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Un tribunal federal permite la obstrucción, por parte de los empresarios, de la movilización sindical de sus trabajadores

Fuentes: Znet

Es una manera muy triste de dar el pistoletazo de salida a una semana repleta de preparativos para el Día de los Derechos Humanos pero, al mismo tiempo, ¿quién dijo que iba a ser fácil? Ayer, en Chicago, un tribunal de segunda instancia de tres jueces anuló una ordenanza de un condado de Milwaukee que, […]

Es una manera muy triste de dar el pistoletazo de salida a una semana repleta de preparativos para el Día de los Derechos Humanos pero, al mismo tiempo, ¿quién dijo que iba a ser fácil? Ayer, en Chicago, un tribunal de segunda instancia de tres jueces anuló una ordenanza de un condado de Milwaukee que, en la práctica, ayudaba a los trabajadores a organizarse. La decisión tiene implicaciones nacionales.

La ahora discutible ordenanza, aprobada en 2000 por el Panel de Supervisores del condado, exigía que los contratistas que cobren más de 250.000 dólares por sus servicios se mantengan al margen de las actividades sindicales de sus empleados.

Esta norma era lo suficientemente modesta desde el punto de vista sindical.

No exigía que los empresarios reconocieran la representación sindical de sus trabajadores como condición para ganar concursos públicos.

No exigía que las compañías negociaran con los sindicatos.

No derogaba los derechos del empresario a gestionar su propia empresa.

Todo lo que requería era que las empresas proveedoras de servicios públicos locales se mantuvieran neutrales ante las actividades sindicales de sus empleados. Ello significaba que no podía haber intimidación, despidos, propaganda destinada a una audiencia cautiva, nada de trucos sucios. El fin de los requerimientos de conformidad.

A cambio, a los contratistas se les ponía un caramelo en la boca: la promesa de los organizadores sindicales de que no habría parones del servicio ni huelgas.

¿Es justo? Parece un muy buen acuerdo para todas las partes, incluido el condado que quería poner fin a las interrupciones del servicio en las líneas de autobuses que proveen un servicio crítico para los discapacitados, las personas mayores y demás usuarios.

Pero al parecer, no era lo suficientemente justo. Los comerciantes locales se opusieron y la Asociación de Comerciantes del Condado de Milwaukee puso una demanda inmediatamente.

Ayer, el juez federal Richard Posner, redactor de la sentencia del Tribunal de Apelaciones del Séptimo Circuito, vetó la ordenanza. Concluyó que este acuerdo era «un pretexto para regular las relaciones laborales en las compañías que se da la circunstancia de que trabajan para el condado». El tribunal determinó que suponía un establecimiento inconstitucional de derechos preferentes respecto del derecho laboral federal, específicamente de los derechos que la Junta Nacional de Relaciones Laborales (1) controlada por Bush interpretan como derechos y condiciones laborales.

Nótese que el autor de esta insigne decisión es el mismo juez Richard A. Posner que fue encumbrado por ser un intelectual público de cuatro estrellas y un experto en teoría moral. Fue uno de los primeros nombramientos de Ronald Reagan a la judicatura federal, y la voz conservadora más importante del movimiento de «derecho y economía» (2), que escribe doctos artículos para los más celebrados de los grandes congresos; y tan a menudo como otros intervienen en las bitácoras o envían mensajes de texto. Además, el prolífico Posner tiene su propio sitio web. Con el economista y sociólogo Gary Becker, dirige la bitácora más bien de derechas, si no independiente, «Becker-Posner Blog».

La decisión no es solamente mala, es también desalentadora, dada la historia de la municipalidad a la que directamente concierne. Durante más de dos siglos Milwaukee ha sido una vieja urbe socialista en un Estado donde los republicanos eran progresistas. Hizo alarde de un alcalde socialista hasta los años 60 y envió a su líder del Partido Socialista Victor Berger al Congreso de los Diputados. Ahora sus políticos son de otra tribu. El ejecutivo del condado Scout Walter contó a la Associated Press que esta ordenanza, instaurada por su predecesor, era «otro ejemplo de la carrera de obstáculos que la administración [anterior] había puesto para la creación de empleo y el crecimiento» en el condado.

Sabemos qué tipo de trabajos proliferan cuando los sindicatos no pueden organizarse (las oportunidades profesionales que ofrece Wal-Mart no son más que un ejemplo) y cuando a los empleadores ni siquiera se les exige que se mantengan neutrales. Menudo ejemplo de respeto a los derechos humanos en el aniversario de su Declaración Universal.

Incluso cuando queremos hacer la paz, ellos hacen la guerra.

Notas de traducción:
(1) National Labor Relations Board (NLRB)
(2) Law and Economics

Michael Hirsch escribe para el New York Teacher, el periódico de la Federación Unida de Maestros. Este artículo apareció en Edwize, la bitácora de la FUM, el 6 de diciembre de 2005.