El pasado martes 22 se celebró en Madrid una convención del Sector de la Biomasa a la que acudieron ciento veinte profesionales en representación de más de ochenta empresas y entidades para aprobar un Plan de Acción para la Biomasa que reclama el apoyo decidido de las distintas administraciones a esta tecnología.
El acto, convocado por la Asociación de Productores de Energías Renovables-APPA y celebrado en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos, fue inaugurado por el Director General del IDAE, Javier García Breva, quien en su intervención destacó su intención de proponer una «reforma del R.D. 436/2004 para lograr que la biomasa se coloque en situación de rentabilidad».
El Plan de Acción suscrito a raíz de esta jornada -a la que asistieron desde promotores y representates de entidades públicas a científicos y ecologistas- destaca en primer lugar la situación del sector, de práctica paralización de los proyectos por la ausencia de rentabilidad y las dificultades para asegurarse el recurso, pese a las enormes posibilidades que para ello ofrece España.
En la segunda parte se plantean hasta 24 demandas concretas que van desde la puesta en marcha de la Comisión Interministerial para el Aprovechamiento de la Biomasa (que debe coordinar las política de los distintos departamentos relacionados con esta actividad), hasta campañas de sensibilización o reformas normativas.
Destaca la petición de modificación del R.D. 436/2004 para «establecer un incremento lineal de la retribución de la biomasa vía prima y/u otros mecanismos para situarse en condiciones de asegurar la rentabilidad de los proyectos, como mínimo un 125 % de la TMR» (actualmente, la prima no puede superar el 90% de ese valor).
«A partir de esta retribución debería considerarse la discriminación positiva por tamaño de las plantas (a menor tamaño, mayor retribución) y por eficiencia de las tecnologías (a mayor eficiencia, mayor retribución)», se señala en el Plan de Acción
Para los biocombustibles, el sector pide que, en la misma línea, » reciban el tratamiento adecuado para sustituir progresivamente a los derivados del petróleo». Igualmente, pide potenciar el desarrollo de cultivos energéticos sin limitación inicial del número de especies a considerar, «sobre la base de las condiciones edafoclimáticas de cada zona o región; la «utilización racional de todo tipo de residuos de biomasa, especialmente aquellos que aunque se produzcan de forma localizada no se utilicen actualmente»; y el uso de los recursos forestales excedentarios.
El documento también insiste en la necesidad de un política clara de I+D sobre biomasa y la creación de un Centro Tecnológico Multidisciplinar, así como el desarrollo de campañas de divulgación, sensibilización y formación, dirigidas a los sectores implicados para el fomento de la actividad agroenergética, e incentivar la implantación de sistemas de calefacción basado en la biomas en edificios.