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Una declaración progresista contra el terror

Fuentes: Rebelión

Traducido por Progreso Semanal

Una de las ideas surgidas de las recientes advertencias del Fiscal General John Ashcroft acerca del terrorismo, es que Al-Qaeda, al planear un ataque espectacular en suelo norteamericano, espera afectar el resultado de la elección presidencial de EEUU. Para los conservadores, las implicaciones de esta idea son claras. Los expertos republicanos sugieren que cualquier acto de oposición al Presidente Bush y a su guerra en Irak constituye un esfuerzo por aplacar a los terroristas.

Es una noción perversa, y una noción que exige una respuesta de parte de los progresistas norteamericanos. Los que nos oponemos a la desastrosa política exterior de la actual administración debemos hacer una fuerte declaración dirigida tanto a los terroristas, que creen que ellos estarían mejor sin el Presidente Bush, como a los conservadores que tratan de manipular esta situación en su provecho político.

Una declaración a favor de una lucha progresista contra el terror sería algo parecido a lo siguiente:

A Osama bin Laden, Al-Qaeda y terroristas aliados:

Los progresistas de EEUU y de todo el mundo los aborrecen. Los derrotaremos a ustedes.

Los derrotaremos uniendo al mundo en contra de ustedes en vez de alienar a nuestros aliados con arrogancia unilateral. Los derrotaremos por medio de una cacería enfocada y cooperada en busca de criminales que han cometido crímenes contra de la humanidad. Haremos de la detención de sus operaciones una preocupación constante, y no desviaremos nuestra atención hacia guerras preventivas en busca de objetivos políticos largamente reprimidos.

Los derrotaremos acabando con las invasiones que alimentan el odio anti-norteamericano y les brindan a ustedes nuevas fuentes de reclutas. Los derrotaremos encontrando una justa solución al conflicto palestino, en vez de apoyar las políticas extremistas de Ariel Sharon y su ala militarista del gobierno israelí. Y los derrotaremos rescatando nuestra promesa de ayuda para la reconstrucción de Afganistán.

Los derrotaremos realizando un programa de inteligencia basado en hechos, en vez de en la fe, y diciendo la verdad a nuestro propio pueblo y a la comunidad internacional. No buscaremos venganza contra los que denuncian nuestras mentiras revelando a agentes de la CIA que se dedican a detener las transferencias ilícitas de armas.

Los derrotaremos cambiando la política de abandono de las reserves nucleares acumuladas por la antigua Unión Soviética durante la Guerra Fría, las cuales son la mayor oportunidad que tienen ustedes de adquirir implementos nucleares. Invertiremos los fondos y el esfuerzo requerido para asegurar y destruir este material, situándolo fuera del alcance de ustedes para siempre.

Los derrotaremos oponiéndonos a todos los dictadores y no aliándonos a ellos cuando sea conveniente. Apoyaremos a los movimientos pro derechos humanos en todo el mundo. Nos solidarizaremos con los que construyen una resistencia local contra la opresión. Los ayudaremos en sus esfuerzos por crear una democracia participativa y duradera en sus países.

Los derrotaremos a ustedes enfrentándonos a los fabricantes de armamentos y poniendo fuera de la ley la venta de armas a tiranos. Respaldaremos inequívocamente los principios de la Convención de Ginebra y trabajaremos incansablemente para terminar con toda tortura. Reafirmaremos los mecanismos del derecho internacional. Terminaremos con toda oposición de EEUU al Tribunal Criminal Internacional, al Tratado de Minas Terrestres y al Tratado Total de Prohibición de Pruebas Nucleares. Comprometeremos nuevamente a EEUU con el Tratado de Misiles Anti-Balísticos y apoyaremos un firme Acuerdo de la ONU para Armas Cortas. Cumpliremos con nuestros compromisos bajo el Tratado de No Proliferación para tomar medidas honestas hacia el desarme nuclear, en vez de construir nuevas y más poderosas armas nucleares.

Los derrotaremos eliminando las condiciones de desigualdad y desesperación que los ayudan a ustedes en sus operaciones. Brindaremos verdadera ayuda al exterior a países que lo necesitan, sin exigirles que privaticen su economía o permitan la entrada de nuestras corporaciones. Crearemos un sistema de comercio basado en normas justas de trabajo y fuertes protecciones medioambientales, un sistema que respete la diversidad y responda a las necesidades humanas. Los derrotaremos luchando a favor de un mundo sin imperios.

Nos opondremos a sus creencias por medio de la promoción de los derechos de la mujer en todo el globo. Brindaremos ayuda a las organizaciones femeninas locales y apoyaremos redes activas de la sociedad civil. Respetaremos la libertad reproductiva y eliminaremos la regla global forzosa que niega ayuda norteamericana a las organizaciones de salud en el extranjero que brindan asesoría o referencias de aborto. Promoveremos sociedades que respeten el pluralismo religioso y no promuevan cruzadas teocráticas. Defenderemos la libertad de palabra; nos opondremos a la criminalización de la disensión; y no impugnaremos el patriotismo de aquellos que critiquen nuestras políticas.

Haremos todo esto no por venganza ni por ambición de poder. Lo haremos sencillamente por justicia y por la paz, y por un mundo más seguro.

— Mark Engler, escritor que vive en la ciudad de Nueva York, puede ser contactado por medio del sitio Web http://www.DemocracyUprising.com. Jason Rowe ayudó en la investigación para este artículo.