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Tengan Piedad del Huérfano

Fuentes: Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Carlos Sanchis

FUE un colorido día en Bil’in. Banderas políticas de muchos colores estaban ondeando a la brisa rápida, los vívidos carteles electorales y las pintadas en las paredes añadían su porción. Fue la manifestación más grande durante mucho tiempo en el sitiado pueblo. Esta semana, la protesta contra el Muro se entretejió con la campaña electoral palestina.

Estaba yo marchando alegremente bajo la solana de invierno, manteniendo alto el emblema de Gush Shalom con las banderas de Israel y Palestina una al lado de la otra. Nos acercábamos a la línea de soldados armados que nos estaban esperando, cuando comprendí de repente que estaba rodeado por las banderas verdes de Hamas.

Los israelíes corrientes se habrían asombrado. ¿Qué, los terroristas asesinos marchan en línea con los activistas de la paz israelíes? ¿Israelíes marchando, hablando y bromeando con potenciales atacantes suicidas? ¡Imposible!

Pero fue bastante natural. Todos los partidos palestinos tomaron parte en la manifestación, junto con los activistas israelitas e internacionales. Juntos huyeron de las nubes de gas lacrimógeno, penetraron juntos por las líneas de soldados, juntos fueron vapuleados. Las banderas verdes de Hamas, el amarillo de Fatah, el rojo del Frente Democrático y el azul-y-blanco de la bandera israelí en nuestros emblemas armonizaron, como lo hicieron las personas que los llevaban.

Al final, muchos de nosotros improvisamos un tipo de concierto de protesta. Estando de pie juntos a lo largo de la baranda de seguridad de hierro, israelíes y palestinos, golpeamos rítmicamente sobre ella con piedras y producimos algo así como un africano tam-tam que podría oírse en unas millas alrededor. Los colonos Ortodoxos del cercano Modiin-Illit se debieron de haber preguntado que significaba.

LA PARTICIPACIÓN de todos los partidos palestinos fue en sí mismo un fenómeno importante. Estaba animado indudablemente por las elecciones palestinas, que deben tener lugar este miércoles. Era curioso ver las mismas caras en los carteles a lo largo de nuestra ruta y justo a nuestro lado entre la muchedumbre.

Pero también mostró la importancia que el Muro ha asumido a los ojos palestinos.

Hace años, cuando la construcción del Muro con vallas simplemente estaba empezando, fui a ver a Yasser Arafat para sugerirle una lucha conjunta contra él. Tuve la impresión que la idea de que el Muro era un peligro serio era bastante nueva para él; la clase política palestina no le había dado todavía la importancia que tenía. Ahora está cerca de la cima de la agenda nacional.

Esta semana, en la víspera de las elecciones en las que se espera que Hamas gane una porción significativa de votos, el cuadro de activistas de Hamas que marchan al lado de los activistas por la paz israelíes, era importante. Porque pronto Hamas entrará en el Parlamento Palestino y, quizás, en el gobierno, también.

CONDOLEEZZA RICE criticó extensamente las elecciones debido a la participación de «terroristas» y se hace eco de la declaración de su nueva colega israelí, Tsipi Livni que declaró que estas no son unas «elecciones democráticas» debido a Hamas.

Lo que está surgiendo ahora es un nuevo pretexto para poder nuestro gobierno evitar negociar con el liderazgo palestino electo. El pretexto cambia a menudo, excepto el propósito que permanece siendo el mismo.

Hubo primero la afirmación de que Israel no negociaría hasta que el nuevo presidente Palestino, Mahmoud Abbas, desmantelara la «infraestructura terrorista». Eso era, de hecho, una obligación bajo la Hoja de Ruta- pero también era una obligación, completamente ignorada por Ariel Sharon, la de desmantelar simultáneamente los cientos de asentamientos que fueron establecidos tras su llegada al poder.

Entonces vino la afirmación de que la Autoridad Palestina estaba en un estado de anarquía. ¿Cómo puede negociar uno con la anarquía?

Ahora viene la argumentación de que posiblemente no pueda esperarse que Israel negocie con una dirección palestina que incluya a Hamas, una organización que ha llevado a cabo muchos ataques suicidas y que, por lo menos oficialmente, no acepta la existencia de Israel..

Los pretextos son múltiples, y más pueden producirse si es necesario. (Acordándome de mi difunto amigo, Natan Yellin-Mor, antiguo líder de la terrorista y clandestina «Banda Stern» y más tarde activista por la paz que dijo: «Yo deseo que Dios ponga en mi camino tantas tentaciones como pretextos tengo yo para sucumbir».)

La presencia de Hamas en el próximo gobierno palestino no es una razón para rechazar las negociaciones de paz. Al contrario, es una obligada razón para comenzarlas por fin. Significaría que estaríamos negociando con todo el espectro palestino (excluyendo sólo a la pequeña organización de la Jihad islámica). Si Hamas se une al gobierno sobre la base de la política de paz de Mahmud Abbas, está manifiestamente madura para las negociaciones, con o sin armas, basadas en una hudnah (tregua).

Hace treinta años, cuando yo empecé los contactos secretos con la dirección de la OLP, era casi la única persona en Israel a favor de negociar con la organización que estaba oficialmente en aquel momento calificada de «terrorista». Costó casi 20 años para que el gobierno israelí viniera a mi punto de vista. Ahora estamos empezando de nuevo desde el mismo punto.

¿Por qué se niegan las organizaciones palestinas a dejar sus armas? No nos engañemos: para la mayoría de los palestinos, estas armas son un tipo de reserva estratégica. Si las negociaciones con Israel no llevan a ninguna parte, la lucha armada probablemente se reasumirá. Lo que por sí mismo no es inaudito. (Ver: Irlanda.)

Aun cuando Mahmoud Abbas quisiera desarmar a Hamas, él sería incapaz. Su posición débil, combinada con la debilidad de su movimiento, Fatah, hace semejante medida imposible.

Esta debilidad que también encuentra su expresión en la Fawda («anarquía»), deriva principalmente de una fuente: los bellacos esfuerzos de Sharon por minar su posición.

Yo he señalado esto más de una vez: para Sharon, el triunfo de Abbas constituyó un peligro serio. Estando favorecido por el presidente Bush como un ejemplo de su éxito para llevar la democracia y la paz a Oriente Próximo, amenazaba la relación exclusiva entre los EE.UU. e Israel, incluso quizás abrir el camino a la presión estadounidense sobre Israel.

Para impedir esto, Sharon le ha negado a Abbas incluso la más mínima concesión política, como la liberación de presos, (Marwan Barghouti viene a la mente), el cambio del trazado del Muro, congelamiento de los asentamientos, la coordinación de la retirada de Gaza con Abbas, etc. Esta campaña ha tenido éxito. La autoridad de Abbas se ha debilitado significativamente.

Ahora los sucesores de Sharon se están acostumbrando a esta misma debilidad como un pretexto para rechazar negociaciones serias con él y con el próximo gobierno palestino, viniéndome a la memoria la historia del muchacho que, habiendo matado a sus padres, pidió misericordia al tribunal: «¡Tengan piedad de un pobre huérfano!»