Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis
George W. Bush es un producto del mito del Salvaje Oeste. Se ve a sí mismo como el sheriff más rápido en sacar que mata a los tipos malos y mantiene la ciudad en orden.
Pero de hecho es mucho más como otra figura existente en los Westerns: el vendedor cubierto con sombrero, de la medicina patentada por él que todo lo cura: dolor de muelas y de vientre, cólera e impotencia, heridas de arma de fuego y ataques al corazón.
La medicina patentada por Bush se llama «democracia». La democracia curará todos los males del Oriente Medio y del mundo entero. Si sólo las naciones islámicas compraran su pequeño frasco, todos los problemas serían solucionados, y el primero entre ellos, el conflicto israelo-palestino. Y puesto que Israel ya es una democracia ejemplar, dirigida por el gran demócrata, Ariel Sharon, todo lo que se necesita ahora es imponer la democracia a los palestinos. Esto significa elecciones libres para presidente y para el parlamento.
Una persona con capacidades intelectuales limitadas necesita soluciones simples. Una solución unidimensional que no exija indagar en las complejidades de otras sociedades y civilizaciones. Lo que es bueno para su pequeño pueblo texano debe ser bueno para Bagdad y para Gaza, también.
Desde que ha ganado la reelección, su auto-confianza se ha disparado a lo alto del cielo. Ha largado de un puntapié al desventurado Colin Powell y ha puesto a una certificada «mujer sí» al cargo del Departamento de Estado. De ahora en adelante, nadie cuestionará sus decisiones nunca más. No incluso si nombra a su caballo para Jefe de la Justicia.
¿ Así pues, quién está preocupado? De toda la gente, Ariel Sharon, su gran amigo, maestro y guía.
Como el destino ha querido, Bush logró su gran victoria un día antes del repentino y misterioso quebramiento del estado de salud de Yasser Arafat. La coartada de Sharon fue enterrada en Ramallah.
Los sucesivos gobiernos israelíes han presentado a Arafat como un monstruo y han usado su monstruosidad como pretexto para minar cualquier intento de imponer la paz sobre ellos. La paz significa la retirada a las fronteras anteriores a 1967, más o menos, y desmantelar los asentamientos. La paz significa dejar Jerusalén Este, más de la mitad de la «eterna capital de Israel». ¡Dios lo prohíbe!
La demonizacíon de Arafat ha ayudado a evitar esto. Después de todo, uno no puede hacer la paz con un monstruo. Hasta Bush entendió esto. Por lo tanto le ayudó a Sharon a impedir las elecciones para la Autoridad Palestina, en las que seguramente Arafat hubiera sido reelegido por avalancha.
Pero ahora Arafat no está aquí, y Bush está. Sharon está muy preocupado. Y es correcto que lo esté.
Durante cuatro años, el mantra en Washington ha sido: Luchar contra el terrorismo internacional. Esto le ha ido bien a Sharon, desde que se subió de cualquier manera al caballo de la «lucha contra el terrorismo».
Para los próximos cuatro años, el nuevo mantra en Washington bien podría ser: Democracia para Oriente Medio. Esto le iría bien a Abu-Mazen, que se ha subido al caballo de la democracia.
Abu-Mazen ha sido elegido presidente de la OLP. Abu-Mazen lleva un traje de negocios, no un uniforme. Lleva corbata, no un kuffieh. Parece un líder democrático ordinario. Es conocido por su oposición a los atentados suicidas en Israel. Contrariamente a todas las preediciones israelíes, el traspaso palestino de poder ha tenido lugar de forma ordenada, como en cualquier país civilizado. Dentro de dos meses se celebrarán nuevas elecciones.
Esto pone a Sharon en apuros. No puede poner objeciones a los comicios, puesto que son la manzana de los ojos de Bush. No puede levantar la mínima sospecha de que las está minando. Cualquier queja sobre el ejército israelí dificultando las elecciones con incursiones, cortes de carreteras y » asesinatos selectivos» puede alzar la ira de la Casa Blanca.
Sharon está esperando que los palestinos saboteen ellos mismos sus elecciones. Las facciones armadas pueden perturbar el ordenado proceso. La semana pasada hubo un tiroteo durante la vista de Abu-Mazen a Gaza; lo que causó un brote de regocijo y alegría en Israel. Pero el incidente pasó, todas las facciones palestinas están mostrando contención y la gente está unida en su deseo de unas elecciones pacíficas.
