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En el fuego con jóvenes activistas climáticos

Fuentes: Thurthout

Traducido por Eva Calleja

Está teniendo lugar un levantamiento estudiantil a nivel mundial, con jóvenes de todo el mundo demandando que los adultos se enfrenten a la crisis climática con todas sus fuerzas. Necesitan una base sólida y la colaboración adulta para los desafíos futuros.

Después de su discurso ante los líderes mundiales en la conferencia del clima de la ONU en Polonia en diciembre de 2018, la activista sueca de 16 años Greta Thunberg se convirtió en una de las caras más conocidas de este movimiento cuando dijo «Dado que nuestros líderes se están comportando como niños, tendremos que asumir la responsabilidad que debieran haber asumido ellos hace tiempo».

Por todo el mundo están apareciendo líderes juveniles como Thunberg. Tuve el privilegio de trabajar con un grupo de ellos del United World College of the Atlantic a principios de marzo de este año, cuando codirigí un retiro en el RU con jóvenes de 17 y 18 años. En el retiro había seis adultos y estudiantes de 11 países. Todos los estudiantes habían estado en primera línea durante la última huelga; todos ellos tienen profundos interrogantes sobre su futuro. Una joven de los Países Bajos llamada Maura Van der Ark -a quien tuve el placer de conocer en la selva amazónica hace dos veranos, cuando el reportero de Tuthout Dahr Jamail y yo investigábamos para su libro El fin del hielo – había organizado el retiro para ayudar a sus compañeros a encontrar una base sólida para estos tiempos.

Estos jóvenes estaban agotados de tanto trabajo, con una enorme presión para tener éxito según los estándares de la sociedad, llenos de dudas sobre el camino a seguir hacía el futuro, y enfadados con su herencia planetaria. Albergaban una fuerte necesidad de reducir la velocidad, ser ellos mismos, reflexionar y conectarse profundamente con la Tierra, el uno con el otro y con adultos comprensivos que les alienten. Mi experiencia con ellos dejó una profunda huella en mí.

Necesidad de una pausa profunda

Durante nuestro retiro los jóvenes llenos de talento, motivados, brillantes y devotos, se tranquilizaron gracias al ambiente espacioso y sin exigencias que les ofrecimos. Las expectativas de los padres, la escuela y la inmediatez de la crisis climática se aplazaron. Una de las estudiantes, Laurie Chan, escribió esta experiencia:

Ser capaces de parar y pensar de verdad es tan raro y difícil de conseguir en esta vida tan acelerada… la idea de que somos más productivos si estamos en continuo movimiento no es verdad. Por el contrario, hace que estemos más cansados y olvidemos quienes somos, cuáles son nuestros valores, quienes queremos ser y hacia dónde queremos ir… La lección más importante que me llevo del retiro es que las respuestas importantes, que aparentemente cambian la vida, están siempre dentro de nosotros, pero se necesita esta clase de autointrospección para unir las piezas y sacarlo hacia afuera.

En esta misma línea Sanela Ramic, de Bosnia, escribió «La calma es en verdad un superpoder.»

Caminar juntos, con respeto y solidaridad intergeneracional

Una de las estudiantes, Beth Irvin, habló sobre la diferencia de edad de 60 años que había en el retiro y de lo que pensaba de las generaciones anteriores. «Hay mucha culpa e ira dirigida hacia las generaciones anteriores», me escribió después de que terminara el retiro. «Quiero que me tomes en serio cuando digo que estoy aterrorizada. Y necesito que actúes ahora, como yo lo estoy haciendo».

«Puede que no seamos capaces de revertir la situación climática, pero siento consuelo al saber que a otros les importa igual que a mí», continuo Irving. «Cualquier cosa que consigamos puede que no sea suficiente, pero la salvación es que lo haremos JUNTOS. Tiendo a esconderme tras mi desesperanza, así que realmente ayuda tratar todo esto juntos abiertamente».

Poco después de escribir esto, Irving se unió a Greta Thunberg y a un grupo de líderes estudiantiles que reunió, para fortalecer aún más las huelgas organizadas por los estudiantes.

Es necesario, tanto para los adultos como para nuestros jóvenes, mantener una conversación cogeneracional delicada y honesta.

Weston Pew, de 30 años, ofrece talleres que ayudan a la gente a aceptar la enormidad de los tiempos, mientras nos devuelve a la correcta relación del uno con el otro y con el planeta, sin importar el desenlace de las crisis convergentes que están sobre nosotros.

En A Call to Our Elders (Una llamada a nuestros mayores), escribió que su oración para la gente de más de 50 años es «reestablecer la conexión con… su yo que actúa no solamente en beneficio propio y el de su familia, sino en el beneficio de toda la humanidad y los sistemas biológicos más grandes con los que estamos emparentados… dicha acción define lo que significa ser un ancestro digno del amor y el respeto de las futuras generaciones».

