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16-18 de septiembre de 1982

Sabra y Chatila, los recuerdos de la muerte de ayer y de hoy

Fuentes: www.suhailakeljerusalem.com

Con la invasión israelí del 6 de junio de 1982 conocida como «Paz para Galilea», Líbano se transformó en una auténtica caldera, donde niños, mujeres y ancianos quedaron calcinados al paso de la soldadesca del Primer Ministro Menahem Beguin y del ministro de Defensa Ariel Sharon. Durante 88 días, Líbano y los campos de refugiados […]

Con la invasión israelí del 6 de junio de 1982 conocida como «Paz para Galilea», Líbano se transformó en una auténtica caldera, donde niños, mujeres y ancianos quedaron calcinados al paso de la soldadesca del Primer Ministro Menahem Beguin y del ministro de Defensa Ariel Sharon.

Durante 88 días, Líbano y los campos de refugiados palestinos fueron sumergidos en un caos total , anegados en uertes, dolor y destrucción.

La noche del 16 de septiembre, y hasta el 18 de septiembre de 1982, los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila en Beirut, fueron rodeados por el ejército de Ariel Sharon aislándolos del mundo. Sedujeron a un pequeño grupo de mercenarios libaneses que respondían a sus bajos instintos, quienes no titubearon en descargar su incentivado odio.

Con hachas, cuchillos y fusilamientos en masa, asesinaron impunemente a indefensos civiles palestinos, mientras los Bulldozer israelíes apresuradamente se encargaron de remover los escombros sembrados de cadáveres de refugiados.

Más de 5.000 mártires palestinos y civiles libaneses comenzaron a convertir el aire de Sabra y Chatila en los recuerdos de la muerte.

Como Primer Ministro, Ariel Sharon fue acusado en junio de 2001 ante la justicia belga por 23 supervivientes palestinos y libaneses de responsable de la masacre de los campos de refugiados de Sabra y Chatila. La demanda se basó en la Ley Belga de 1993 que reconoce competencia universal a la justicia belga para crímenes de guerra, genocidio y crímenes contra la humanidad, independientemente del lugar donde se cometieron y las nacionalidades y lugares de residencia de las víctimas y los acusados.

Sharon ignoró la demanda y los altos responsables del gobierno israelí calificaron inmediatamente de «escandalosa» la decisión de la justicia belga y afirmaron que la decisión fue acogida con cólera por el presidente israelí Moshe Katsav (quien en el 2007 renunció por acosos sexuales ), que dijo : «niego absolutamente el derecho moral de Bélgica de juzgar a líderes y oficiales del ejercito israelí… Nadie tiene el derecho a poner en duda las normas morales y humanas con las que trabaja el ejército israelí».

Con un alto grado de  intolerancia y antisemitismo israelí en contra del semita pueblo Palestino, en el tercer milenio, el tsunami arrollador de Israel puso al desnudo la barbarie de la ocupación dejando cifras espeluznantes. Desde el 28 de septiembre de 2000 hasta la actualidad asesinaron a más de 9.500 civiles palestinos, de los cuales casi 2.100 eran niños y más 75.000 mil palestinos resultaron heridos. También asesinaron al mártir líder Presidente Yasser Arafat y a los mártires lideres de Hamás Sheij Ahmad Yassin y Abdel Aziz Rantizi en 2004.

Demolieron casi 14.000 viviendas y edificios y más de un millón y medio de olivos y frutales fueron arrancados. Centenares de hectáreas de tierras palestinas fueron expropiadas para la construcción del Muro de Apartheid y la instalación de colonias israelíes con el objetivo de minar la geografía de Palestina y de Jerusalén.

Es absurdo que con las resoluciones jurídicas internacionales convertidas en papel mojado por Israel, el mundo mantenga su complacencia con la potencia ocupante y sus crímenes de lesa humanidad de ayer y de hoy.

La injusticia y la opresión no prevalecerán nunca. Los campos de Sabra y Chatila en 1982, igual que la aldea de Deir Yassin en 1948 y la Intifada de Al Aqsa de Jerusalén en el 2000, seguirán siendo el baluarte de libertad del pueblo palestino y de los pueblos libres del mundo.

(*) Ex Embajador del Estado de Palestina en la Argentina

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