En su cumpleaños número 50, que es este 16 de octubre, el cubano antiterrorista Antonio Guerrero, ingeniero y poeta, escucha quizás en sordina en la cárcel de alta seguridad del estado de Colorado, Estados Unidos, los ecos del desplome de la economía norteamericana y los anuncios esperpénticos del gobierno de Bush buscando frenar el colapso […]
En su cumpleaños número 50, que es este 16 de octubre, el cubano antiterrorista Antonio Guerrero, ingeniero y poeta, escucha quizás en sordina en la cárcel de alta seguridad del estado de Colorado, Estados Unidos, los ecos del desplome de la economía norteamericana y los anuncios esperpénticos del gobierno de Bush buscando frenar el colapso del neoliberalismo y asegurar el bienestar de los poderosos. Tras las rejas penitenciarias de Florence, no es posible ver las noticias sobre Wall Street, las quiebras de bancos, las familias que pierden su hogar y los padres que quedan sin empleo. La tv está prohibida. No es raro tampoco que Antonio ni siquiera pueda escribir, como cuenta en su libro «Desde la altura», publicado en La Habana en 2001.
«Hace tres días que no puedo escribirte,
Y tú intranquilo volando, de rincón en rincón
Alegre en la mañana, nostálgico en la tarde,
Soñador en la noche.
Hace tres días, perdóname poema
Me dejaron sin lápiz. «
Sin diarios, y sin revistas están Antonio y sus compañeros, los otros cuatro patriotas cubanos, que sin embargo reciben cartas de solidaridad de todo el mundo. En Chile, Sandra Rojas, activa impulsora de la Coordinadora de Solidaridad les escribe a los cinco una vez al mes, y lleva ya más de 600 cartas… Y así, de alguna manera se filtrarán sin duda hechos que puedan hacer sonreír en su cumpleaños a este ingeniero, que en Cuba estuvo a cargo de la ampliación del aeropuerto de Santiago de Cuba. El tenía 40 años cuando fue arrestado. Trabajaba en un taller de metales en la Base Naval estadounidense de Boca Chica, Florida. Fue detenido junto a otros cuatro patriotas cubanos dispersos ahora en cárceles de Kentucky, Tejas, California, Wisconsin y Florida. Todos formaban parte de la red Avispa Roja que alertaba a la isla sobre los planes de las organizaciones terroristas del exilio cubano de Miami.
María Eugenia Guerrero, hermana de Antonio, acaba de partir a Australia luego de visitar Chile, donde este sábado 11 presidió en el instituto Alejandro Lipschutz un acto realizado por la Coordinadora de Solidaridad con Cuba, revelando las difíciles condiciones de la vida de Antonio en una cárcel con un reconocido historial de violencia, maltrato y racismo. En abril de este año, durante la última visita de María Eugenia y su madre, Mirta, a la cárcel de Florence, Colorado, vivieron aterradas los disturbios que en el patio de la prisión cobraron la vida de dos prisioneros y les significaron a ellas la interrupción de su derecho a visita.
Tony, el hijo de Antonio, es abogado y trabaja activamente desde Cuba en su defensa, que en Estados Unidos está a cargo del abogado norteamericano Leonard Weinglass (75 años, Universidad de Yale). Weinglass visitó Chile a comienzos de septiembre, donde enfrentó con serenidad la noticia del rechazo del último recurso legal de apelación por los cinco cubanos antiterroristas encarcelados en Estados Unidos.
El fallo
El fallo ratifica las penas las penas de cadena perpetua para Gerardo Hernández, y de 15 años para René González. Ellos deberán recibir nuevas sentencias en Miami, que deberían ser dictadas por la misma jueza que en 2001 condenó a prisión perpetua a Antonio Guerrero y a Ramón Labañino y a Fernando González, le dió 19 años.
En la marcha por la libertad de los Cinco, realizada frente a la Casa Blanca al cumplirse los 10 años de prisión, en septiembre de este año, se leyó una carta en que Gerardo Hernández expresaba: «Alguien mencionaba recientemente que ahora la última palabra la tiene la Corte Suprema. Yo diría que es, en todo caso, la penúltima. La última palabra en el caso de los Cinco la tienen ustedes, nuestras hermanas y hermanos de Cuba, de los Estados Unidos y de todo el mundo, que a lo largo de estos años han sido nuestra principal fuente de aliento. Nuestras esperanzas no están depositadas en ninguna corte. Diez años son más que suficientes para habernos curado de cualquier ingenuidad. Sabemos que la razón está de nuestra parte, pero para que se haga verdadera justicia necesitamos un jurado de millones de personas en todo el mundo, y los necesitamos a ustedes, defensores de las causas justas, para dar a conocer nuestra verdad.»
