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Que el criminal de Palestina salga a la palestra

Fuentes: Rebelión

(Der – Yasín: Del 9 al 10 de Abril de 1948 los sionistas asesinaron a 254 palestinos de la aldea. Los supervivientes fueron cargados en camiones y paseados por los barrios judíos de Jerusalén.)

Era un grito de niña, como el grano de rocío / de Qibya, como el grano de rocío / de Der – Yasín. ¿Os acordáis?; / El estertor de los niños no lo apagan los años./ Vosotros los matásteis. Quizá por diversión, como bromeando. / Después que se apilaran en la aldea los cadáveres / fue el grito de una niña, fue la voz de la tierra: / Lo que desvela el párpado, y sacude la tierra. / Y a pleno día, / al despertar los niños, / vuelve, cuenta la historia de destrucción, / despierta de la tumba en himno ígneo: / Fue un clamor de nación. / Explosión de venganza.

Autor, el poeta Sulayman Al-Isa. Título del poema: Explosión. Del libro El poema es Filistín. Edición: Pedro Martínez Montávez.

La llave de la casa robada por las bandas terroristas israelíes, que se habían constituido como ejército, pasa de las manos palestinas de una generación a la siguiente, y los hijos de los hijos la sostienen en alto. Y son 72 años los que han transcurrido. Der – Yasin, como Al Nakba, tienen la fecha de cuando aun el imperialismo inglés estaba a cargo del territorio y era el responsable de lo que allí ocurriese, cosa que la reina inglesa y la burguesía que conforma su régimen alimentado por las colonias, no quieren recordar, o, no quieren que se recuerde.

La ONU no había redactado el texto de partición de Palestina, había expuesto su recomendación, todo estaba bajo jurisdicción imperial inglesa, y así permaneció. En Abril pasado hizo 72 años del genocidio que cometieron los sionazis en Der- Yasin. 72 años también desde el 15 de Mayo, un mes después del crimen de Der – Yasin, los sionistas asesinaron a miles de palestinos y palestinas, y expulsaron a cerca de 800.000 de sus casas a los países adyacentes, envenenaron las fuentes de agua, dinamitaron más de 500 ciudades, pueblos y aldeas, robaron su industria, su dinero en los bancos, sus cosechas, y a los que intentaron volver los asesinaron, lo que el Pueblo Palestino llama Al-Nakba, “La Catástrofe”, “La Destrucción”. Los nuevos colonizadores cometieron los crímenes y todo lo mencionado tal y como hacen con la población de Gaza, de la que más del 70% es refugiada, sin agua, sin alimentos, sin medicinas, sin luz, sin saneamientos, con ciudades bombardeadas, sin centros de enseñanza y culturales, sin su museo, sin poder pescar porque ametrallan a los pescadores, con los campos que envenenan desde los aviones israelíes, que les vigilan día y noche, que les bombardean día y noche, y si reivindican su Derecho al Retorno, así escrito y defendido por el Derecho Internacional, fusilan a los que hacen valer valientemente la legalidad frente a las alambradas conque los sionistas encierran a los dos millones de gazaties.

La cárcel de Gaza, las cárceles de Palestina, sin apenas ninguna defensa ante la Covid 19, que son sus ciudades y pueblos, guetos de los que los sionazis no les dejan salir, los rodean de muros, de check point, de asentamientos que vigilan sus pasos, Netanyahu el 6 de octubre de 2015 afirmó: Hemos decidido activar un plan para situar cámaras en todos los cruces de carreteras de Cisjordania, tanto en la tierra como en el aire, conectadas a una sala de operaciones; les cortan las carreteras, les roban los suministros, les vigilan los teléfonos, les impiden ir de una ciudad a otra, de un pueblo a otro, les roban las cosechas, y si se ven obligados a trabajar en lo que se hace llamar Israel les pagan la cuarta parte, y les conducen como ganado por pasillos rodeados de barrotes y alambradas, para correr el peligro de perder su vida si se encuentran con colonos por sus calles, como describe Miguel Anxo Murado en su libro Fin de siglo en Palestina: De vuelta a casa, al enfilar la calle de Heleni Ha.Malka me di de bruces con un nutrido grupo de adolescentes y jóvenes. Estaban armados con palos, barras de hierro y cuchillos. Evidentemente, iban a la caza de palestinos y por eso había elegido Heleni Ha-Malka. Es el lugar perfecto para eso: por allí suben y bajan todos los días los pinches de cocina más valientes del mundo, los hombres de piel oscura que se entrevén dentro de las cocinas, sudando entre los fogones de casi todos los restaurantes israelíes de Jerusalén este. … Y, naturalmente, pensaron que yo era uno de esos pinches de cocina camino de Jerusalén este.

La última vergüenza de Europa a nivel de masas, el intento de “normalización” de lo que representa Israel en el mundo, sucedió en la misma fecha de el crimen sionista de Al Nakba. La Unión Europea celebró el Festival de Eurovisión 2019, del 14 al 18 de mayo en Tel Aviv, después de darle el premio a Israel en 2018. Una celebración para las masas sometidas a la manipulación de la propaganda de las burguesías vividoras, constituyentes del antiguo colonialismo que invierte para continuar, la misma UE que se autocalifica de demócrata y humana. Sus hechos quedan apuntados.

El Pueblo Palestino refugiado tiene la llave de su casa, de la que lo echaron el 15 de Mayo.

Que salga el criminal a la palestra, y el decadente imperio inglés, Europa la violadora de Derechos, el imperio estadounidense que se resquebraja y hace simbiosis con el sionismo. Que se vea lo que son. Los pueblos del mundo tienen que coaligarse, hacer Frente con la unidad Palestina para dejar atrás la historia de los enemigos.

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días, Palestina. Crónicas de vida y Resistencia, Dietario de Crisis, Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero, y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE. Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los prisioneros Palestinos. Miembro del Frente Antiimperialista Internacionalista (FAI).