Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
Al Jazeera Stream se puso en contacto conmigo hace unos días preguntándome si me gustaría participar en un programa de conmemoración de la Nakba. Yo sería la única palestina, dijo el productor, «para equilibrar las cosas» en medio de varias voces israelíes. Este es el pasaje exacto del correo electrónico:
«Estamos buscando una visión homogénea con que cubrir esto y pensamos en alguien que mirara la Nakba través de los ojos israelíes y compitiendo con las perspectivas israelíes. Sin embargo también nos gustaría tener un invitado palestino, únase a nosotros para equilibrar las cosas. Como usted habrá advertido, serían 3-4 israelíes y sólo uno palestino, pero como he dicho, entre los israelíes estarán los muy críticos de la sociedad israelí en este tema. Nosotros sin duda no tenemos a nadie en la discusión que de plano niega la Nakba».
Después de una cuidadosa consideración y reflexión sobre mi impulso inicial de rechazar, respondí de la siguiente manera:
«He considerado la invitación y francamente es doloroso que usted conciba dicho foro. Sin embargo, sospecho que otros pueden considerar ir por la misma ruta en un futuro y estoy dispuesta a participar para repudiar y desalentar que tal conversación se lleve a cabo de nuevo. Por lo tanto, me gustaría aparecer sólo bajo las siguientes circunstancias:
1. No estoy de acuerdo con cualquier forma de «conversación» con los israelíes acerca de la Nakba, y eso debe de estar claro.
2. Por lo anterior, el programa debe presentarse de tal manera que yo pueda seguir cualquier discusión que usted tuviera con ellos. No estoy de acuerdo con cualquier intercambio con ellos, pero voy a estar de acuerdo con una conversación posterior con el entrevistador acerca de lo que se dice».
El productor fue y encontró «otro palestino que estaba dispuesto a entrar en el programa». No le importaba saber por qué me opuse. Pero me ocupo de dejar claro a AJStream y para todo el que quiera saber, por qué me parece un espectáculo lamentable.
Dado que tenemos que poner constantemente nuestro sufrimiento en forma de analogías con el fin de facilitar la empatía, permítanme comenzar.
Imagínense que Alemania nunca hubiera reconocido el holocausto judío. Imaginemos que estamos viviendo en una época donde judíos siguen luchando por el reconocimiento básico de su sufrimiento. Luego imaginen que el día en el que los judíos se dedican a la conmemoración solemne de su mayor herida colectiva, los programas de televisión optan por ofrecer a los hijos e hijas de los alemanes nazis un debate expresando opiniones divergentes sobre si es o no y la forma en que Alemania debería ocuparse de la memoria del genocidio que su país cometió. E imaginen, por supuesto, que ponen simbólicamente a un judío «para equilibrar» de forma inoportuna e inapropiada una conversación pública.
Por desgracia, lo que está haciendo AJStream no carece de precedentes.
Después de las masacres de Sabra y Shatila en 1982, cuando bajo la mirada y el estímulo del ejército israelí comandado por Ariel Sharon la Falange mató a más de 3.000 hombres, mujeres y niños desarmados, la revista Newsweek publicó un artículo titulado «Israel en el tormento». «En otras palabras, aunque los palestinos estaban de nuevo en el extremo receptor de la violencia más salvaje para salir de este «conflicto» Newsweek, como AJStream ahora, pensaba que el tema de más valor periodístico eran as llamadas «voces israelíes disidentes» ¡Pensaban que era más interesante examinar el inefable dolor palestino a través de los ojos de Israel!
Se pueden citar interminables ejemplos de la apropiación por parte de Israel de todo lo palestino -la tierra y el hogar, el patrimonio y la cultura, el hummus y el cuscús, la narrativa y la historia-. Ahora, veamos un ejemplo de apropiación, incluso de nuestra más profunda herida colectiva. ¿Cuándo y cómo pasó la Nakba al ámbito de los israelíes?
Los israelíes no tienen cabida en nuestro dolor, la angustia de nuestra sociedad que ellos mismos crean y perpetúan todavía. ¿Por qué piensa AJStreet que es apropiado, en este día solemne de recuerdo para los palestinos, celebrar un debate entre los israelíes sobre si su país debe, y de qué forma, reconocer la barbarie que se perpetúa en contra de los pueblos originarios de las tierras que hoy ocupan? ¿Y por qué, y es lo más importante, algún palestino legitimaría un delito semejante?
La parte más desconcertante e imperdonable de esto es que algunos de nosotros facilitamos este tipo de imperialismo. ¿Deberíamos llamar «imperialismo emocional»? ¿Colonización de nuestro dolor? Las organizaciones palestinas invitan a oradores israelíes a participar en eventos conmemorativos de la Nakba. ¿Por qué? ¿Es que no hay nada sagrado? ¿Hay escasez de supervivientes de la Nakba? ¿De historiadores palestinos, activistas o intelectuales? ¿Podemos esperar que la Nakba sea ahora colonizada por las voces israelíes? ¿Se trata simplemente de que la conmemoración de la Nakba sólo se hace real cuando los israelíes dicen que es así, al igual que nuestra historia sólo es real cuando los historiadores israelíes copian nuestros libros y publican lo que habíamos dicho durante décadas?
La única contribución que los israelíes deben hacer al discurso de la Nakba es una disculpa absoluta sin reservas, seguida de una conversación acerca de la restitución, la repatriación y la indemnización. ¡Eso es todo!
Invitar a una conversación pública con israelíes para discutir si su país debería reconocer nuestra humanidad es ofensivo e hiriente cuando nos reunimos para recordar y llorar, y los palestinos y los partidarios palestinos no debemos tolerarlo.
En palabras de nuestro querido Mahmoud Darwish, «Así que deja… Nuestro trigo, nuestra sal, nuestras heridas». Dejen nuestra herida que ustedes han creado. Sólo dejen lo poco que nos queda.
Susan Abulhawa es escritora palestina y fundadora de Parques infantiles para Palestina. Es autora de la exitosa novela Mañanas en Jenin.
Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/05/14/appropriating-the-nakba/
rCR