Una noche en mitad del retiro, no podía dormir cavilando con un dilema apremiante: ¿Cómo se equilibra la sabiduría del anciano Cherokee Stan Rushworth, que dice «Nunca cruces el fuego de un joven» con nuestra responsabilidad de decir la verdad de que ya estamos en el precipicio en lo que se refiere a la alteración climática fuera de control?

O dicho de otra forma, ¿cómo debatimos la necesidad inmediata de adaptar nuestras vidas a guerras que se agravan, escasez de agua, pérdidas de cosechas inminentes a nivel mundial, subida del nivel del mar y caos social, sin amenazar o disminuir la fuerza creativa innata y el deseo de vivir de un niño?

Mi hermana, después de haber trabajado durante décadas en el sistema educativo en Massachusetts, tiene razón cuando dice, «Nunca jamás les quites la esperanza a los jóvenes».

Y también tenemos la necesidad urgente de evaluar lo que somos capaces de hacer personal y colectivamente en esta valiosa ventana de tiempo, mirando de frente a las realidades científicas.

Esta tensión, por lo menos la que sentimos en el retiro, se resolvió. Los jóvenes se están despertando a la urgencia de nuestra crisis climática actual, a menudo más deprisa que los adultos, que están comprometidos con el statu quo.

A la mañana siguiente mantuvimos una conversación sobre los sentimientos de empoderamiento y de intimidad de los estudiantes con sus compañeros de huelga. En un momento dado acabamos teniendo una larga pausa. Después de un rato Beth rompió el silencio. Hablando de las marchas estudiantiles dijo rotundamente «no son suficientes.» Ellos lo saben, cada uno a su manera.

Recientemente Dahr Jamail también habló ante una audiencia llena en una reunión en el ayuntamiento de Seattle. En primera fila había estudiantes de secundaria que habían viajado tres horas en autobús para mirar la realidad de frente.

Shayla Oates, manifestante por el clima de 17 años, contó a Bárbara su experiencia en Australia en la Marcha 15. Oates organizó la marcha en Armidale, Australia, y luego escribió sobre ello:

No creo que los gobiernos vayan a hacer cambios significativos a pesar de nuestros esfuerzos. E incluso si se implantaran estos cambios no cambiarían el cambio climático catastrófico. Pero a pesar de todo, la marcha acaba de terminar y me siento aliviada y feliz. Tengo unas 50 cartas escritas por estudiantes y adultos para enviar al Parlamento, y el enorme apoyo me da confianza.

Esto es el conocimiento y la esperanza caminando juntos. Y la necesidad de estar unidos a amigos de mayor edad.

Cuando Madalena Eisele Cabral Vaz Andre de Portugal vino al retiro, ese conocimiento le aplastaba el espíritu. Nos leyó un poema que le había escrito a la Madre Tierra antes de nuestra reunión. Estas son las cinco últimas líneas:

Querida mamá,

Siento no haber sido lo suficientemente fuerte

Siento haber dejado de luchar por ti

Siento haberte fallado

Y que no hayamos perseverado hasta el fin. 

En la clausura de la reunión plantamos todos juntos un árbol en el campo, un roble que podría vivir más de mil años que nosotros. Dentro del hoyo cada uno colocó una bellota ceremonial que portaba una oración personal. Los estudiantes dieron nombre a sus semillas. Vaz Andre llamó a su semilla «resiliencia». Me dijo: 

Sé que a la gente le debe importar la Tierra para que actúen. Esto lleva tiempo y paciencia. Creo que habrá momentos en los que me enfrentaré al fracaso, a la frustración y a la desesperanza, que podrían hacerme dejarlo todo. Es por esto por lo que he llamado «resiliencia» a mi semilla. La vida no es fácil y hay muchos momentos en los que nos empuja a rendirnos, o a elegir el camino más fácil… esta disposición a tenerlo todo fácil y rápido es algo contra lo que tenemos que luchar. Creo en tomarse su tiempo, en tener tiempo.

Y la resiliencia exige exactamente eso, «tiempo.»

Sentido en el cruce entre los intereses personales y las necesidades del mundo.

En la cultura occidental a menudo encontramos sentido en el contexto de un futuro y de un legado personal mejorados. Enfrentados ahora con el saber sereno que en cierto modo tienen muchos de nuestros jóvenes, debemos tratar de crear vidas con sentido en medio de las condiciones extremas en las que nos encontramos.

Durante el retiro probamos el supuesto de que todos vinimos a la Tierra en este momento de crisis por elección… que queríamos comenzar a sentir la fuerza y la profundidad necesarias para participar en los desafíos futuros. Quizá un sentimiento subyacente generalizado de victimismo por las condiciones catastróficas en las que nos encontramos no sea completamente riguroso o útil. ¿Quién sabe?

Luego reflexionamos sobre cómo nuestras características innatas combinan con nuestra dinámica cultural y biológica y con las estremecedoras realidades en las que nos encontramos, para crear cada una de nuestras llamadas particulares a contribuir frente al desastre climático. Estas hebras conforman el profundo potencial desde el que emergemos como nosotros mismos. Convocar este potencial fue posible en el espacio protegido del silencio y la escucha. La conversación fluía naturalmente y se intercalaba con momentos de silencio, que llegamos a respetar como una incubadora de entendimiento y perspectiva. Miramos lo que nos despierta y lo consideramos como guías que señalan hacia nuestras aportaciones particulares.

