Recomiendo:
0

Miembros de las fuerzas de seguridad israelíes admiten tratos inhumanos rutinarios incluso contra los menores

Trato brutal a los niños palestinos

Fuentes: Uruknet

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Las fuerzas de seguridad de Israel violan rutinariamente los derechos de los niños palestinos, según un nuevo informe que afirma que los golpes y la tortura son comunes. Además, cientos de menores palestinos son procesados cada año por Israel sin un juicio adecuado y sin que las familias puedan visitarlos.

Las conclusiones de [la organización] Defence for Children International (DCI) se hacen públicas después de las revelaciones por parte de soldados y altos mandos israelíes de que el ‘procedimiento normal’ en Cisjordania es aterrorizar a los palestinos, incluyendo a los niños.

El Parlamento israelí

El coronel Itai Virob, comandante de la brigada Kfir, reveló la semana pasada que «la agresividad hacia cada uno de los habitantes del pueblo es común» para llevar a cabo una misión. Añadió que los interrogatorios incluían bofetadas, golpes y patadas.

A consecuencia de ello, Gabi Ashkenazi, jefe de los servicios armados, fue obligado a comparecer ante el Parlamento israelí para negar el comportamiento de sus soldados. Dijo a los legisladores que los golpes estaban «absolutamente prohibidos».

El coronel Virob hizo sus declaraciones cuando testimoniaba ante un tribunal en defensa de dos soldados, incluyendo su vice-comandante, que estaba acusados de golpear a los palestinos del pueblo de Qaddum, cerca de Nablus. Uno de los soldados dijo en el tribunal: «en las Fuerzas Defensivas Israelíes (IDF, en sus siglas en inglés, el ejército israelí) se educa a los soldados en la agresión».

El corones Virob pareció confirmar su observación al afirmar que la política era ‘alterar el equilibrio’ del pueblo durante las misiones y que la vasta mayoría de los ataques eran «contra personas no problemáticas».

La televisión israelí sacó a la luz recientemente otras revelaciones de mal trato a palestinos, algunos de ellos de 14 años, utilizando material recogido por soldados disidentes como parte del proyecto Romper el Silencio, que pone de relieve la brutalidad del ejército.

Dos soldados que servían en el batallón Harub afirmaron que habían sido testigos de golpes en la escuela cisjordana de Hares, al sudeste de Nablus, durante una operación en marzo para detener el lanzamiento de piedras. Los soldados afirmaron que muchos de los detenidos no estaban implicados.

Durante una operación de 12 horas que empezó a las 3 de la mañana, se encapuchó a 150 detenidos y se les ató con las manos a la espalda apretando tanto las cuerdas de naylon que se les amorataron las manos. Los soldados afirmaron que los peores golpes se propinaron en los baños de la escuela.

Redadas a altas horas de la noche

Según el testimonio de uno de los soldados, un niño de unos 15 años recibió «una bofetada que lo tiró al suelo». Añadió que muchos de sus camaradas «pegan rodillazos (a los palestinos) simplemente porque es aburrido, te tiras ahí diez horas, sin hacer nada, así que pegas a la gente».

Las descripciones de los soldados en servicio confirman las conclusiones de DCI, que señalaba que muchos niños fueron apresados después de disturbios o durante redadas en sus casas a altas horas de la noche.

Su informe incluye una selección de los testimonios de niños a los que DCI representó en 2008 en los que estos describen a los soldados israelíes pegándolos o cómo fueron torturados por quienes los interrogaban.

Un niño de 10 años, identificado como Ezzat H, describió el registro de su casa por el ejercito en busca de un arma. Dijo que un soldado le abofeteó y pegó durante las dos horas en las que le estuvo interrogando, antes de que otro soldado lo apuntara con el rifle: «el cañón del rifle estaba a unos centímetros de mi cara. Estaba tan aterrorizado que empecé a temblar. Se burlaron de mí»

Otro chico, Shadi H, de 15 años, dijo que los soldados les obligaron a su amigo y a él a desnudarse en un campo de naranjos cerca de Tulkarem mientras los soldados les arrojaban piedras. Después los golpearon con los cañones de sus fusiles.

Jameel K, de 14 años, describió que se lo llevaron a un campo militar donde lo agredieron y luego le pusieron una cuerda al cuello en una ejecución simulada.

