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Por qué no es religiosa la naturaleza del conflicto en el Medio Oriente

Fuentes: Rebelión

El conflicto en el Medio Oriente no es religioso ni milenario. No hay nada intrínsecamente incompatible en la naturaleza del Judaísmo, en el Cristianismo y en el Islam para que no puedan entenderse, es más son expresiones de una base y tronco Abrahámico común y mensajes de un mismo Dios. Si Moisés, Jesús y Muhammad […]

El conflicto en el Medio Oriente no es religioso ni milenario. No hay nada intrínsecamente incompatible en la naturaleza del Judaísmo, en el Cristianismo y en el Islam para que no puedan entenderse, es más son expresiones de una base y tronco Abrahámico común y mensajes de un mismo Dios.

Si Moisés, Jesús y Muhammad (La bendición y la Paz sea con todos ellos) se reuniesen hoy en nuestro mundo, los tres coincidirían y trabajarían mancomunadamente por guiar a los hombres a sus más sublimes objetivos de Paz, Prosperidad y Justicia y enfrentarían al imperialismo antipopular.

Esto es absolutamente lo contrario a lo que gusta promover Huntington y su guerra de civilizaciones. Huntington no se hace la incómoda pregunta si es que acaso Bush representa a Occidente y sus valores o más bien, encarna los anti valores occidentales, es decir la contradicción de sublimes valores como los derechos humanos, libertad, democracia o respeto por las diferencias plurales. No es contra estos valores que se levantan las resistencias en los pueblos del mundo, sean musulmanes, cristianos o socialistas, sino contra la hipocresía y las acciones violatorias de estos valores.

Tampoco existe algo intrínseco en la raza árabe y los judíos que haga que ambos no puedan convivir. Como una suerte de fatalismo que arrastra a éstos a una constante pelea.

Tampoco es milenario el conflicto, puesto que árabes y judíos convivían en paz antes de la oleada inmigratoria de los sionistas en alianza con el imperio inglés y a espaldas de la posibilidad de opinar del pueblo palestino, ocurrida en el siglo pasado.

Por lo tanto, no son las categorías religiosas o mejor dicho, pseudos religiosas que nos quiere imponer el imperio, o categorías étnicas las que pueden arrojar luz para entender la naturaleza del conflicto del Medio Oriente, sino las categorías mucho más claras y precisas de imperialismo versus la autodeterminación de los pueblos.

Un imperialismo tan cínico como jamás se había visto puesto que gusta de ponerse todos los mantos y ropajes más vistosos para engañar a los pueblos. Los imperios antiguos no se llamaban a sí mismos «democracias», defensores de «derechos humanos» y amantes del pluralismo.

Pero la religión del imperio, nunca fue religión, sino más bien, pseudo religión, por eso Abraham en la Biblia y en el Corán enfrenta al tirano Nimrod de Babilonia, Moisés al tirano Faraón de Egipto, Jesús al tirano César de Roma y Muhammad al tirano Abu Sufian de Arabia. La verdadera religión siempre le encarnaron los profetas de Dios y la pseudo religión, los tiranos que se les opusieron. La verdadera religión es en defensa de la libertad de los pueblos y actúa contra la pseudo religión que oprime a los pueblos para robarle sus legítimos recursos brindados por la generosidad de Dios. Dios de todos, no de las elites arrogantes de ayer y de hoy. El imperio explota y obliga a que se lo adore y obedezca, Dios brinda todo y no fuerza a que se lo adore, aunque en la adoración libre el hombre alcance su perfección.

Hay que dejarlo bien claro, el Islam es el último mensaje del Altísimo a la humanidad. Muhammad (La bendición y la paz de Dios sean con él y con su Familia Purificada, es conocido en Occidente como Mahoma que es una deformación española del árabe Muhammad), el Mensajero de Dios a quien le fuera revelado el Sagrado Corán es un descendiente de Ismael, el primogénito de Abraham (La paz sea con ellos). La Biblia en el Génesis menciona la bendición divina a Ismael y su descendencia prometiéndole Dios a Abraham una descendencia por línea de Ismael bendita y que será tan numerosa como las estrellas o los guijarros del desierto. Pues bien, esa promesa se cumplió con el advenimiento del Islam y los musulmanes que hoy habitan en todo el Medio Oriente y en el resto del mundo llegando su número a 1500 millones de almas, lo que represente casi un 20% de la población mundial.

Queda por aclarar en este breve espacio de este hermoso medio, que no se dejen confundir los lectores con lo que los grandes medios imperialistas gustan de presentar como terrorismo islámico de nombre Al Qaeda y su mega terrorismo en los lugares públicos de Madrid, Londres, Nueva York, Bombay y vaya a saber dónde más (siempre y cuando eso sea cierto). Bin Laden no representa al Islam y los talibanes y Al Qaeda no tiene ningún respaldo en los principales centros teológicos y países del mundo islámico. Son más bien un fenómeno que nace y se desarrolla por acción del imperialismo. Es la CIA y los petrodólares de las monarquías aliadas de Estados Unidos los que dan vida a estas deformaciones grotescas del Islam para distorsionar al Islam y justificar la explotación e invasión de los países y recursos del mundo islámico y frenar el verdadero proceso revolucionario que se está gestando en el mundo Islámico. Expresiones más genuinas de ese proceso revolucionario se dan en Irán, en Irak, en el Líbano, en Palestina y en otros lugares, verdaderos focos de resistencia contra el imperio.

Las acciones de mega terrorismo reales, o ficticias como esta última de Londres, ya que sean preconducidas por los servicios de inteligencia de las potencias anglo sionistas directamente o indirectamente, son condenadas por el Islam que no acepta la matanza indiscriminada de civiles y gente totalmente inocente.

Si quieren luchar contra el terrorismo gasten el 10% de la inversión militar imperial que usan contra los pueblos en construir infraestructura para el desarrollo de los pueblos (a modo de devolución de tantos recursos que le fueron usurpados al tercer mundo) y será el fin del terrorismo, el propio de ellos, el más descomunal y el de sus agentes disfrazados de musulmanes o de pueblo.

El Islam es el antídoto para el terrorismo porque prohíbe la agresión y llama a defenderse pero sin ensañarse en la venganza y perdonar mucho. Pues el musulmán espera de Dios su recompensa y es misericordioso como es el Señor.

Sheik Abdul Karim Paz es teólogo y filósofo musulmán y representante de la Organización Islámica Argentina