En lugar de pensar solo en términos de liderazgo para la supervivencia, los estudiantes han sintonizado con sus pasiones artísticas, su necesidad de conectar con corrientes ancestrales, su atracción por una intimidad que no es la tradicional, su llamada a remodelar el currículo de las escuelas, etc. Cuando se encendía su fuego era fácil ver el empoderamiento y el liderazgo, aunque no quizá en términos de mentalidad progresiva. Llegaron a ver su trabajo común como un apoyo para los distintos intereses y el entusiasmo de cada uno.

Hacer promesas

Durante el retiro también recurrimos a la espiritualidad antigua asociada con los montículos circulares de arcilla que definían la localización de las estructuras en la finca, posiblemente de origen celta. Los estudiantes estaban intrigados por los cimientos energéticos y ceremoniales del lugar en el que se encontraban.

Las reflexiones sobre los origines espirituales celtas del lugar dieron paso a sus propias historias sobre la capacidad de sanación medicinal de sus ancestros y de las tradiciones chamánicas de sus linajes. Peter Glassey, administrador de la finca, nos enseñó cómo medir la edad de los viejos robles. Las historias sobre árboles desencadenaron formas de memoria e inspiración que no están normalmente incluidos en nuestras opciones de supervivencia. Me pareció que estos jóvenes eran los guardianes de otra forma de ser. En la clausura de nuestro ritual de plantar árboles mientras cantábamos sobre el pequeño árbol, sopló un viento inusualmente fuerte y se podía sentir fácilmente la presencia de algo más grande. A medida que llegamos al límite de muchos de los frentes en el planeta, quizá sea importante la relación con factores no lineales.

Al final del retiro los estudiantes montaron en el autobús de vuelta a Gales. Antes de bajarse se hicieron varias promesas entre ellos. Una fue que cuando se encontrasen en el campus se abrazarían. Lo están haciendo, llenando su necesidad de contacto, un calmante para el sistema nervioso y un recordatorio de una profunda corriente de sabiduría.

También están compartiendo esta sabiduría. Los jóvenes que vinieron al retiro ofrecieron una versión de este taller a otros 25 estudiantes el fin de semana pasado y están montando una Habitación Silenciosa multiconfesional en el campus.

También acordaron que cuando se encuentren y se pregunten «¿Cómo estás?» contestarían con sinceridad y se escucharían mutuamente.

Esta es la semilla de una comunidad sana arraigándose.

Sanela Ramic terminó la última cena del retiro con estas palabras escritas en una tarjeta que escribió al grupo:

Todos nosotros nacemos con suavidad, es vital que crezcamos dentro de ella y que nunca dejemos que nuestros corazones se enfríen. Sobrevivir no es lo más importante. Lo que importa es que no nos traicionemos el uno al otro.

El fuego, tanto en jóvenes como en mayores, mantiene nuestros corazones calientes incluso mientras se rompen, abriéndose cada vez más profundamente a las conexiones vitales entre nosotros y con esta valiosa Tierra.

Dahr Jamail contribuyó a este reportaje.

Referencias comentadas:

Greta Thunberg, estudiante sueca y activista por el clima, dijo a los líderes mundiales en la conferencia por el clima de la ONU en Polonia en diciembre de 2018: «El cambio está llegando, les guste o no. La gente se levantará ante la dificultad. Dado que nuestros líderes se están comportando como niños, tendremos que asumir la responsabilidad que debieran haber asumido ellos hace tiempo». Puedes ver su TED Talk aquí

El ultimo niño en el bosque ( Last Child in the Woods ) es el primer libro que recoge un grupo de investigaciones nuevo y creciente que indica que la exposición directa a la naturaleza es esencial para un desarrollo sano de la niñez y para la salud física y emocional de niños y adultos. Más que dar el toque de alarma, el autor Richard Louv ofrece soluciones prácticas y maneras simples de sanar el vínculo roto, muchas están justo en nuestros propios jardines.

Support children in the face of climate change , es una página de Facebook que es un recurso oportuno e inteligente para padres, profesores y adultos, administrado por Jo McAndrews, miembro de Extinction Rebellion .

El artículo de Weston Pew. Weston es un guía de la naturaleza en Montana y está lanzando una plataforma mediática llamada Path ways to Resilence. Es el fundador y mentor principal de Inner Wild , un programa para ayudar a individuos de cualquier edad a cultivar unas relaciones más profundas consigo mismos, con la Tierra y con la comunidad a través de la exposición y los consejos del mundo natural.

Los Comunicados sobre la alteración climática (Climate Disruption Dispatches) de Dahr Jamail. Las actualizaciones regulares de Jamail sobre la ciencia del cambio climático son fuentes fiables de verdad científica.

Fuente: https://truthout.org/articles/standing-in-the-fire-with-young-climate-activists/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.