«Sobre las cenizas de la Nakba. La tierra que fue Palestina, 1947.» «Los informes sobre los pueblos palestinos que recopilaron los servicios de inteligencia de la Haganá, la resistencia clandestina judía, durante la época del Mandato Británico de Palestina, son una lectura fascinante. Los agentes de inteligencia de esta organización redactaron informes sobre cada uno […]
«Los informes sobre los pueblos palestinos que recopilaron los servicios de inteligencia de la Haganá, la resistencia clandestina judía, durante la época del Mandato Británico de Palestina, son una lectura fascinante. Los agentes de inteligencia de esta organización redactaron informes sobre cada uno de los pueblos palestinos, un millar en total. Este proceso de registro se puso en marcha en 1940 y se prolongó durante siete años. Cada uno de estos informes contenía la información más detallada que se pudiera recabar, desde los nombres de las familias más importantes a la profesión y la filiación política de la mayoría de los habitantes, desde la historia del pueblo a la calidad de la tierra, incluían descripciones de los edificios públicos y se especificaba incluso qué frutos daban los árboles de los huertos que se solían plantar en los alrededores de los pueblos.
Son una fuente de información muy valiosa, sobre todo porque demuestran hasta qué punto los sionistas estaban preparados para apoderarse de Palestina. Los informes incluyen fotografías aéreas de cada población y de su entorno, e indican la ubicación de los puntos de acceso, además de evaluar la riqueza y el número de armas de que disponían los hombres y los jóvenes del lugar.»
Del libro: «Los palestinos olvidados». Autor: Ilan Pappé. Traducción: Jaime Blasco Castiñeyra. Editorial Akal.
En todo el mundo se empezó a escuchar el 17 de Abril, como un acto de voluntad propia las reclamaciones de Palestina prisionera, y consecuentemente a extenderse la denuncia del régimen israelí del apartheid.
Ya se sabe de concentraciones de solidaridad en los cinco continentes. Ese mundo occidental de gobiernos que pretenden dar imagen de pulcritud empieza a tener delante, sobre la mesa en la que hacen acuerdos, negocios, leyes, llegando desde las calles y plazas de cada ciudad, la reclamación social para que pongan en marcha sus fuerzas diplomáticas, políticas, económicas y demás, exigiendo a Israel el cumplimiento de los Derechos Humanos en sus cárceles, y cumplan con la obligación que les corresponde de hacer respetar la dignidad y la justicia que asiste legalmente a los prisioneros y prisioneras de nacionalidad palestina. De lo contrario los responsables sionistas deberán responder por sus crímenes ante la justicia internacional como potencia colonial.
La Huelga de Hambre por la Dignidad y la Libertad, como la llaman los prisioneros y prisioneras de Palestina, se afianza en Jerusalén, Cisjordania y Gaza, y hoy viernes es un día que están previstas manifestaciones y concentraciones en calles, plazas y centros de oración. Palestina prisionera ha unido a todas las corrientes palestinas y conduce la lucha por la libertad.
Su plataforma de lucha tiene reivindicaciones que forman el cuerpo de los Derechos Universales más básicos, quizás porque el derecho del pueblo palestino a su libertad forma parte de los principios de justicia e igualdad que asisten a cada pueblo y que cada gobierno declara defender.
No hace falta decir que esos que viven oprimiendo a otros son los que están más interesados en marginar los Derechos de la ciudadanía en cualquier lugar, y conducen sus esfuerzos a borrar violentamente, allí donde se de, el mundo en mejoría constante.
Entre las reivindicaciones de los prisioneros y las prisioneras de Palestina destacan la anulación de la «detención administrativa», los encarcelamientos sin acusación ni juicio, sin derecho a ninguna defensa, el fin de la prohibición de las visitas familiares, la liberación inmediata de los prisioneros y prisioneras en estado de gravedad, la atención médica, … Semejantes formas de gobierno sólo se dan bajo una autoridad que tiene legalmente establecida la tortura, eso es el régimen israelí, el régimen del apartheid, el régimen de la segregación racial, el de la ocupación colonial, el mismo que es acusado de crímenes de Lesa Humanidad en los Tribunales Internacionales.
Como reacción a la huelga de hambre, el gobierno sionista ha emprendido una carrera represiva de grandes dimensiones y extremadamente peligrosa por llevar más al límite la vida de los prisioneros y prisioneras de Palestina: encierra a los dirigentes del Comite de Huelga en celdas de castigo, trasladan de cárcel a los y las prisioneras, les impiden o prohiben toda comunicación con el exterior, así sean familiares y abogados, les roban sus pertenencias personales, les quitan el agua y la sal que tomaban durante la huelga, las tropas especiales del régimen israelí han asaltado las cárceles y celda por celda han ido entrado golpeando salvajemente a las y los prisioneros, han causado ya varios heridos de gravedad de los que se sabe unicamente que han sido trasladados a zonas de hospitalización con los que tampoco se puede comunicar. También ha salido de las cárceles por filtraciones, que les han impuesto sanciones económicas, multas.
Las organizaciones de defensa de los prisioneros han presentado la reclamación de permisos de visitas ante el tribunal supremo del régimen del apartheid y el Comité Internacional de la Cruz Roja se dispone a realizar visitas a las cárceles. Debemos esperar noticias.
Las manifestaciones pacíficas masivas en Palestina han sido atacadas por fuerzas militares con disparos de fuego real y gases lacrimógenos causando heridos y detenidos entre manifestantes y comerciantes que se negaban a abrir sus establecimientos.
El sionismo, en su intento de romper la huelga de hambre y el apoyo de la población palestina a sus prisioneros y prisioneras, ha fracasado rotundamente en Palestina. Además, aunque la prensa occidental en general oculte lo que ocurre en Palestina, se ha conocido la solidaridad con los prisioneros y prisioneras de los profesionales de la judicatura en EEUU, abogados y estudiantes de derecho, y en numerosas ciudades de EEUU hay concentraciones y manifestaciones a favor de Palestina. En las capitales europeas no han cesado desde el comienzo de la huelga de hambre las manifestaciones de solidaridad, y los parlamentarios de la Izquierda Unitaria Europea han hecho un llamamiento a los parlamentos y gobiernos de los países respectivos y el mundo en general para que se solidaricen y apoyen la justicia y la libertad para los prisioneros y prisioneras de Palestina.
Es el mejor momento para la solidaridad con el pueblo palestino.
Ramón Pedregal Casanova. Dos últimos libros: «Gaza 51 días», y «Palestina. Crónicas de vida y Resistencia», puedes bajárlos de internet. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE.
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