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Oxfam advierte que la medida sólo favorecerá a las transnacionales

Robert Bailey: «La apuesta europea por los biocombustibles aumentará la pobreza»

Fuentes: www.argenpres.info

Naciones Unidas estima que 60 millones de personas en todo el mundo tendrán que ser evacuadas de sus tierras para dejar camino a las plantaciones de combustible ecológico. La agencia internacional Oxfam ha presentado un alarmante informe en el que critica abiertamente la propuesta de la UE para que en 2020 el 10% del carburante […]

Naciones Unidas estima que 60 millones de personas en todo el mundo tendrán que ser evacuadas de sus tierras para dejar camino a las plantaciones de combustible ecológico.

La agencia internacional Oxfam ha presentado un alarmante informe en el que critica abiertamente la propuesta de la UE para que en 2020 el 10% del carburante utilizado en los Estados miembros sea biocombustible.

La ONG ha dado un tirón de orejas a las instituciones europeas al asegurar que este objetivo obligará a miles de personas en los países en vías de desarrollo a dejar sus tierras. Esto lo atribuye a la presión de las principales compañías que buscan grandes extensiones de tierra para cultivar el combustible ecológico que supla la incipiente demanda.

‘En el empeño por suministrar biocombustible a la UE y al resto de los países desarrollados, la gente pobre está siendo pisoteada’, ha dicho Robert Bailey, de Oxfam, en la presentación del informe: ‘Seamos claros, los combustibles ecológicos no son la panacea, y no creemos que el objetivo de 10% sea alcanzable sosteniblemente’, ha sentenciado.

Según el documento, para cumplir con el considerable incremento de la demanda del combustible ecológico, la UE tendrá que importarlo de países no desarrollados. Pero, la prisa de las grandes compañías y gobiernos en países como Indonesia, Colombia, Brasil, Tanzania y Malasia por ganar una porción de la ‘tarta del biocombustible’ amenaza con forzar a la gente pobre a que abandone sus tierras y destruir sus sustentos. A su vez, este propósito hará que crezca la explotación de trabajadores y dañará la disponibilidad y asequibilidad de los alimentos procedentes de los cultivos de azúcar de caña y de aceite de palma.

‘Las propuestas de la UE lo único que van a conseguir es aumentar el problema -ha señalado Bailey- ya que es inaceptable que la gente pobre deba llevar el peso de las cuestionables tentativas de cortar las emisiones de CO2 en Europa’.

Además, ha señalado que ‘la UE fija su objetivo sobre los biocombustibles sin tener en cuenta el impacto sobre la población y el medio ambiente’.

Asimismo, ha asegurado que ‘debería incluir garantías para asegurar que los derechos y el sustento de las personas de los países productores serán protegidos’. ‘Sin estas medidas, -ha comentado Bailey- el objetivo de 10% debería ser descartado’.

Por otro lado, en el informe también se asegura que los biocombustibles pueden ofrecer, a priori, una posible reducción de la pobreza, incrementando trabajos y mercados para los pequeños granjeros, y proporcionando energía renovable barata para uso local. Sin embrago, las grandes plantaciones emergentes aportan más amenazas que oportunidades para la gente pobre. El problema irá a peor con la intensificación del suministro, a menos que la UE introduzca garantías que protejan los derechos territoriales, el sustento, los derechos de los trabajadores y la seguridad de los alimentos.

Datos alarmantes

El informe muestra que al menos 5,6 millones de metros cuadrados de tierra -un área de más de diez veces el tamaño de Francia- podría ser utilizada para la producción de biocombustibles dentro de 20 años, tan sólo en India, Brasil, Sudáfrica e Indonesia.

Naciones Unidas estima que 60 millones de personas en todo el mundo tendrán que ser evacuadas de sus tierras para dejar camino a las plantaciones de combustible ecológico. Muchas de estas personas terminarán en barriadas en busca de trabajo, otras se quedarán trabajando en las grandes plantaciones que los han desplazado por una pobre cantidad de dinero, en condiciones miserables y sin ningún tipo de condiciones laborales.

El caso preocupante de Indonesia

Según el texto, en Indonesia casi un tercio del aceite de palma es producido por cultivadores de fincas pequeñas que fueron recompensados con un solar de apenas dos hectáreas. Estos granjeros son utilizados por las compañías de aceite de palma, ya que les proporcionan dinero a cambio de asegurar que la producción irá para esas empresas. Esto significa que no obtienen el mejor precio por su aceite.

‘En la implacable persecución del oro del biocombustible, las grandes compañías de aceite de palma están limpiando de forma cruel las tierras que las comunidades locales han cultivado durante generaciones’, aseguró en su día Abet Nego Tarigan, subdirector de Sawit Watch, que representa a las comunidades, granjeros y trabajadores de las plantaciones afectadas por el desarrollo del aceite de palma en Indonesia.

Además, señaló que ‘trabajadores y pequeños propietarios son vergonzosamente explotados, y lo peor es que nosotros estamos perdiendo el valor de las tierras agrícolas que permiten a estas personas subsistir’.

‘La propuesta política de la UE sólo empeorará esto, empujando a más gente a la pobreza y concentrando la tierra en manos de unos pocos’, sentenció Tarigan.