Weinglass se enteró del rechazo de su apelación en Santiago de Chile, al finalizar el intenso programa preparado por el Centro de DDHH de la Universidad Central – presidido por el ex juez Juan Guzmán – y por la Coordinadora de Solidaridad con Cuba. Anunció entonces que el 1º de diciembre solicitará a la Corte Suprema de Estados Unidos la revisión del caso. La respuesta se conocería entre febrero y junio de 2009. El jurista sostiene que la libertad de los cinco cubanos depende ahora en gran medida de la presión de movimientos sociales, juristas, y luchadores por los derechos humanos. El ex juez Guzmán solidarizó con su causa, ya que él mismo asistió a una de las etapas del juicio -en Atlanta- comprobando las irregularidades. El presentó a Weinglass ante colegas chilenos de organizaciones de derechos humanos, y ante la Asociación Americana de Juristas, bautizando a Weinglass como «Gladiador», por su lucha contra el imperio y en pro de los derechos humanos.
Vasta trayectoria
Weinglass logró en 1972 la absolución de la afroamericana Angela Davis, acusada de asesinar a un policía. También defendió a Jane Fonda en su demanda contra Nixon y a «los 8 de Chicago» que en 1971 revelaron los documentos secretos del Pentágono sobre la guerra de Vietnam. En 1987, demostró la inocencia de Amy Carter, hija del ex mandatario Jimmy Carter, por la toma del edificio de la Universidad de Massachussetts. Enarbolando la doctrina jurídica de la «necesidad», argumentó que ella cometió un delito menor para evitar un mal mayor: el ingreso al campus de agentes que buscaban reclutar estudiantes para la CIA, responsable de crímenes y asesinatos. En 2003, Glasswein logró la libertad condicional para Kathy Boudin, del movimiento radical de los Weather Underground, luego de 23 años de prisión.
¿Qué hechos hacen de Los Cinco de Cuba un caso sin precedentes en la justicia norteamericana?
«A ellos no se les condenó por violar nuestras leyes, sino por dejar en evidencia a quiénes sí lo hacían. Al infiltrar la red terrorista en Florida ellos demostraron la hipocresía de Bush, que protege a los terroristas en Estados Unidos.
Es primera vez en nuestra historia que se ha sentenciado a personas por un cargo de conspiración para cometer espionaje, sin que hubiera ni una sola página de documentos clasificados obtenidos por ellos.
También es primera vez que se condena por «conspiración para cometer asesinato» a alguien que estaba en Estados Unidos cuando las víctimas mueren. Gerardo Hernández estaba en Miami el día en que la Fuerza Aérea de Cuba derribó a dos aviones tripulados por miembros de «Hermanos al Rescate»que amenazaban su espacio aéreo. Murieron cuatro miembros de esa organización para-militar. La aeronáutica civil de Florida alertó a Cuba de este vuelo. El jurado oyó grabaciones de las autoridades cubanas solicitando al piloto salir de su territorio. Pero la sentencia afirma que él se concertó con los pilotos de los Mig para derribar ese avión.
Tampoco había sucedido nunca que una sala de la Corte de Apelaciones del Circuito de Atlanta, revocara un fallo federal. Joan Lenard, la jueza del distrito de Miami dependiente del citado circuito, había rechazado la petición de la defensa de trasladar el juicio a una ciudad a 40 km de Miami. En agosto de 2005, los tres jueces de apelaciones revocaron las condenas perpetuas dictadas en 2001 por cargos derivados de su pertenencia a la red de espionaje Avispa Roja, sosteniendo que los acusados no tuvieron un debido proceso, a causa del predominante prejuicio anticubano. Era un fallo histórico. La administración Bush adoptó otra decisión inédita:apelar sometiendo el caso al plenario de doce jueces del Decimoprimer Circuito de Atlanta. Así se revocó, en 2006, ese fallo. El juicio en Miami duró siete meses, es el más largo que se conozca en estos tiempos, con 119 volúmenes de transcripciones.
