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Objeción al Gasto Militar

Una herramienta de paz contra el cinismo político y la guerra

Fuentes: Viento Sur

Aunque el gobierno español asegure que ya no estamos en guerra contra nadie, esto es rigurosamente falso. Que participemos en la continuación de lo que una buena parte de cierta izquierda haya llegado a considerar, al parecer, guerra «legal» contra el terrorismo -aquella que «autorizó» Naciones Unidas al poco de los atentados contra las torres […]

Aunque el gobierno español asegure que ya no estamos en guerra contra nadie, esto es rigurosamente falso. Que participemos en la continuación de lo que una buena parte de cierta izquierda haya llegado a considerar, al parecer, guerra «legal» contra el terrorismo -aquella que «autorizó» Naciones Unidas al poco de los atentados contra las torres gemelas de Nueva York- , por oposición a la «ilegal» guerra de Irak es una buena prueba de ello. Con medio país sumergido en enfrentamientos armados protagonizados aún por la guerrilla talibán, es sorprendente de que forma se puede llegar a ocultar, cuando interesa, una realidad apabullante: en febrero un proyectil caía en Afganistán a 50 metros de donde dormían 25 legionarios y apenas tuvo el asunto repercusión mediática, mientras que un artefacto explosivo en un local vacío colocado por ETA podía seguir, por aquellas fechas, ocupando las portadas.

Paisaje tras la tormenta, o la hipocresía a denunciar

Las cosas no han cambiado mucho en lo que se refiere a la colaboración efectiva del gobierno español con el desorden mundial que promueve el «amigo americano». Bien es cierto que l@s socialistas siempre han demostrado un saber hacer y una mano izquierda en los asuntos internacionales (algo de izquierda al menos debían tener en esto, claro) que les impide actuar con los excesos verbales y el descaro simplón y chulesco de sus «oponentes» del Partido Popular, y eso siempre les trae buenos réditos electorales, como demostró su estudiado afán de protagonismo durante las movilizaciones contra la guerra.

Pero, por ejemplo, no se nos puede escapar el hecho de que este segundo semestre de 2006 España asume el mando operativo de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF), operación de Naciones Unidas liderada por la OTAN, en la herencia de una actuación militar que, políticamente, poco se diferencia en sus fundamentos e inmoralidades de la de Irak (1). Y tras un notorio incremento (200 nuevos soldados) de la presencia española en la zona. Desde un punto de vista práctico, se puede afirmar sin lugar a dudas que se sacaron las tropas de Irak para poder incrementar con la necesaria holgura -política y logística- las presentes ya por entonces en Afganistán.

El humanitario ejército de toda la vida…

La democracia no ha llegado en absoluto a Afganistán: la mitad de los candidatos electos en las elecciones de septiembre de 2005 son ex señores de la guerra o antiguos líderes tribales y, así, lo pactado con criminales de guerra permitirá a Karzai continuar con los planes de la administración estadounidense. Porque, merced a la manga ancha de la OTAN y la ONU (permitiendo la presentación a las elecciones de estos personajes) y a la corrupción generalizada del proceso, que incluso llevó a la dimisión de 50 miembros de la comisión electoral, un nuevo objetivo del gobierno de George W. Bush se ha cubierto: la proporción de los criminales de guerra en la Wolesi Jirga (2) les permitirá impedir su procesamiento ante los tribunales, y bloqueará los esfuerzos para promover reformas importantes, que hubieran debido incluir una mayor igualdad para los mujeres, al tiempo que queda así garantizado el respaldo al gobierno prefabricado de Hamid Karzai, y se asegura el tránsito de los recursos energéticos de la zona a través de suelo afgano (sí, de nuevo el conocido intercambio de sangre por…»globalización energética»: ver EL PAIS 01/02/2004). Todo ello, cómo no, con la humanitaria y desinteresada colaboración del ejército español de toda la vida.

…Y un Gasto militar con la inercia de siempre

Pero, volviendo a la realidad política cotidiana en el Reino de España, tampoco se nos puede escapar el hecho de que el incremento del presupuesto militar sigue a buen ritmo (3), esta vez incluso con llamativos aumentos de sueldo a los militares para frenar la sangria de un «proceso de profesionalización» que, hasta la llegada de los socialistas al poder y los consiguientes incentivos económicos, y de todo tipo, para la tropa, estaba abocado al fracaso, pero que ahora pudiera estar viendo la luz al final del tunel. Y qué decir del cinismo manejado por José Luis Rodríguez Zapatero en la cuestión de las dotaciones para I+ D. Sus declaraciones electorales de rechazo al panorama de inversiones militares disfrazadas en ése área, y su pretendida determinación para acabar con esta estafa social llegaron a emocionar a los más viejos pacifistas del lugar. ¿La realidad? Nada que ver con las promesas.

