La nueva ley de patentes iraquí: una declaración de guerra contra los campesinos Cuando el anterior administrador de la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA), L. Paul Bremer III, dejó Bagdad después de la así llamada «transferencia de soberanía» en junio de 2004, dejó detrás las 100 órdenes que promulgó como jefe de la […]
La nueva ley de patentes iraquí: una declaración de guerra contra los campesinos
Cuando el anterior administrador de la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA), L. Paul Bremer III, dejó Bagdad después de la así llamada «transferencia de soberanía» en junio de 2004, dejó detrás las 100 órdenes que promulgó como jefe de la autoridad de ocupación en Irak. Entre ellas está la Orden 81 sobre «Patentes, Diseño Industrial, Información Confidencial, Circuitos Integrados y Variedades de Plantas» [1]. Esta orden enmienda la ley de patentes original iraquí, de 1970, y a menos que y hasta que sea revisada o rechazada por el nuevo gobierno iraquí, ahora tiene el estatus y la fuerza de una ley en vigor [2]. Con importantes implicaciones para los campesinos y el futuro de la agricultura en Irak, esta orden es otro componente importante en las tentativas de Estados Unidos de transformar radicalmente la economía iraquí.
¿Quién gana?
Durante generaciones, los pequeños campesinos en Irak funcionaron en un sistema de obtención de semillas esencialmente informal y no regulado. Las semillas guardadas en las granjas y la libre innovación con el intercambio de material vegetal entre comunidades campesinas ha sido largo tiempo la base de la práctica agrícola. Esto se ha hecho ilegal bajo la nueva ley. Las semillas que ahora los campesinos tienen permitido plantar -variedades «protegidas» traídas a Irak por corporaciones transnacionales en el nombre de la reconstrucción de la agricultura- serán propiedad de las corporaciones. Mientras históricamente la constitución iraquí prohibió la propiedad privada de recursos biológicos, la nueva ley de patentes, impuesta por Estados Unidos, introduce un sistema de derechos de monopolio sobre las semillas. Insertado en la anterior ley de patentes iraquí como un capítulo nuevo completo de Protección de Variedades de Plantas (PVP) que vela por la «protección de nuevas variedades de plantas». PVP es un derecho de propiedad intelectual (IPR) o un tipo de patente para variedades de plantas que otorga un derecho de monopolio exclusivo sobre material vegetal a un obtentor de variedades de plantas que reclama haber descubierto o desarrollado una nueva variedad. Así que la «protección» en PVP no tiene nada que ver con conservación, más bien se refiere a salvaguardar los intereses comerciales que los obtentores privados (usualmente grandes corporaciones) reclaman por haber creado las nuevas plantas.
Para calificarse para la PVP, las variedades de plantas deben acatar los estándares de la Convención de la UPOV [3], la cual requiere que sean nuevas, distintas, uniformes y estables. Las semillas de los campesinos no pueden cumplir estos criterios, haciendo de las semillas protegidas por el PVP el dominio exclusivo de las corporaciones. Los derechos reconocidos en este esquema a los obtentores de plantas incluyen los derechos exclusivos a producir, reproducir, vender, exportar, importar y almacenar las variedades protegidas. Estos derechos se extienden al material cosechado, incluyendo plantas enteras y partes de plantas obtenidas a partir del uso de variedades protegidas. Este tipo de sistema de PVP es a menudo el primer paso para permitir la patente completa de formas de vida. En efecto, en este caso el resto de las leyes no gobiernan sobre las patentes de plantas o animales.
El período de monopolio es de 20 años para las variedades de cosecha y 25 años para árboles y vides. Durante este tiempo la variedad protegida pasa de facto a ser propiedad del obtentor, y nadie puede plantar o usar de otra manera esta variedad sin compensar al obtentor. Esta nueva ley significa que los campesinos iraquíes no pueden plantar legalmente en libertad ni guardar semillas para replantar de alguna variedad registrada bajo la disposición de variedades de plantas de la nueva ley de patentes [4]. Esto priva a los campesinos de lo que ellos y muchos otros en todo el mundo reclaman como su derecho inherente a guardar y replantar semillas.
El control corporativo
La nueva ley se presenta como necesaria para asegurar el suministro de semillas de buena calidad en Irak y para facilitar el acceso de Irak a la OMC [5]. Lo que hace actualmente es facilitar la penetración en la agricultura iraquí de los productos de Monsanto, Syngenta, Bayer y Dow Chemical -los gigantes corporativos que controlan el comercio de semillas mundial. Eliminar la competencia de los campesinos es un prerrequisito para abrir Irak a sus operaciones, lo que están logrando con la nueva ley. Tomar posesión del primer escalón de la cadena alimentaria es su siguiente jugada.
La nueva ley de patentes también fomenta explícitamente la comercialización de semillas genéticamente modificadas (GM) en Irak. Pese a la seria resistencia de campesinos y consumidores en todo el mundo, estas mismas compañías están promoviendo los cultivos GM entre los campesinos de todo el mundo para su exclusivo beneficio. Al contrario de lo que la industria asegura, las semillas GM no reducen el uso de pesticidas, más bien plantean una amenaza para el medio ambiente y para la salud de las personas mientras incrementan la dependencia de los campesinos del agronegocio. En algunos países como la India, la liberación «accidental» de cultivos GM está deliberadamente manipulada [6], desde que la segregación física de cultivos GM y cultivos libres de GM no es factible. Una vez introducidos en el ciclo agroecológico no hay posible retirada o limpieza de la polución genética [7].
