Nuevos documentos secretos de inteligencia estadunidense corroboran que Luis Posada Carriles habló del complot para volar un avión cubano unos días antes del bombazo del vuelo 455 de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976, en el que perecieron 73 personas, algo que Orlando Bosch caracterizó como acto seguido al asesinato de Orlando […]
Nuevos documentos secretos de inteligencia estadunidense corroboran que Luis Posada Carriles habló del complot para volar un avión cubano unos días antes del bombazo del vuelo 455 de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976, en el que perecieron 73 personas, algo que Orlando Bosch caracterizó como acto seguido al asesinato de Orlando Letelier, según un nuevo documento secreto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) revelado hoy.
Posada Carriles está citado para el próximo 13 de junio en lo que será su primera audiencia judicial desde que ingresó a Estados Unidos en marzo, y detenido el 17 mayo en Miami. La organización independiente de investigaciones Archivo de Seguridad Nacional (National Security Archive), en Washington, divulgó hoy varios documentos desclasificados más de la CIA y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), que citan a fuentes que escucharon a Posada Carriles hablar del atentado, y que ofrecen más detalles sobre su trabajo para la CIA que duró más de una década.
Los documentos brindan más precisiones sobre el trabajo de Posada Carriles en la operación clandestina de apoyo estadunidense a la contra nicaragüense, y su larga relación con las actividades «terroristas» del grupo de cubanos exiliados bajo el liderazgo de Bosch. De hecho, el documento de la CIA fechado en 1976 ofrece detalles extensos sobre la agrupación «paraguas» de Bosch, conocida como CORU, y sus operaciones, incluyendo la cita de una fuente que reporta que Bosch dijo que «ahora que nuestra organización salió luciéndose del trabajo de (el asesinato del ex canciller allendista Orlando) Letelier, vamos a intentar algo más». Unos días después, Posada es citado comentando que «vamos a atacar a un avión cubano» y que «Orlando tiene los detalles».
El documento de la CIA también informa sobre una cena para recaudar fondos -mil dólares por participante- en Caracas entre el 22 de septiembre y 5 de octubre de 1976 (o sea pocos días antes del bombazo del avión de Cubana) para apoyar las actividades de Bosch, el líder de CORU. El informante de la CIA citó a Bosch ofreciendo un acuerdo a oficiales venezolanos con el que suspendería actos de violencia en Estados Unidos durante la estancia del presidente Carlos Andrés Pérez, quien estaba por asistir a la Organización de Naciones Unidas en noviembre, a cambio de «una contribución sustancial en efectivo a la organización (de Bosch)».
El Archivo de Seguridad Nacional también divulgó un nuevo resumen de la CIA que ofrece más detalles sobre la relación de Posada y Bosch a la Agencia en los años 60 y 70, incluyendo la información de que Posada «fue reclutado por la Agencia para servir como un instructor de la Rama de Capacitación Marítima» a principios de 1965 y para ser una fuente de información sobre actividades del exilio cubano. La CIA mantuvo sus relaciones con Posada entre 1967 y 1974 cuando éste fue oficial de la policía secreta venezolana (DISIP). El Archivo señala que no se sabe cuál fue el tipo de trabajo que Posada realizó para la CIA, ya que el documento permanece censurado. También se informa que la CIA tuvo contactos múltiples con Bosch en 1962 y 1963.
La responsabilidad de CORU
Otro documento de la FBI revelado hoy, fechado el 21 de octubre de 1976, cita fuentes que afirman que CORU fue «responsable del bombazo del avión DC-8 de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976″. La fuente de la FBI cita a un miembro de CORU, Secundino Carrera, declarando que «este bombazo y las muertes que resultaron fueron plenamente justificados porque CORU estaba en guerra con el régimen de Fidel Castro».
Según los documentos desclasificados, informa el Archivo, CORU fue creado en una reunión de agrupaciones cubanas en República Dominicana, en junio de 1976. En un documento de la FBI de junio de 1976, sus fuentes afirman que «estas agrupaciones acordaron conjuntamente participar en la planeacion, financiamiento y realización de operaciones terroristas y ataques contra Cuba». Según el mismo documento, Bosch estaba dispuesto a realizar actos de violencia contra otros países que simpatizaban con Cuba, incluyendo a México, Colombia y Panamá. En esa reunión se habló de un posible secuestro y ejecución de un diplomático. El Archivo señala que un mes más tarde, miembros de CORU intentaron secuestrar al embajador cubano en México, uno de cuyos asistentes murió en el atentado.
El Archivo hoy también difundió el informe sobre un interrogatorio voluntario hecho a Posada Carriles por agentes de la FBI que participaban en la investigación del fiscal independiente estadunidense del escándalo Irán-contra. Posada ofrece detalles sobre su papel en las operaciones encubiertas estadunidenses en apoyo de la contra nicaragüense desde la base aérea de Ilopango en El Salvador. Según Posada, cuando se escapa de Venezuela en 1985, llega a El Salvador con la ayuda de Félix Rodríguez y otros amigos del exilio cubano.
Rodríguez lo presenta a Rafael Chi Chi Quintero, quien lo incorpora a la operación clandestina. Quintero, desde hacía años relacionado con la CIA, le encargó todo tipo de actividades de apoyo y coordinación para suplir a la contra con equipo y armamento. Según Posada, los estadunidenses como Oliver North y otros conocían su identidad real, pero todo quedo al descubierto cuando derriban a Eugene Hasenfus y él divulga la existencia de operación y algunos de sus participantes.
Posada cuenta que logró ahorrar 40 mil dólares por su trabajo (los fondos provenían de la venta secreta de armamento a Irán por Oliver North y Richard Secord, entre otros) y con ello logró vivir después de que estalló el escándalo y se suspendió la operación.
Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación sobre Cuba del Archivo de Seguridad Nacional, comentó hoy (que lo divulgado es parte de «un hallazgo de documentos de inteligencia que ofrecen indicadores y pruebas sobre actos mayores de terrorismo cometidos por grupos anti castristas violentos». Instó a la CIA a desclasificar los archivos extensos sobre Posada Carriles «como una contribución concreta a la justicia para aquellos que han cometido actos de terror».