Para Sharon esto es una pesadilla. El camino que aparece ahora, las elecciones que ciertamente tendrán lugar, con varios candidatos presentados; y Abu-Mazen será elegido presidente.
Para Bush esto será un gran logro: la primera democracia árabe estará en marcha. Aún si la anarquía reina en Irak, Palestina probará que su visión se vuelve verdad. Bush abrazará a Abu-Mazen. El camino a un «estado palestino libre» en cuatro años puede estar abierto.
Para Sharon, no hay mayor peligro. Su plan; anexar el 58% de Cisjordania a Israel, chocará con esta agenda. Será requerido a desmantelar la mayoría de los asentamientos y antes a congelar todos ellos.
Peor: la intima y exclusiva relación con Bush será alterada. La pareja se convertirá en triángulo, y tres son multitud. Condoleza está preparada ya para encontrarse con Abu-Mazen.
¿ Así, que puede hacerse? Claramente, Abu-Mazen tiene que ser destruido antes que tenga la oportunidad de echar raíces. Pero también está claro que Sharon no puede dirigir abiertamente cualquier acto contra él. Una estrategia de aproximación indirecta es lo indicado.
Incluso antes de que Arafat devolviera su alma a su creador, Sharon declaró que no habría negociaciones con sus sucesores hasta que pusieran » fin al terrorismo». Esperaba que la mágica palabra
» terrorismo» hiciera saltar a Bush. Y puesto que jamás Arafat, con toda su alta autoridad, desarmó a Hamas y a la Jihad, no hay la más mínima oportunidad de que Abu-Mazen pueda hacerlo.
Los americanos no cayeron en esta primitiva trampa, y así Sharon decidió ser un poco más sofisticado. Esta semana ha anunciado que no hablará con Abu-Mazen a menos que detenga inmediatamente la «incitación» contra Israel en los medios de comunicación y en las escuelas.
Abu-Mazen debe ser también requerido para que coja la luna de los paraísos. ¿ Como puede el nuevo presidente democrático abolir la libertad de expresión en la prensa y en la televisión; mientras que la incitación contra los palestinos en los medios de comunicación israelí continúa a todo gas, por no mencionar su baile sobre la tumba de Arafat? Y ¿cómo puede uno cambiar los libros escolares( la mayoría de ellos egipcios y jordanos en cualquier caso) en dos meses, mientras que en las escuelas israelíes, especialmente las religiosas, tanto en forma oral como escrita, el derecho de los palestinos a su país es totalmente negado?
La presentación de exigencias imposibles como precondición a una negociación es una vieja triquiñuela de Sharon. Uno puede asumir que los americanos no van a caer en esta trampa una vez más. Algo más extremo e inmediato debe suceder. Por ejemplo: sangrientos ataques, ataques de «terrorismo» que puedan ser atribuidos al nuevo presidente, guerra civil, anarquía.
Abu-Mazen y sus colegas saben esto perfectamente bien. Están trabajando para impedirlo. Puesto que les faltan los medios para aplicar la fuerza, deben usar la persuasión. El método tradicional árabe es la «Ijmah»; una ronda de discusiones que continúan hasta que cada uno es persuadido, de forma que ninguna minoría sienta que ha sido derrotada por una mayoría. Arafat era un experto en esto.
Si esto tiene éxito, habrá un alto el fuego temporal hasta las elecciones. Pero el problema principal va a permanecer: el nuevo presidente será incapaz de persuadir a su pueblo para acabar con la intifada armada si no puede mostrarle otro medio de acabar con la ocupación y alcanzar la independencia palestina. Si los americanos quieren que el nuevo régimen se sostenga, deben ofrecer el inicio inmediato de negociaciones, con la clara intención de establecer el estado de Palestina con un estricto cronograma.
Sharon hará cuanto pueda para destruir a Abu-Mazen antes de que esto suceda. Hizo naufragar al primer gobierno de Abu-Mazen, hace dos años, negándole cualquier cosa que pudiera contribuir a progresos políticos (culpando, como de costumbre, a Arafat). Ahora debe hundir a Abu-Mazen bajo unas circunstancias mucho más difíciles.
Que nadie se haga ilusiones: Sharon usará todos los medios, abiertos y ocultos, para destruir cualquier liderazgo palestino » moderado». Su aliado natural es Hamas, que se opone a cualquier negociación con Israel. Desde ahora, Abu-Mazen es el enemigo No. 1.
20.11.04