La crisis libia se ha convertido en el tema central en la asamblea de la Unión Africana que tiene lugar en Guinea Ecuatorial. El presidente de la comisión del organismo ha expresado su preocupación por la amenaza de una guerra civil en el país norafricano. Mientras tanto, cada vez más voces afirman que las acciones […]
La crisis libia se ha convertido en el tema central en la asamblea de la Unión Africana que tiene lugar en Guinea Ecuatorial. El presidente de la comisión del organismo ha expresado su preocupación por la amenaza de una guerra civil en el país norafricano. Mientras tanto, cada vez más voces afirman que las acciones de la OTAN en Libia solo agravan el conflicto.
La campaña militar aérea en Libia lleva más de tres meses sin obtener éxitos evidentes.
Varios expertos advierten que cuanto más tiempo dure la operación, mayores problemas tendrá la OTAN y sus aliados políticos.
El director del Centro Europeo de Inteligencia Estratégica y Seguridad, Claude Moniquet, opina que la única salida para la OTAN es irse cuando se vaya el coronel Gaddafi. Al respecto, afirma Moniquet, si resulta asesinado o abandona el poder por su voluntad, esta podría ser la oportunidad para que las OTAN saliera del país. En caso contrario la Alianza tendría que salir sin conseguir nada, lo que sería un desastre político para la organización y especialmente para Londres y París.
Por su parte, el gobierno libio acusa a la OTAN de provocar la muerte de centenares de civiles desde el inicio de la intervención.
Las imágenes de las víctimas de los bombardeos atrajeron la atención de las principales cadenas de noticias estadounidenses y europeas. Pero no queda bien claro por qué se tardó tanto tiempo en denunciar.
El ex vicepresidente del Parlamento de Bélgica, Lode Vanoost, explica que el periodismo crítico desapareció y el gran problema de los medios de información es que apoyan a aquel que está en el poder.
El bloque atlántico no admitió por primera vez haber causado muertes entre la población civil hasta fechas recientes, lo que ha evidenciado aún más la división interna de los aliados.
España exigió a la OTAN que no se vuelvan a provocar bajas civiles.
Italia incluso abogó por el cese inmediato de los bombardeos y el envío de ayuda humanitaria a Libia, pero recibió una rotunda negativa de la Alianza.
La operación militar comenzó por mandato de la Organización de las Naciones Unidas para proteger y ayudar a la población civil.Pero muchos sospechan que su principal objetivo es aniquilar a Muammar Gaddafi.
Según algunos políticos, esta decisión debería ser tomada por el pueblo libio.
Gerard Batten, miembro del Parlamento Europeo del Partido de la Independencia del Reino Unido, califica al coronel Gaddafi como un vicioso dictador y asesino, y afirma que Libia estará mejor sin él. Sin embargo Batten hace una pregunta bien lógica: ¿es tarea de los europeos ir allá y bombardearlo? «Si los libios quieren la revolución y quitárselo de encima, pues que tengan suerte», dice Batten.
Con el despertar de los medios de comunicación, la campaña militar en Libia parece haberse convertido en una guerra de propaganda ante la opinión pública.
Pero la pregunta es si logrará detener los ataques aéreos y las muertes de civiles, a los que supuestamente se pretendía protege.