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Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria:

Otra oportunidad perdida

Fuentes: Alai-amlatina

La Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria de 2009, que se llevó a cabo en Roma del 16 al 18 de noviembre, ofreció una oportunidad única para adoptar medidas y politicas que permitan combatir el hambre que sufren mas más de mil millones de personas desarrollando un sistema de gobernanza de la seguridad alimentaria mundial, […]

La Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria de 2009, que se llevó a cabo en Roma del 16 al 18 de noviembre, ofreció una oportunidad única para adoptar medidas y politicas que permitan combatir el hambre que sufren mas más de mil millones de personas desarrollando un sistema de gobernanza de la seguridad alimentaria mundial, sin embargo, los resultados finales de la Cumbre arrojan pobres resultados.

La Declaración final (1) del evento no contiene objetivos cuantificados y plazos que permitan un mejor seguimiento de su progreso, según dijo el Secretario General de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, siglas en inglés), Jacques Diouf, expresando así su decepción por los resultados logrados. A pesar de esto y la certeza que no se alcanzará la meta de reducir a la mitad el número de personas que padecen hambre para el año 2015, Diouf aclaró que «tenemos que mantener los pies en la tierra: un solo foro no puede pretender resolver el problema del hambre, pero es un espacio de discusión para llegar a una solución común para este desafío y, al aprobar la declaración final, conseguimos este objetivo compartido. Yo esperaba que todos los países presentes en la Cumbre estuvieran representados por sus líderes, su ausencia ha reducido el debate a un nivel técnico», agregó.

Sin embargo, Diouf, defiende el papel de la Cumbre, a pesar de la inacción de los Jefes de Estado: «Estos tres días han sido para nosotros un paso importante en la consecución de nuestro objetivo común: un mundo libre de hambre. Esto confirma que los esfuerzos dedicados a la preparación de esta cumbre no fueron en vano. El vaso está medio vacío y medio lleno», dijo, señalando que » ha habido una gran participación y una declaración adoptada por unanimidad».

Movimientos cuestionan falta de interés de países ricos

Más severa fue la opinión del Foro de los Movimientos Sociales/ONG/OSC que se reunió en forma paralela a la cumbre oficial.

Para el movimiento mundial Vía Campesina «La cumbre demostró que no le interesaba tomar el desafío de un cambio radical y desesperadamente necesario dentro de las políticas alimentarias y agrícolas, garantizando el acceso y el control por parte de campesinos y pequeños agricultores, hombres y mujeres, sobre los recursos productivos a través de una auténtica reforma agraria. La ausencia de los jefes de estado del G8 permite ver una tremenda falta de responsabilidad para resolver esta cada vez más profunda crisis del hambre» (2).

La Vía Campesina también exigió una mayor inversión dentro de las políticas públicas basadas en la soberanía alimentaria que promueve la agricultura y la producción de alimentos a pequeña escala.

Sergio Marelli, Presidente del Grupo Consultivo del Foro de los Movimientos Sociales/ONG/OSC, la Declaración aprobada es «una herramienta vacía de esfuerzos precisos para tratar las políticas y los recursos adecuados para solucionar el problema escandaloso de millones de personas que padecen hambre, el precio pagado para obtener el voto afirmativo de los Estados Unidos, Canadá y otros países del G8, más Australia, es muy alto».

Marelli agregó que «borrar en las últimas etapas de la negociación de la Declaración Final de la Cumbre, la referencia temporal del 2025 para la eliminación total del hambre en el mundo, así como la necesidad de destinar 44 mil millones de dólares por año para apoyar a la agricultura, solicitada por el Director General de la FAO, hace de esta declaración un documento que carece de todos los instrumentos concretos para hacer efectiva la lucha contra el hambre en el mundo. La ausencia de los líderes de la Cumbre del G8 y las observaciones hechas al principio de la Cumbre sobre el acuerdo alcanzado entre EE.UU. y China de restar importancia a los resultados de la Cumbre de Copenhague sobre cambio climático, es también un mensaje claro de cómo los países ricos todavía están tratando de imponer su política hacia los países pobres».

