La cadena de televisión estadunidense CNN obtuvo una orden judicial que permite a sus periodistas cubrir la operación de retiro de cuerpos de las víctimas de Katrina, dijo este sábado una portavoz de la empresa, mientras que en un nuevo intento para hacer frente a la crisis política causada por el huracán, el presidente George […]
La cadena de televisión estadunidense CNN obtuvo una orden judicial que permite a sus periodistas cubrir la operación de retiro de cuerpos de las víctimas de Katrina, dijo este sábado una portavoz de la empresa, mientras que en un nuevo intento para hacer frente a la crisis política causada por el huracán, el presidente George W. Bush invocó el espíritu que unió a la nación tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y prometió reconstruir la arrasada región para hacerla «más vibrante que nunca».
La Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), encargada de gestionar la crisis provocada por la catástrofe, anunció días atrás que prohibiría a los medios de comunicación documentar la recuperación de cadáveres para preservar la dignidad de los muertos y no afligir a los deudos.
Pero CNN presentó ayer una demanda en la corte de distrito en Houston, Texas, con el argumento de que la prohibición anunciada por la FEMA y una autoridad de Nueva Orleáns viola la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que garantiza la libertad de expresión.
Una nueva audiencia de este domingo decidirá si la orden judicial, ahora provisoria, se volverá permanente, indicó la portavoz de CNN, Megan Mahoney, mediante un comunicado.
En la víspera del cuarto aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001, Bush dijo en su alocución radial semanal que «ni siquiera el más destructivo huracán podrá debilitar el corazón y el alma de nuestra nación».
El mandatario realizará este domingo su tercer viaje a la zona de desastre para constatar los avances de los muy criticados esfuerzos del gobierno por despejar completamente la devastada Nueva Orleáns.
Sin embargo, mientras el agua baja lentamente en la ciudad mártir, la popularidad del presidente se hunde como una piedra. Por primera vez desde que Bush asumió la presidencia, las encuestas colocan su popularidad por debajo de 40 por ciento.
Aunque sólo 52 por ciento de los entrevistados dijo que desaprueba el manejo de la crisis en la costa del golfo, 65 por ciento aseguró que el país fue conducido en la dirección equivocada.
Otra encuesta de la revista Time reveló que 61 por ciento de los estadunidenses piensa que el gobierno republicano debe cortar los gastos en Irak para ayudar a pagar la reconstrucción de Nueva Orleáns y las zonas aledañas.
Esta encuesta, realizada a mil personas durante miércoles y jueves, también halló que 58 por ciento estaba en favor del retiro de las tropas de Irak para destinarlas a la recuperación de las ciudades azotadas por Katrina.
Mientras tanto, funcionarios en Nueva Orleáns dijeron este sábado que los esfuerzos de rescate de sobrevivientes habían finalizado y que las tareas se concentraban en la recuperación de los cuerpos de las víctimas.
Hasta el momento, los muertos confirmados ascienden a 154 en Nueva Orleáns y 211 en Mississippi, que con los siete de Florida suman 372 víctimas de Katrina. Cerca de un millón de personas fueron desplazadas por la destrucción dejada por el meteoro.
Por su parte, los ingenieros militares indicaron que probablemente el drenaje de las aguas en Nueva Orleáns, bajo las aguas en 60 por ciento, culminará el 2 de octubre (mucho antes de lo que se esperaba) y en las zonas más afectadas, como el barrio de Saint Bernard, el 8 de octubre.
En tanto, miles de personas todavía se resisten a abandonar Nueva Orleáns pese a la intimación del alcalde, Ray Nagin, quien ordenó el desalojo obligatorio, inclusive por la fuerza, ante el riesgo de epidemias.
No obstante, las autoridades dijeron que aún no recurrirían a la fuerza para cumplir el desalojo.
El aeropuerto internacional de Nueva Orleáns reanudará sus operaciones de tráfico aéreo comercial la próxima semana, en tanto que los vuelos de carga podrían reiniciarse inmediatamente.
«El servicio comercial debe reanudarse el 19 de septiembre, pero inclusive podría ser antes, posiblemente el 15 de septiembre», dijo Maggie Woodruff, subdirectora de asuntos gubernamentales y comunitarios del aeropuerto Louis Armstrong.
El asqueroso caldo amarillento y maloliente en que se convirtió la inundación de Nueva Orleáns comienza a retirarse poco a poco, dejando al descubierto una escena dantesca, con fétidos aros marrones sobre el agua de 60 centímetros de altura que a poco a poco se va drenando de las casas.
Hugh Kaufman, experto en desechos tóxicos de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos aseveró que los químicos que contaminan las aguas que cubren Nueva Orleáns harán inhabitable esta ciudad en los próximos 10 años, y agregó que la administración Bush está ocultando el peligro que representan.
El sargento Jim Ellifrit, de la Guardia Nacional, quien trabaja en las labores de rescate, advierte a las personas que no se acerquen al agua anegada.
«Las cosas que se meten allí no viven mucho tiempo. Acabamos de ver a un perro que salió del agua y murió en menos de 30 minutos», explicó el uniformado.
«En las áreas del oeste ya no se ve el agua estancada, pero ves el fango. Esto es inclusive un poco peor que el agua y va a tomar un largo tiempo limpiar, aunque al menos el agua ya salió», dijo a la prensa el suboficial Robert Osborn, un piloto estadunidense.
El negocio es negocio
El periódico The New York Times señaló este sábado que ejecutivos organizaban el regreso para reabrir la meca del turismo con sus tradicionales barrios de estilo francés, dentro de 30 días.
Los organizadores del festival anual de jazz de Nueva Orleáns prometieron realizar el evento de 10 días la próxima primavera en su locación tradicional o «tan cerca de Nueva Orleáns como sea posible,» dijo el periódico New Orleáns Times-Picayune.
El gobierno federal ha entregado 460 millones de dólares en ayuda de emergencia a alrededor de 230 mil víctimas, informaron las autoridades.
Según el Programa Nacional de Seguros contra Inundaciones, sólo 46 por ciento de los propietarios de viviendas en Nueva Orleáns contrataron un seguro contra este tipo de desastres.
En tanto, la tormenta tropical Ofelia, séptima de la temporada, se transformó en huracán de categoría uno. Presenta vientos sostenidos de 128 kilómetros por hora, y todavía se desconoce dónde y cuándo golpeará tierra firme, pero los meteorólogos mantienen a Carolina del Sur y del Norte en alerta.
Había serias preocupaciones de que Ofelia pudiera representar una amenaza para la costa estadunidense del Golfo de México, que apenas se recupera del paso del devastador Katrina.