Pese a las dramáticas acusaciones y declaraciones de los testigos, sólo la prensa de Miami habló del caso. ¡En Chile hablé con más periodistas y jueces de los que he podido contactar en Estados Unidos durante los cinco años que he trabajado en el caso!»
¿Quiénes fueron esos testigos?
«Declararon aseverando que su misión en Estados Unidos no representó peligro alguno para la seguridad de Estados Unidos, Richard Nuccio, el ex consejero presidencial sobre Cuba del ex Presidente Clinton; el almirante ® Eugene Carroll, miembro del Centro de Información para la Defensa de EE.UU y los generales ® de ejército James R. Clapper, Charles Elliot Wilhelm y Edward Breed Atkeson. Además, los fiscales y abogados defensores grabaron en Cuba la declaración del ex jefe de la contrainteligencia General Fabián Escalante, sobre el historial de agresión por los grupos paramilitares de cubanos exiliados, acerca de lo cual también declaró el teniente Roberto Hernández Caballero, el único oficial cubano que lo hizo en Miami.»
«Los cinco» y su historia
¿Cómo describiría usted a los cinco?
«Son valientes. Tienen sólidos principios y están decididos a defender a su país, por eso emprendieron una misión tan peligrosa. En Angola hay un activo Comité de Solidaridad con los 5 porque en 1988, René González, Fernando González y Gerardo Hernández combatieron en la batalla de Cuito Cuanavale, que selló la suerte del colonialismo en Africa.
En Estados Unidos ellos estaban desarmados y no cometieron ningún daño contra bienes norteamericanos ni hicieron acto alguno de sabotaje.
Desde que ellos alertaron al gobierno cubano sobre los planes terroristas de Hermanos al Rescate, Alfa 66 y otros, nunca más hubo que lamentar muertes o sabotaje en la isla.
Mi cliente, Antonio Guerrero, a diferencia de los otros cuatro, que infiltraron organizaciones mercenarias, trabajaba en un taller de metales en la Base Naval estadounidense de Boca Chica, ubicada en Key West a una distancia de apenas 4 minutos de vuelo con Cuba. Su tarea era reportar las actividades abiertas de esa base de entrenamiento de pilotos, que no tenía guardias ni vallas de acceso. El comandante de la base explicó en el juicio que ellos querían que viniera la gente a conocer el lugar y tomaran fotos de los aviones, para que así supieran en qué se gastaban sus dineros como contribuyentes.»
¿Fue grande el impacto de su detención?
«Enorme. De inmediato el Pentágono y el Ministerio de Justicia sacaron una declaración asegurando que él no había tenido acceso a documentos secretos en Boca Chica, y eso mismo le dijeron al jurado. Lo condenaron porque ‘tenía la intención de espiar algún día’ según ellos. Antonio postuló al empleo con su identidad real como cubano americano, graduado de ingeniero en la Unión Soviética. Uno de los cargos que le hicieron fue no haber cumplido con la ley que obliga a los agentes extranjeros a advertir al Ministerio de Justicia. No hacerlo acarrea una sentencia de diez años de prisión.»
¿Cuáles fueron los argumentos de la defensa?
«Se intentó usar la doctrina de necesidad que esgrimí al defender a Amy Carter. Este era un caso de autodefensa, en que ellos actuaban como agentes infiltrados en las organizaciones cubano-americnas y reportaban su información al gobierno cubano para detener el terrorismo que había significado en total más de 3.600 muertes, atentados y múltiples actos de sabotaje orientados, en los 90, a impedir que Cuba pudiera desarrollar la industria del turismo y se derrumbara, como efecto de la crisis declarada por el colapso de la Unión Soviética.
Cuando se inició el juicio en Miami la defensa le informó a la corte que iba a usar esta doctrina, presentando35 documentos que mostraban la muerte en 1997 del turista italiano Fabio Di Celmo, bombas en buses de turistas, etc. La defensa llamó a declarar a los terroristas responsables de esos actos, ya identificados por Los Cinco. Sin embargo la jueza, luego de escucharlos sostuvo que la defensa no había logrado acreditar la defensa por necesidad. Ordenó retirar las pruebas y no tomar en cuenta esas declaraciones.