El gasto público para I+D en programas militares, que llevaba varios años estabilizado alrededor de los 1330 millones de euros, ha aumentado este año un 27%, según señala el «Informe 2006 sobre los Presupuestos para I+D civil y militar en el Estado español» elaborado por la Fundació per la Pau en el marco de la Campaña «Por la paz: no a la investigación militar!»(4). Así, la investigación militar es una de las grandes beneficiarias del aumento, tan publicitado por el Gobierno, de inversión en I+D.

El dinero que el Estado español dedicará a investigación militar en 2006 (1.684 millones de Euros) supone el 26% del gasto total en I+D, y se obtiene sumando el presupuesto de investigación centralizado desde el Ministerio de Defensa con los anticipos a empresas que facilita el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, para el diseño y construcción de nueve tipos distintos de armamento, según aparece en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) presentado por el Gobierno para 2006.

Nuevas vías de actuación: el momento de la Objeción al Gasto Militar

Es tal vez este el momento más inevitablemente adecuado para revitalizar la Objeción por Conciencia al militarismo. Las herramientas deben de cambiar, porque el panorama lo ha hecho hace ya tiempo. Pero, como esbozamos un poco más arriba, la inoperancia e incapacidad de los gobiernos del PP para sacar adelante un precipitado proceso de profesionalización al que les abocó la fortaleza de la campaña de la insumisión, prácticamente hacía suficiente acompañar el proceso hacia el precipicio al que se dirigía irremediablemente.

Sin embargo, el relevo llevado a cabo en la Moncloa está en ciernes de detener esa debacle. Se acabaron los tiempos de la complicidad interesada del grupo PRISA hacia el discurso pacifista, y la COPE y Libertaddigital no estarán tampoco por la labor de minar al gobierno en la sacrosanta materia de la «Defensa», al menos con l@s antimilitaristas como compañer@s de viaje.

La Objeción al Gasto Militar es una opción que no ha parado de evolucionar desde que en 1983 la Asamblea Andaluza por la Noviolencia propusiese la Objeción Fiscal para oponerse a la compra de cuatro aviones F-18. Miles de personas se han atrevido en todos estos años a experimentar lo que representa personalmente la desobediencia a los impuestos para la guerra.

Porque ahora incluso existen desobedientes y personas objetoras, como en su momento hubo insumisos y objetores. Nadie, con un mínimo de coherencia ideológica, debería nunca renunciar a reclamar el derecho a que sus impuestos se usen para la Paz y no para la preparación de la guerra (objeción al gasto militar) aunque lo más deseable sea desobedecer directamente la normativa actualmente vigente para la declaración de la renta y negarnos a que parte de nuestro impuestos estén destinados al gasto militar, desviándolos por nuestra cuenta a proyectos socialmente útiles (desobediencia al gasto militar).

Y no deberíamos tampoco limitarnos al período de la declaración de la renta: deberíamos participar colectivamente en la crítica al gasto militar desde el momento en que los presupuestos son presentados para su aprobación entre octubre y noviembre de cada año. En cada área sindical o laboral, en cada proyecto conservacionista o ecologista, en cada reclamación vecinal, en cada protesta estudiantil, en las necesidades de nuestros mayores, en el área de la salud, en los planes de vivienda, en la educación en la tolerancia, en la lucha contra el trabajo precario, en la integración de la inmigración, en la igualdad para la mujer etc. hay unos fondos que nunca están disponibles para ésas áreas sociales «porque los presupuestos no dan para más». Es el momento de reclamar que se cese en la inversión militar y que se acudan a las necesidades sociales reales.

La objeción al gasto militar responde a una necesidad de no colaboración y, por tanto, de no participación pública y consciente.

Y en la declaración de la renta, ¿cómo se objeta?

Lo mejor es hacer la declaración de renta ordinaria o simplificada y no la hoja de devolución rápida. Se puede hacer a mano, con la ayuda del programa informático de la Agencia Tributaria, o incluso pedírselo a un gestor (informándole previamente de la existencia y el contenido de algunas de las webs que indicamos al final de éste artículo).

Hacemos nuestra declaración hasta llegar a la casilla «Cuota resultante de auto-declaración»que indica los impuestos que habríamos de pagar a hacienda. De optar por la Objeción porcentual, sobre esta cantidad se calculará más adelante el porcentaje de nuestra objeción.