Las asociaciones de la sociedad civil también denunciaron que la política agrícola y alimentaria y la gestión de los recursos para su aplicación sólo pueden ser responsabilidad de los organismos especializados de las Naciones Unidas, la FAO y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD, siglas en inglés) a la cabeza, y no deben ser entregados al Banco Mundial como le gustaría al G8. Plantearon que no se puede asignar el papel de responsable político al Banco Mundial porque es la institución que tiene la mayor responsabilidad de la actual crisis mundial de alimentos. La ausencia del reconocimiento de que la función principal en la política y gobernanza mundial, le corresponde a las Naciones Unidas, un concepto que también está ausente en la Declaración Final de la Cumbre, es un ataque a la soberanía alimentaria y a la autonomía para decidir sobre la política alimentaria de la población y los gobiernos de los países pobres, afirmaron.

Gawain Kripke, portavoz de Oxfam Internacional, dijo: «ya hemos oído las mismas obviedades una y otra vez sin que haya cambios profundos que reviertan la falta de apoyo a la agricultura». Oxfam Internacional calificó con muy bajas notas a la Declaración final por ser demasiado ambigua, condicionada y carente de ambición. Sin embargo, Oxfam Internacional destaca como punto importante de la reunión la voluntad de reformar el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSAM), auque se necesita hacer mucho más. Por eso, las organizaciones de la sociedad civil declaran su apoyo a este Comité y enfatizan su importancia fundamental por ser el principal órgano inclusivo para la formulación de políticas internacionales de la alimentación y la agricultura, dentro del sistema de las Naciones Unidas.

Además, las organizaciones de la sociedad civil acogieron como un gran paso adelante el reconocimiento de la autonomía en la ejecución de los planes implementados por los países del mundo en desarrollo, que no deben ser influenciados por los países donantes y organizaciones internacionales. Por primera vez, una declaración de la FAO reconoce el importante papel que la sociedad civil y de las organizaciones internacionales, como actores que deben trabajar, de ahora en adelante, de una manera coordinada en el nuevo CSAM.

Según el documento final del Foro de los Movimientos Sociales/ONG/OSC: «los gobiernos tienen la obligación de proporcionar ayuda de emergencia. Pero no deben socavar la soberanía alimentaria y los derechos humanos. La ayuda de emergencia debe obtenerse lo más localmente posible y no debe ser utilizada para presionar a los países a aceptar los organismos genéticamente modificados (OGM). Los alimentos no deben ser usados jamás como un arma política» (3).

El manifiesto pone énfasis en la necesidad de un cambio radical de perspectiva en la agricultura : «la única solución a la crisis mundial de alimentos y la soberanía alimentaria llegará de los pequeños productores de alimentos». Ellos son más de mil quinientos millones en el mundo y producen más del 75% de la demanda de alimentos en el planeta. Pueden llegar a cubrir el 100% de las necesidades de la agricultura sostenible y de pequeña escala. Según los datos disponibles, de hecho, el 80% de los mil millones de personas amenazadas por el hambre y la malnutrición está compuesto por los pequeños agricultores y residentes rurales que, con políticas públicas adecuadas y fondos específicos, rápidamente serían capaces de garantizar su propia alimentación y la de los demás.

Los participantes en el Foro de los Movimientos Sociales/ONG/OSC en Roma también están convencidos – como dijo Nettie Weib de Vía Campesina – que la agricultura y los mercados locales pueden ser estratégicos para el enfriamiento del planeta. «Políticas de apoyo justas y adecuadas a la agricultura familiar, tales como fomentar la reforma agraria auténtica que distribuya la tierra a los pequeños agricultores en lugar de crear nuevas propiedades en manos de las multinacionales, darían como resultados muchos más beneficios para el medio ambiente y el cambio climático de cualquier acuerdo que pueda surgir de las próximas negociaciones de Copenhague», concluyó Weib.

– Elvira Corona es periodista italiana.

Notas

(1) Declaración final oficial en pdf
http://www.fao.org/fileadmin/templates/wsfs/Summit/Docs/Final_Declaration/K6050S_WSFS_OEWG_06.pdf

(2) FAO: G8 demuestra total falta de voluntad política
http://alainet.org/active/34513?=es

(3) Declaración de los Movimientos Sociales/ONG/OSC Foro Paralelo a la Cumbre Mundial de la Seguridad Alimentaria en pdf
http://peoplesforum2009.foodsovereignty.org/sites/peoplesforum2009.foodsovereignty.org/files/Final_Declaration-ES.pdf