En la apelación rechazada ahora, incluí un texto escrito por un jurista brillante de la Facultad de Leyes del estado de Utah. Afirma que es un error no aceptar esa doctrina ya que estos hombres estaban haciendo una obra de bien al tratar de detener la violencia.»
¿Qué pueden esperar los 5 cubanos si Obama gana la elección presidencial?
«El pueblo chileno sabe muy bien que la salida de escena de alguien que ha tenido el poder a nivel nacional no es sinónimo del fin de todo el mal, porque permanece su herencia de continuidad. En Chile, me ha parecido alentador constatar que la izquierda está viva, luchando contra la herencia de Pinochet sobre la base del legado del Presidente Allende, que no se ha olvidado.
En Estados Unidos la herencia de Bush es el poder imperialista, acompañado ahora de un fuerte control de la población. El desmantelamiento del aparato construido para ello no se logra de la noche a la mañana. Es probable que se reconsideren los excesos de la política de Bush. Tal vez ya no habrá tortura, se cierre Guantánamo, se reduzcan las fuerzas en Irak, y disminuyan algunos excesos derivados de la Ley Patriótica contra el terrorismo. Pero no habrá cambios estructurales. La administración de Obama continuará con los objetivos fijados en Afganistán y eso nos podría conducir incluso a un nuevo Vietnam.
En cuanto a los Cinco Cubanos, es posible que ya no sean objeto de tanto maltrato y a las esposas se les permita visitarlos, porque ahora dos de ellos no han visto a sus esposas en estos diez años.
Ciertamente, el presidente tiene la facultad de conmutar una pena una vez concluido el juicio. En 1999, al finalizar la presidencia de Clinton, logré el indulto para el líder independentista portorriqueño Juan Segarra Palmer, miembro de «Los Macheteros» que llevaba 19 años en prisión. Es más difícil saber si Obama liberaría a los cinco, especialmente en el caso de Gerardo Hernández, porque las familias de las cuatro víctimas del derribamiento de los aviones que sobrevolaron La Habana viven en Miami. Su defensor es el presidente del Colegio de Abogados de Florida, y futuro Presidente de la Asociación Nacional de Abogados. Miami decidió la última elección presidencial.Allí viven 650.000 cubano- americanos, y su Alcalde, los concejales, el Presidente de la Cámara de Comercio y el dueño del diario Miami Herald también lo son. Por eso en 1997, cuando el gobierno cubano advirtió al gobierno norteamericano a través del almirante ® Eugene Carroll que debía impedir que los aviones de Hermanos al Rescate continuaran sobrevolando Cuba, y que a partir de esa fecha defendería militarmente su espacio aéreo, Washington no hizo nada. Miami es la única ciudad de Estados Unidos que tiene una política de relaciones exteriores propia, orientada a derribar el gobierno de Raúl Castro.»
¿Cómo puede ser optimista con este panorama?
«En mis 50 años de abogado he visto mucha injusticia, pero también la reparación de mucha injusticia. Por eso no soy pesimista. En los casos políticos el proceso está vinculado con la fortaleza de los movimientos políticos. He visto éxitos notables cuanto esos movimientos son fuertes, como el caso de Angela Davis. Además, cuando visito a los cinco, y veo su fuerza y convicción, eso me da la inspiración necesaria para seguir trabajando con más fuerza. Para mí también son héroes.»
¿Había estado antes en Chile?
«Sí. Sólo días después del golpe, el estudio en que yo trabajaba en Nueva York recibió una petición desde Cuba, de indagar qué había sucedido al economista Jaime Barrios, asesor del Presidente Allende, cuya esposa era cubana. Viajé a Chile la semana después del golpe militar. Pero nada pude hacer, él había sido hecho prisionero, se negó toda la información sobre el caso, y entiendo que hasta ahora permanece desaparecido.»
¿Esa estadía en Chile lo marcó a usted?
«Totalmente. Por eso en mis charlas aquí yo partí pidiendo perdón por el papel de Estados Unidos en el golpe militar, por su rol aquí y en tantos otros lugares…Milan Kundera dijo que la lucha por la justicia es una batalla entre la memoria y el olvido. La mayor parte de la gente está tratando de olvidar, y por eso es que no hay continuidad de las luchas. Pero cuando uno recuerda, entonces tiene la base para continuar la batalla. De manera que yo recuerdo. Recuerdo a Chile con los tanques en las calles vacías».