En todo cado, se tacha una de las casillas no utilizadas del apartado de «Retenciones y demás pagos a cuenta» (por rendimientos del trabajo, por rendimientos del capital mobiliario, por aplicación del régimen especial de atribución de rentas, por ganancias patrimoniales incluidos premios, etc…)que viene a continuación, escribiendo encima «por objeción fiscal a los gastos militares» y el importe objetado.

Esa cantidad puede ser la que elija cada persona, pero la campaña propone diferentes formas, según la situación y disposición del declarante:

a) Una cuota porcentual: es la proporción del gasto militar total en los Presupuestos Generales del Estado. Incluye, además del presupuesto oficial del Ministerio de Defensa, las partidas ocultas repartidas entre varios ministerios y organismos autónomos: aportaciones a la OTAN y a la UEO, créditos a la industria armamentista, I+D militar, clases pasivas militares. El cálculo del porcentaje es el resultado de un análisis en profundidad realizado por fuentes antimilitaristas.

b) Una cuota fija: 84 €, cifra escogida simbólicamente en protesta por los 84 países empobrecidos por la deuda externa

c) Cuota simbólica: Por 1 € ó 84 céntimos. Lo importante es dejar constancia de la objeción e ir perdiéndole el miedo a desobedecer, expresando nuestra discrepancia.

d) Cuota cero y objeción fiscal para quienes no hacen declaración o sólo quieren expresar su objeción: se trata de adjuntar un texto, al igual que en las otras tres opciones, en forma de carta exigiendo el reconocimiento del derecho a la objeción al gasto militar, pero en este caso remitido por quienes no tienen obligación de declarar o teniéndola, sólo quieren, por el momento, expresar su rechazo al gasto militar.

Una vez realizada la correspondiente modificación se sigue el cálculo con normalidad hasta el final.

Destinos, para nuestros impuestos, pedagógicamente solidarios

La campaña propone destinos para el dinero efectivamente «desviado». Así, Alternativa Antimilitarista.MOC ofrece varios proyectos, normalmente uno internacional y otro local. En 2005 se propuso un proyecto de resocialización de niños y niñas soldado en Sierra Leona y el apoyo a la Plataforma contra el complejo Químico-Militar de la Marañosa. Este año se ha optado por apoyar a La Red de Comunidades en Resistencia de Colombia. Esta Red se declara en resistencia frente al conflicto armado que incluye al propio Estado y sus acciones contra miembros de organizaciones sociales. No permite la presencia de actores armados en los territorios de las comunidades. Busca generar lazos de solidaridad frente a las graves situaciones de violación de derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario que vienen sufriendo. El proyecto local depende este año del estado de la campaña en cada localidad donde se trabaje la campaña, de si existen organizaciones que impulsan dentro ella su propia campaña de objeción al gasto militar, etc. Cada persona objetora puede informarse en los colectivos locales que promueven la campaña.

CGT, como otras organizaciones y colectivos, también propone todos los años varios proyectos. El pasado optaron por la construcción y equipamiento de un hospital en el municipio autónomo Ricardo Flores Magón en Chiapas y un proyecto de plan de reconstrucción y desarrollo democrático para el Rif marroquí, tras el terremoto de febrero del 2004. Este año enfocan la Objeción hacia la creación de fondos de resistencia contra la represión. Con uno de ellos (la Oficina d’Okupació de Barcelona) quieren mostrar su solidaridad con los proyectos de autogestión social (ocupación de viviendas para habitar, y de edificios vacios para centros sociales) que luchan contra la especulación de las mafias inmobiliarias, y que de forma reiterada e indiscriminada sufren la represión policial e institucional de los desalojos y las inculpaciones injustas de usurpación y desorden, como en el macrojuicio que tendrá lugar en mayor contra 32 okupas de Terrassa.

Junto al impreso de la declaración, el objetor entrega un recibo de haber ingresado la cantidad decidida en el proyecto social alternativo elegido para dejar claro que se trata de un «desvío» y una carta dirigida al Director o Directora de la Agencia Tributaria alegando los motivos de la Objeción a los Gastos Militares. En ella se comunica el total del dinero desviado y el proyecto social escogido como alternativo al Gasto Militar. Además, se exige que el derecho a la Objeción de Conciencia sea reconocido en los siguientes ejercicios.

¿Cuánta gente desobedece al Gasto Militar?

Según la Agencia Tributaria, «oficialmente no se puede contabilizar». Sin embargo, los colectivos promotores de esta campaña intentan conseguir unas cifras lo más exactas posibles. Para ello piden que se les haga llegar una encuesta que permita saber exactamente cuánta gente realiza este acto de desobediencia civil. No es una campaña centralizada sino todo lo contrario, lo que dificulta el recuento. Además, existen personas que consideran esta objeción como un gesto de su conciencia individual. Así que hacen objeción en la declaración e ingresan el dinero objetado a una asociación, sin comunicarlo a nadie. De ahí que los datos son solamente la punta del iceberg.

