, estaciones de comunicación, carreteras, acueductos, centrales eléctricas.
Una brutal ofensiva que causó el desplazamiento de 1.000.000 libaneses y la muerte de 1187 personas. Para lograr una mayor efectividad en su accionar el ejército sionista no tuvo ningún reparo en utilizar bombas de fósforo blanco, de uranio empobrecido o de racimo. Se calculan que se lanzaron más de 4.000.000 durante la campaña que afectaron a 170 pueblos y ciudades. Su intención era borrar de la faz de la tierra cualquier de vestigio Hezbollah.
Después de 34 días de intensos combates el ejército de Israel se retiró del Líbano según lo estipulado en la resolución 1701 de la ONU. En su reemplazo se haría cargo de la seguridad de la zona una fuerza internacional de interposición (UNIFIL). A pesar de las grandes pérdidas materiales y humanas Hezbollah proclamó la victoria. Para celebrarlo se convocó una multitudinaria manifestación en Beirut en la que su máximo líder el jeque Nasrallah pronunció un enfervorizado discurso amenazando a Israel y al imperialismo norteamericano con desatar el apocalipsis en el caso de una nueva agresión armada. Los milicianos saludaban sus palabras extendiendo el brazo en alto al mejor estilo «fascista o romano». Para concluir el documental varias baterías de lanzaderas móviles disparan una lluvia de misiles que surcan los cielos en dirección a Eretz Israel. Al tiempo que se escucha una estruendosa explosión de la que surge un hongo de fuego que cubre por completo la pantalla. «Si Israel nos ataca nosotros tenemos derecho a defendernos. No somos terroristas. Amamos la paz»-sentencia el líder de Hezbollah.
Luego de asistir a las grandes hazañas épicas el tour se traslada al exterior donde se encuentra la principal atracción del complejo: el «Abismo sionista» En un inmenso foso se han colocado los restos de carros de combate, vehículos blindados, tanques Merkava, trozos de helicópteros, jeeps, bombas, cascos, fusiles, ametralladoras o piezas de artillería capturados en franca lid a sus enconados enemigos. «Un escenario que simboliza la derrota de la entidad sionista». Esta clara demostración de su astucia y fiereza desata la euforia entre los turistas que se desviven en elogios. El guía añade en tono arrogante: «Israel cayó en la trampa de la tela de araña que le tendimos». En consecuencia la popularidad de Hezbollah entre los musulmanes se ha elevado a cotas inimaginables porque batirse cara a cara con el monstruo sionista es una epopeya casi imposible de acreditar.
Por un sendero debidamente señalizado ahora el grupo se dirige hacia una zona boscosa mejor conocida como la «colina de los mártires». Aprovechando la agreste geografía se han levantado con sacos terreros trincheras protegidas por alambre de púas donde se esconden cubiertos con toldos mimetizados: cohetes Kornet, misiles antitanque RPG-29 y lanzaderas Katiusha. Esa colina es su día fue horadada por más de mil combatientes que construyeron un túnel de 200 metros de longitud donde se instaló el cuartel general. En este se habilitaron una serie de bunkers con dormitorios, cocina, sala de reuniones, mezquita -el lugar favorito del extinto líder Mussawi- y depósito de municiones. Para hacer aún más patente la fusión entre la fuerza y la espiritualidad, la espada y el Din, se ha colocado sobre un pequeño altar el Corán y un fusil AK 47. Vídeo: http://youtu.be/FZZs3CT_o48
El movimiento de resistencia islámica Hezbollah o «partido de Allah» fue fundado por los clérigos chiítas a raíz de la invasión Israelí del Líbano («Paz para Galilea») en el año 1982.En ese entonces los guardianes de la revolución iraníes (Pasdaran) se hicieron cargo del entrenamiento y preparación de la novel milicia. La finalidad primordial que persiguen es la creación de un estado islámico global, la destrucción de Israel y socavar el dominio del imperialismo norteamericano. Además de cumplir uno de los deseos más fervientes del imam Jomeini: «liberar a Palestina y recuperar para el Islam la ciudad santa de al Quds-Jerusalén».
Para terminar la visita se accede a un pabellón denominado «el infierno sionista» o yahenam. En ese tétrico lugar se exponen una vez más gran cantidad de armas y pertrechos capturados al enemigo: misiles, ametralladoras, equipos de comunicaciones, drones y también documentos secretos, planos, y un organigrama del Tzahal para demostrar la eficacia de los servicios de inteligencia de Hezbollah. En las paredes cuelgan grandes fotos de los entierros de los soldados judíos donde el dolor y el llanto de sus familiares y compañeros es el cruel castigo al que se hacen merecedores. La foto de Ariel Sharon es la viva personificación del demonio, de ese yin maléfico que disfruta aniquilando a sus víctimas.
Hezbollah al día de hoy es un movimiento político, militar y religioso de primer orden y con un importante protagonismo en el seno de la sociedad libanesa. Su pie de fuerza se calcula en 20.000 milicianos y otros cientos de miles de reservistas (10.000 de ellos intervienen en la guerra de Siria) cuerpos de élite y comandos especiales suicidas. Por su disciplina y organización es un rival muy aguerrido pues posee tecnología punta transferida por Irán y Siria. Entre sus arsenales cuenta con cohetes Katyusha, Al Fajr 3 y Al Fajar 5, cohetes Fathe 110, Shehin-2, Zelzal 2, C-802 chinos, Scud, M-302 y M-600 -que se estiman puede sobrepasar la no despreciable cifra de 120.000 unidades-. Incluso se especula que sus misiles de nueva generación tienen la capacidad de alcanzar cualquier punto de Israel. Como si esto no fuera hay que añadir 13.000 piezas de artillería, misiles antitanque rusos e iraníes Kornet-E y Dehlaviyeh, misiles antiaéreos SA-17 rusos, misiles tierra-mar Yakhont, vehículos blindados, drones Ababil, lanchas rápidas y armamento químico y biológico. Sus arsenales son abastecidos de una parte por Siria, Irán, China o Rusia y de otra del contrabando internacional de armas.
En los últimos años Hezbollah se ha comprometido en auxiliar el régimen de Bashar Al Assad asediado por los rebeldes sunitas. Su presencia junto a los Guardianes de la Revolución Iraní ha sido determinante para cambiar el curso de la guerra civil que se desarrolla en Siria. Estamos ante un nuevo duelo entre la yihad chiita y la yihad sunita que se prevé largo y sangriento.
Al parecer Hezbollah tenía previsto abrir un nuevo frente de guerra en el Golán con el auspicio de Siria e Irán. Para ellos es una prioridad implicarse más a fondo en la recuperación de este territorio perdido en la guerra de los Seis Días en 1967.
En el año 2012 el alto mando del ejército israelí ya había advertido que si por algún motivo detectaban indicios de transferencia de armas de Siria a Hezbollah ellos se reservaban el derecho a intervenir. «Nos preocupa el envío de componentes estratégicos de Siria al Líbano y, si esto pasa, podría ser la causa de ataques preventivos».
Una amenaza hecha realidad pues la fuerza aérea israelí IAF ha violado en múltiples ocasiones el espacio aéreo sirio destruyendo depósitos de armas y convoyes sospechosos.
Los planes a largo plazo es que el Museo de la Resistencia de Mlita se convierta también en un centro vacacional con hoteles, piscinas, cafeterías, restaurantes, camping y canchas deportivas. Además para captar un mayor número de visitantes se tiene proyectada la construcción de un teleférico que lo una con la localidad de Sojod. «El turista debe admirar las hazañas de esos gloriosos mártires que han derramado su sangre por la patria».
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