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¿Por qué las comunidades judías fuera de Israel no levantan su voz contra el genocidio palestino?

Fuentes: Rebelión

Mientras las comunidades judías del mundo recuerdan el «holocausto judío», nada dicen del «holocausto palestino». Son cómplices: callan o lo avalan. Según la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total […]

Mientras las comunidades judías del mundo recuerdan el «holocausto judío», nada dicen del «holocausto palestino». Son cómplices: callan o lo avalan.

Según la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:

a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.

Nuevamente digo: EN MI NOMBRE NO…

Una vez más intentaré posicionarme para decir claramente que en mi nombre no se siga asesinando a los Palestinos, que no se continúe con este derramamiento de sangre que a esta altura ya debe ser tratado en las Naciones Unidas con la urgencia y eficacia que se merece, hay que decirlo y a viva voz: HAY QUE PARAR EL GENOCIDIO PALESTINO!! Las comunidades judías del mundo entero siguen siendo cómplices del asesinato de hombres, mujeres y niños en los territorios palestinos y mudas al horror del asesinato que en nombre del judaísmo se produce en Palestina, se convierten en voceras de un Estado que aplica el terror y la destrucción masiva, amparándose en la impunidad que el sistema internacional le otorga y justifican de manera injustificada un crimen de lesa humanidad que no sólo pesa en este presente, sino que impactará en la historia del judaísmo en un futuro cercano.

Siento dolor y profunda desazón de ver como mientras las comunidades judías del mundo recuerdan el «holocausto judío», nada dicen del «holocausto palestino», provocado por los hijos y nietos de los sobrevivientes de los campos de exterminio nazi. Hoy, como hace un año y medio vuelvo a decir: EN MI NOMBRE NO. Y no reniego como algunos sostienen, de mis orígenes judíos, sino que en nombre del judaísmo con el que también me identifico pido, exijo e imploro: No más holocaustos, no más genocidios, no más asesinatos selectivos, no más destrucción de la ya pobre infraestructura en la que viven hacinados más de un millón y medio de palestinos en la Franja de Gaza, no más confiscación de tierras palestinas, no más construcción de colonias ni muros de la vergüenza: NO MÁS HORROR, no más TERRORISMO DE ESTADO POR PARTE DE ISRAEL. Así, y con mayúscula. Que estas letras queden como grito de un ex miembro de la comunidad judía de Argentina que no acepta estos crímenes, que no quiere ni puede convalidar a un estado criminal, ciego y genocida. Soy consciente que vuelvo a enfrentarme a la comunidad judía de mi país, a la que alguna vez he pertenecido y en la cual alguna vez actué como docente. Pero debo decir que tanto silencio de esa comunidad, y de todas las comunidades judías del mundo, ante los crímenes cometidos por Israel hacia el pueblo Palestino, me repugna. Pero este silencio cómplice tiene un motivo. Los dineros que Israel gira a esas comunidades judías, junto con el material educativo, aquel que debe enseñarles a los «buenos judíos» que Israel es su tierra por derecho divino, que el sionismo es derecho y humano (consignas que nos recuerdan a las banderas de la dictadura militar argentina) y que tanto derramamiento de sangre se justifica en el derecho de existencia de Israel, como legítimo territorio de los judíos. El gueto judío en Oriente Medio. La muralla dentro de la cual no puede ingresar nadie que no sea judío. Pero la realidad es otra. Un pueblo no puede echar raíces a costa del exterminio de otro pueblo. Esto es lo que ha sucedido en América, en Estados Unidos, en España con la expulsión de judíos y moros a la sazón de los cristianos, en Argentina con el exterminio del aborigen en la Patagonia para poblar un territorio poblado, en Turquía con el genocidio Armenio… y más, la lista lamentablemente es enorme, interminable. Cáncer de nuestros tiempos modernos, los naZionalismos inventados en el Siglo XIX por unas elites para justificar lo injustificable. En Palestina ha significado la construcción de un estado sobre la expulsión de un pueblo que habitaba esas tierras y el genocidio posterior de la población que ha resistido el exilio. En mi nombre NO!! Y sería bueno que las comunidades judías del mundo, aquellas que predican de voces afuera el pacifismo, el amor al prójimo y la beneficencia, cuestionaran al terrorismo de Estado de un Israel que habla en sus nombres. Porque Israel habla en nombre de un judaísmo universal mientras lleva a cabo un genocidio. Comprendamos que las bombas no son inteligentes y que no es un fallo humano el que les está costando la vida a miles de palestinos tanto en la Franja de Gaza como en Cisjordania. Vergüenza humana. Delirio sin razón que lleva a los políticos israelíes a emprender un genocidio para fortalecer un estado de apartheid, como lo fuera Sudáfrica en los tiempos en que la minoría blanca sometía a la mayoría negra. Y las comunidades judías son cómplices. Cómplices no solo por omisión, sino, y esto es más grave aún, por acción. Porque avalan los crímenes que en nombre del judaísmo universal perpetra Israel contra la población nativa de Palestina. Una vez más quienes nos oponemos a cualquier tipo de crimen debemos alzar la voz de manera fuerte y sin titubeos: EN NUESTRO NOMBRE NO. Israel debe parar ya mismo el genocidio que está emprendiendo contra el pueblo palestino y debe comprender que en el marco del derecho internacional, los responsables tendrán que ser llevados a juicio y castigados, de la misma manera en que Nürmberg castigó a la jerarquía nazi o el estado argentino juzgó a los militares de la última dictadura.

*He decidido publicar este artículo movido por la nueva ola de campaña contra mi persona en la que no han faltado insultos, provenientes de miembros de la comunidad judía argentina residentes en Israel.