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Elecciones en EE.UU.

Primer programa de un gran show

Fuentes: La Jiribilla

Nada más que ¡treinta dos páginas! tiene el llamado «Memorándum de Entendimiento», el riguroso y caprichoso informe que recoge el procedimiento de los cuatro debates, tres presidenciales y uno vicepresidencial, entre los candidatos a la Casa Blanca, que tuvo su primera parte este jueves, en la Universidad de Miami, con el cara a cara entre […]

Nada más que ¡treinta dos páginas! tiene el llamado «Memorándum de Entendimiento», el riguroso y caprichoso informe que recoge el procedimiento de los cuatro debates, tres presidenciales y uno vicepresidencial, entre los candidatos a la Casa Blanca, que tuvo su primera parte este jueves, en la Universidad de Miami, con el cara a cara entre el presidente George W Bush y el aspirante demócrata John Kerry.

Tanto los abogados demócratas como republicanos no quieren que la espontaneidad juegue una mala pasada a uno o a los dos contendientes. Ni tampoco que uno se vea más alto que otro en cámara y que la temperatura del estudio sea exacta a la que solicitan. Las críticas apuntan que este documento no ha hecho más que terminar con los enfrentamientos antes ni siquiera de que hayan empezado. Pero en el primer acto de la puesta teatral, las televisoras no siguieron exactamente el guion previsto. Ya lo habían anunciado: «Paul Schur, el portavoz de la cadena Fox, ha reconocido que ‘no vamos a seguir las restricciones'». Barbara Levin, de la NBC, ha expresado que «nosotros no estamos sujetos a los acuerdos entre los partidos». Desde la CNN, Matthew Furman ha anunciado que su empresa se reserva los derechos a tomar sus propias decisiones sobre la cobertura del cara a cara entre los dos candidatos. Desde las cadenas de ABC y CBS se ha insistido en que se emitirán los planos disponibles.». Así que se vio a un Bush irritado por las observaciones de Kerry y a un Kerry un poco nervioso al principio del encuentro.

La política exterior, especialmente la guerra en Iraq, centró los debates entre los dos hombres en pugna. Para algunos analistas el programa tuvo resultados muy parejos, otros le otorgan cierta ventaja a Kerry, incluso en un sondeo que realizó la CNN, el senador sacó unos cuantos puntos por encima del actual inquilino de la Casa Blanca.

Bush pareció seguro, a partir de la ventaja que le confieren las encuestas predebate: «Creo que voy a ganar, porque los estadounidenses saben que yo sé liderar. Le he mostrado al pueblo estadounidense que sé liderar. Entiendo que no todo el mundo en este país está de acuerdo con las decisiones que he tomado. Y he tomado decisiones difíciles. Pero la gente sabe mi posición».

Kerry no se quedó atrás en la promesa de que actuará con decisión: «Perseguiré y mataré a los terroristas, allí donde estén, pero también tenemos que ser inteligentes. E inteligente no significa desviar la atención de la verdadera guerra contra Bin Laden y llevarla a Iraq, donde la comisión del 11 de septiembre confirmó que no había conexión entre los atentados y Saddam Hussein.»

Y agregó que vincular el ataque del 11 de septiembre con Iraq fue «como si el presidente Franklin Roosevelt hubiese invadido México tras el ataque japonés contra Pearl Harbour».

Se calcula que unos setenta millones de personas sintonizan los debates y que, en algunas oportunidades, estos han decidido en la intención del voto.

Épocas de elecciones y de confrontaciones televisivas es pródiga en sacar a la luz hechos que favorezcan o no a los candidatos presidenciales made in USA.

Stanley Hilton, abogado de la Demanda de los Contribuyentes por el 11-S, por ejemplo, en una entrevista con Alex Jones, del show radial de Alex Jones, señaló el pasado diez de setiembre, que los atentados en Washington y en Nueva York «fue un hecho planeado». Subrayó que «Fue una operación ordenada por el gobierno. Bush firmó personalmente la orden. Él autorizó personalmente los ataques. Es culpable de traición y de asesinato en masa.» No es solo ese abogado, que tal vez no tenga las pruebas como asegura, quien sostiene que el ataque a las torres gemelas fue otro Pearl Harbor. Según una importante encuesta de Zogby, la mitad de los neoyorquinos cree que el gobierno estuvo implicado en el 11-S.

En tanto, Webster Tarpley y Anton Chaitkin, autores de George Bush: The Unauthorized Biography, aseguran que los nazis podrían haber sido «pagados, armados y adiestrados por las camarillas de Nueva York y de Londres, uno de cuyos directores ejecutivos era Prescott Bush». Este Bush es abuelo del actual mandatario.

Kerry no escapa a múltiples noticias sobre la actualidad o su pasado: «Después de su llegada a Vietnam el 17 de noviembre de 1968, Kerry realizó patrullas alrededor de la bahía de Cam Ranh y se esforzó con éxito para que lo destinaran a las patrullas asesinas de vanguardia. No era un Al Gore, que fumaba pacíficamente su hierba y jugaba baloncesto en su base del ejército en Vietnam y escribía a casa virulentas críticas morales contra la guerra. «Yo estaba más opuesto a la guerra que nunca», dijo Kerry a Brinkley en 2003, «pero más forzado por el patriotismo a participar en ella. Creo que hasta que estás en ella, sigues deseando probarla (…) Día tras día, noche tras noche, las lanchas Swift surcaban las aguas, acosando y a menudo matando a los aldeanos, pescadores y campesinos. En su programa, orientado a intimidar a los campesinos para someterlos, Kerry se destacó por su celo. Uno de sus compañeros tenientes, James R. Wasser, lo describió con admiración con estas palabras: «Kerry era un oficial extremadamente agresivo, como yo. Me gustaba el que llevaba la lucha hacia el enemigo, que era duro y tenía agallas ―que no temía derramar sangre por su país».

En el contexto de tan diversas opiniones, que no excluyen mentiras o semiverdades, y ahondar en temas personales, sobresale el criterio sobre las elecciones del lingüista, politólogo y filósofo norteamericano, Noam Chomsky: «Tenemos dos hombres que buscan el poder, ambos provenientes de sectores ricos, con poder político. Ambos tuvieron una educación privilegiada, en la misma universidad, Yale, donde fueron miembros de la misma sociedad secreta, una sociedad secreta que entrena a los miembros de la elite para tomar posiciones de gran poder en este país y en el mundo. Y los intereses que representan son los mismos: firmas de inversión, farmacéuticas, aseguradoras y grandes corporaciones. Representan a una pequeña fracción de la población que tiene un poder económico sobrecogedor. No hay grandes temas en discusión para estos comicios. Las elecciones estadounidenses son manejadas por las grandes agencias de relaciones públicas y quieren que en las elecciones la gente se concentre en cualidades, no en temas profundos como el sistema de salud, que es el problema más importante que tiene EE.UU. hoy, pero está totalmente fuera de la agenda porque la industria farmacéutica y las aseguradoras no lo permitirán…»