Según lo calculado por los diferentes colectivos, la cantidad de objetores fiscales se podría acercar a las 4.000 personas, pero es difícil de concretar ya que habría incluir un importante número que no envía a ninguna organización su encuesta. De los datos contabilizados, es Cataluña la comunidad autónoma donde se realiza más objeción al gasto militar, seguida de Madrid, Valencia, País Vasco, Navarra, Andalucía, Aragón y Galicia.

La respuesta de Hacienda

Después de hacer la declaración, puede ocurrir que Hacienda no detecte la objeción, la admita de hecho y no reclame, lo que sucede con el 90 % de los casos.

Si Hacienda lo detecta comunicará el error, ya que de esta forma califica la Agencia Tributaria. Si la declaración es positiva reclamará el dinero; si es negativa, informará de que devolverá una cantidad menor. Si se trata de una reclamación de ejercicios anteriores, Hacienda envía una declaración paralela con un recargo del 7% y del 20 % más tarde si no hay respuesta.

En cualquier caso, existen dos alternativas:

1.- Aceptar la declaración paralela.

2.- No aceptar su propuesta y presentar un escrito de alegaciones. De no estar coordinado en un grupo, se recomienda llegar sólo hasta este punto (existe un modelo estándar de recurso) para evitar los apremios y su coste económico. Este proceso, en ese caso, seguiría ante el Tribunal Económico Administrativo, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma, en el Supremo, en el Constitucional y en el Europeo. Algunas organizaciones promotoras de la objeción fiscal ofrecen asesoramiento legal para quien quiera aventurarse por el «mundo de lo contencioso-administrativo».

Así, este año un antiguo diputado del Parlament, Joan Surroca, ha obtenido una sentencia favorable en Catalunya, basándose en que existe un vacío interpretativo o en una interpretación razonable y en este caso -sostiene el alto tribunal- no se pueden imponer sanciones. Igualmente, ERC presentaba una proposición de Ley para que se reconociera el derecho a la objeción de conciencia en esta materia: en síntesis, se pretendía crear una figura similar a la de los fines sociales o la iglesia en la Renta. Que al hacer la declaración, se pudiera escoger si dedicar ese importe a gastos militares o a un fondo para paz y solidaridad.

El rechazo, como era de esperar, fue abrumador: sólo 14 diputados/as votaron a favor y más de 300 en contra. Proporción muy similar a la recogida por las escasas propuestas parlamentarias que en, en su momento, surgieron en torno a la cuestión de la abolición del servicio militar obligatorio. Sólo la persistencia de una campaña de insumisión organizada quebró tanta cerrazón, precipitando una «profesionalización», hasta el momento, como ya hemos apuntado, constantemente al borde de la asfixia por falta de incorporaciones. Ahora, de nuevo, el incremento de la objeción y la desobediencia al gasto militar son las únicas herramientas que, desde la ciudadanía, pueden negarle de forma efectiva oxígeno al ejército y la guerra.

Colectivo de Objeción y Antimilitarismo de Zaragoza, grupo local de Alternativa Antimilitarista.MOC

Para más información:
Alternativa Antimilitarista.MOC: http://www.nodo50.org/objecionfiscal
http://www.nodo50.org/tortuga/article.php3?id_article=305
CGT: http://www.rojoynegro.info/2004/IMG/pdf/OF2005-CGT.pdf
Coordinadora d’ONG Solidàries de les comarques gironies i l’Alt Maresme: http://www.solidaries.org/ofiscal/
Coordinadora Galega pola Obxección Fiscal: http://www.nonaogastomilitar.org
SIOF: http://www.pangea.org/juspau/siof/eprincipal.htm

NOTAS:

(1) Ver «La guerra de Afganistán fue decidida antes del 11-S: el inicio de las nevadas, principal condicionante de la fecha» en la sección «Afganistán» de www.antimilitaristas.org

(2) Es imposible encontrar en la prensa española, en cualquiera de sus modalidades, confirmación de los resultados electorales en Afganistán, que, por otro lado, tardaron más de dos meses en hacerse públicos oficialmente (ver la mencionada sección «Afganistán» en www.antimilitaristas.org)

(3) Un análisis pormenorizado de la totalidad de los gastos militares puede hallarse también en www.antimilitaristas.org

(4) Ver www.noalainvestigacionmilitar.org