Traducido del ruso para Rebelión por Juan Gabriel Caro Rivera
En la noche del 4 de agosto dos explosiones retumbaron en el puerto de Beirut. La primea fue relativamente pequeña (fue una explosión pirotécnica), pero enormes nubes de humo atrajeron a un gran número de espectadores, y la segunda explosión alcanzo a los residentes. Fue como la detonación de una carga nuclear táctica. La explosión fue tan poderosa que la onda expansiva dañó todos los edificios en el distrito comercial y el aeropuerto ubicado en la otra parte de la ciudad.
A
la noche del 5 de agosto había 135 muertos y unos 5.000
heridos. No solo los residentes de Beirut están entre los muertos y
heridos. También
desde Bangladesh se informa que tres ciudadanos de este país
murieron, 101 heridos, de los cuales 21 eran marineros de la Armada
de Bangladesh (los marineros estaban en el Líbano como parte de una
misión de la ONU) (1). Un empleado de la embajada rusa en el Líbano
resultó herido.
El alcalde de Beirut calificó el incidente de un desastre nacional. Se ha declaro día de luto en el país.
La edición estadounidense Veterans Today llamó la atención sobre un extraño objeto en el aire que se registró sobre los almacenes del puerto antes de la segunda explosión (2).
Además, una medición de radiación realizada en Italia mostró una fuerte explosión de fondo radiactivo. Alguien sugirió de inmediato que Israel (posiblemente conjuntamente con los Estados Unidos) atacó al Líbano con armas nucleares tácticas.
Los que no son partidarios de esta versión objetaron de inmediato: en ese caso habría un pulso electromagnético, todos los teléfonos móviles se apagarían. La versión con la explosión de una cabeza nuclear compacta ha desaparecido…
También hubo una versión sobre el uso de una ojiva dirigida y la posterior detonación de una gran cantidad de salitre. Esta versión fue apoyada, en particular, por el canal de televisión CNN, en cuyo aire el exagente de la CIA Robert Baer dijo que el nitrato de amonio (salitre) en sí no podía explotar de esta manera (3).
Una agencia de noticias iraní publicó datos sobre actividades sospechosas en la noche del 4 de agosto frente a la costa sirio-libanesa de cuatro aviones de reconocimiento de la Armada de Estados Unidos (4).
Y unos días antes del incidente sobre Beirut se vieron aviones no tripulados israelíes. Hace una semana drones israelíes también sobrevolaron el sur del Líbano, uno de ellos fue derribado por Hezbolá (5).
En la mañana del 5 de agosto se anunció la versión oficial de los eventos en Beirut. Trabajos de soldadura se llevaron a cabo en el almacén 12, como resultado de lo cual la pirotecnia se incendió por las chispas; la llama se extendió a los sacos de salitre (había 2.750 toneladas de sal en el almacén), que explotaron. El salitre ingresó al puerto hace unos años en el barco Rhosus, que estaba registrado por Moldavia. Según los documentos, la carga se transportó desde el puerto georgiano de Batumi a Mozambique, pero en 2013 el barco se detuvo en Beirut para recibir otra carga. Posteriormente el tribunal libanés arrestó al barco junto con la carga por falta del pago de la tarifa. El capitán y varios otros miembros de la tripulación estuvieron detenidos durante mucho tiempo y la carga se fue puesta en los almacenes del muelle.
Casi de inmediato, como sucede ahora todo el tiempo, comenzaron a hablar sobre el «rastro ruso»: surgió la figura del dueño del Rhosus, un ciudadano ruso de Khabarovsk que vive en Chipre, Igor Grechushkin, quien, después del arresto del barco, abandonó la carga y a la tripulación a su suerte.
Sin embargo, la versión sobre el cliente africano es refutada por el corresponsal del canal de televisión Al-Manar Ahmad Haj-Ali. Según él, el nitrato de amonio estaba destinado a grupos terroristas en Siria y el cliente eran las monarquías árabes del Golfo Pérsico, que actuaban a instancias de Washington (6). Por lo tanto, después del arresto del barco y la carga nadie se presentó para reclamar la propiedad.
La pregunta sigue siendo por qué la sustancia explosiva ha estado almacenada durante tantos años en un puerto que es crítico para la vida del país, y en las inmediaciones de las áreas residenciales y de almacenamiento. ¿Qué se puede decir? Líbano es un país especial. No hay un gobierno estable, personajes al azar llegan al poder, los escándalos de aventureros y amantes del lucro se han convertido en una normalidad política. Los agentes de Israel, Estados Unidos y Arabia Saudita aprovechan todas las oportunidades para corromper a los funcionarios locales y a quienes toman las decisiones.
En los almacenes del puerto de Beirut aún puede haber muchas cosas que pueden explotar. Lo más probable es que por eso apareció un fondo de radiación sobre la ciudad. Así, según algunas fuentes, los residuos radiactivos recibidos de Europa habían sido previamente enterrados en el Líbano. Algunos de los lugareños ganaron mucho dinero con esto.
Pero no nos alejaremos de la cuestión de quién se beneficia. Al menos el 70 % de los bienes que necesita Líbano pasan por el puerto de Beirut. Junto con los almacenes se incendiaron las existencias de medicamentos, algunos de los cuales fueron suministrados desde Irán. Y dado que el Líbano es un país al borde de la bancarrota nacional, este golpe es más terrible que la destrucción del salitre. El periódico israelí Haaretz ya ha predicho el colapso económico y la revuelta demográfica del Líbano (7).
Por cierto, la explosión ocurrió unos días antes de la audiencia judicial programada por el asesinato del exprimer ministro libanés Rafik Hariri. Y el 5 de agosto el Secretario General del Partido Hezbolá, Hassan Nasrallah, planeaba dar un discurso…
Mientras tanto, las autoridades libanesas niegan la participación de Israel o Estados Unidos en la explosión en el puerto. La investigación está en curso.
Notas:
4. https://en.mehrnews.com/news/161888/Possibility-of-US-sabotage-in-Beirut-explosion
6. https://argumenti.ru/opinion/2020/08/680432
Fuente: https://www.geopolitica.ru/article/chto-eshchyo-vzorvyotsya-na-blizhnem-vostoke-posle-beyruta