Yehuda Shaul, de Romper el Silencio, afirmó que los soldados tratan a cualquier palestino de más de 12 o 13 años como a un adulto. «Por primera vez un soldado de alto rango [el coronel Virob] se ha unido a nosotros en plantear el tema (aunque no haya sido intencionadamente) de que el uso de la violencia psicológica contra los palestinos no es excepcional sino que es una política. Hace unos años ningún alto oficial habría tenido las agallas de decirlo», afirmó.

Policía secreta

El informe del DCI destaca también el uso sistemático de la tortura en los interrogatorios por parte del ejército y de la policía secreta, el Shin Bet, para sacar confesiones a los niños, a menudo en casos relacionados con el lanzamiento de piedras. Islam M, de 12 años, afirmó que le amenazaron con arrojarle agua hirviendo a la cara si no admitía haber arrojado piedras y que luego lo empujaron contra una mata de zarzas.

Otro chico, Abed S, de 6 años, afirmó que lo habían mantenido atado de pies y manos a una cruz en una sala de interrogatorios durante un día y que luego lo mantuvieron en confinamiento en solitario durante 15 días.

El Comité contra Tortura de Naciones Unidas, un equipo formado por expertos independientes, expresó en mayo su ‘profunda preocupación’ por el trato que da Israel a los menores palestinos.

Según el informe de DCI, los tribunales militares israelíes condenan a unos 700 niños al año; a los niños mayores de 12 años se les niega la presencia de un abogado durante los interrogatorios. Añade que los interrogadores encapuchan y esposan rutinariamente a los niños detenidos durante el interrogatorio y que utilizan técnicas en las que se incluyen bofetadas y golpes, privación de sueño, confinamiento en solitario, amenazas a los niños y a sus familias, y mantener a los niños atados durante largos periodos de tiempo.

Estas prácticas fueron prohibidas por el Tribunal Supremo de Israel en 1999, pero los grupos de derechos humanos israelí sieguen documentándolas abundantemente.

DCI afirma que sobre todo le han llenado de inquietud los informes de varios niños encerrados en una celda especialmente pequeña, a la que se refieren como Nº 36, en un centro de detención cerca de Haifa. La celda carece de ventanas y de ventilación, tiene las paredes oscuras y se mantiene un luz tenue las 24 horas al día. En el 95% de los casos se condena a los niños en base a confesiones firmadas escritas en hebreo, una lengua que pocos de ellos comprenden.

Derecho internacional

Una vez condenados, se encierra a los niños, en violación del derecho internacional, en cárceles en Israel donde a la mayoría se les deniega la visita de sus familias y no reciben educación alguna o muy poca.

DCI critica también ‘una cultura de impunidad’ en el Shin Bet, [ya que] ninguna de las 600 denuncias de tortura presentadas contra sus interrogadores durante la segunda Intifada levó a una investigación criminal.

Yesh Din, un grupo israelí de derechos humanos, informó en noviembre que los soldados se enfrentan demasiado raramente a acciones disciplinarias en relación a comportamientos ilegales.

Datos del ejército desde 2000 a finales de 2007 revelaron que la policía militar había acusado a sus soldados en sólo 78 de las 1.268 investigaciones. A la mayoría de los soldados se les impusieron penas menores.

Estudios académicos sugieren que durante muchos años los soldados israelíes han estado utilizando rutinariamente la violencia contra civiles palestinos, incluyendo niños.

Romper el Silencio

A finales de 2007 lo israelíes quedaron impactados por los testimonios recogidos por la psicóloga clínica Nufar Yishai-Karin entre 21 soldados con los que había compartido su servicio militar a principios de los noventa.

Los soldados le contaron incidentes en los que se disparaba a transeúntes o se les atacaba. En uno de los testimonios más perturbadores un soldado le dijo que había sido testigo de cómo su comandante atacaba a niño de cuatro años que jugaba en la playa de Gaza. «Le rompió el brazo en la muñeca, le rompió la pierna. Y empezó a pisotearle el estómago, tres veces, y se fue … Al día siguiente voy con él en otra patrulla y los saldados empiezan a hacer lo mismo».

Estas revelaciones han aumentado desde que en 2004 Romper el Silencio empezó a atraer la atención hacia los malos tratos a palestinos por parte del ejército israelí.

El autor es un periodista que trabaja en Nazareth, Israel.

Enlace con el original: www.uruknet.info?p=55827