Tal como argumenta la OMC, Irak tiene legalmente un número de opciones para cumplir con las reglas de la organización sobre propiedad intelectual pero los Estados Unidos simplemente decidieron que Irak no debería ni disfrutarlas ni explorarlas.
La fachada de la reconstrucción
Irak es un escenario más en el viaje global hacia la adopción de leyes de patentes de semillas para proteger los derechos de monopolio de las corporaciones multinacionales a expensas de los campesinos locales. Durante la pasada década, muchos países del Sur fueron obligados [8] a adoptar leyes de patentes de semillas a través de acuerdos bilaterales [9]. Los Estados Unidos han presionado a favor de leyes de protección de plantas del estilo de la UPOV más allá de los estándares IPR de la OMC en el comercio bilateral a través de acuerdos por ejemplo con Sri Lanka [10] y Camboya [11]. Igualmente, países que han sufrido conflictos han sido objetivo especial. Por ejemplo, como parte de su paquete de reconstrucción los Estados Unidos han firmado recientemente un Acuerdo Marco de Inversión y Comercio con Afganistán [12], que también incluiría asuntos relativos a IPR.
Irak es un caso especial en cuanto que la adopción de leyes de patentes no fue parte de negociaciones entre países soberanos. No hubo un acuerdo del órgano legislativo soberano como reflejo de la voluntad del pueblo iraquí. En Irak, la ley de patentes es sólo un componente más en la transformación exhaustiva y radical de la economía del país ocupado conforme a las directrices neoliberales por parte de los poderes ocupantes. Esta transformación supondría no sólo la adopción de leyes favorables sino establecer instituciones adaptadas a un régimen de mercado libre.
La Orden 81 es sólo una de las 100 órdenes dejadas atrás por Bremer y entre las más notables de estas leyes está la controvertida Orden 39 sobre la cual efectivamente descansa todo el marco de la economía iraquí, dando a los inversores extranjeros derechos iguales a los iraquíes para explotar el mercado local iraquí. Tomadas juntas, todas estas leyes, que cubren virtualmente todos los aspectos de la economía -incluyendo el régimen comercial iraquí, la dirección del Banco Central, regulación de las actividades de las sociedades comerciales, etc.- son la base sobre la que descansa el mayor objetivo de los Estados Unidos de construir un régimen neoliberal en Estados Unidos. La Orden 81 establece normas consistentes con la «transición desde una economía planificada centralmente, no transparente, a una economía de mercado libre caracterizada por el crecimiento económico sostenible a través de establecer un sector privado dinámico, y la necesidad de aprobar reformas legales e institucionales para hacerlo efectivo».
Presionando por estas «reformas» en Irak ha estado la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos, que ha implementado un Programa de Reconstrucción y Desarrollo Agrícola para Irak (ARDI) desde octubre de 2003. Para llevarlo a cabo, un contrato de un año por 5 millones de dólares USA fue concedido a la consultora norteamericana Development Alternatives, Inc. [13] con la Universidad de Texas A&M como socio. Parte del trabajo ha sido subcontratado a Sagric International [15] de Australia. El objetivo de ARDI en el nombre de reconstruir el sector agrario es desarrollar las oportunidades de agronegocio y de ese modo proporcionar mercados para productos agrícolas y servicios desde el extranjero.
El trabajo de reconstrucción, de ese modo, no está necesariamente implicado en reconstruir economías y capacidades locales sino implicado en ayudar a las corporaciones autorizadas por las fuerzas ocupantes para capitalizar las oportunidades de mercado en Irak. El marco legal dejado por Bremer asegura que aunque las tropas norteamericanas puedan dejar Irak en un hipotético futuro, la dominación norteamericana de la economía iraquí está aquí para quedarse.
Soberanía alimentaria
La soberanía alimentaria es el derecho de la gente a definir sus propias políticas agrícolas y alimentarias, para proteger y regular la producción agrícola local y su comercio, para decidir la manera en que la comida debería producirse, qué debería producirse localmente y qué importarse. La demanda de soberanía alimentaria y la oposición a las patentes de semillas ha centrado la lucha de los pequeños campesinos a lo largo del mundo durante la pasada década. Alterando fundamentalmente el régimen de IPR, los Estados Unidos se han asegurado de que el sistema agrícola iraquí permanecerá bajo «ocupación» en Irak.
Irak tiene la capacidad de alimentarse por sí mismo. Pero en lugar de desarrollar su capacidad, los Estados Unidos han conformado el futuro de la agricultura y la alimentación iraquí para servir los intereses de las corporaciones norteamericanas. El nuevo régimen de IPR paga escasamente las contribuciones de los campesinos iraquíes al desarrollo de cultivos importantes como trigo, cebada, dátiles y legumbres. Ejemplos de tales variedades cultivadas localmente empezaron a ser salvadas en la década de 1970 en el banco de genes nacional en Abu Ghraib a las afueras de Bagdad. Existe el temor de que todo eso se haya perdido en los largos años de conflicto. No obstante, el Centro con sede en Siria del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR) [17] -Centro Internacional para la Inverstigación Agrícola en Áreas Secas (ICARDA) todavía tiene entradas de muchas variedades iraquíes. Estas colecciones que son una evidencia del conocimiento de los campesinos iraquíes se supone que son guardadas responsablemente por el Centro. Éstas, que constiyuyen la herencia agrícola de Irak, pertenecen a los campesinos iraquíes y deberían ahora ser repatriadas. Hubo situaciones en que el germoplasma guardado por un centro internacional de investigación agrícola fueron «dejados escapar» para investigación y desarrollo por científicos del Norte [18]. Tal clase de «biopiratería» está alimentada por un régimen de IPR que ignora el trabajo previo del campesino y otorga derechos al obtentor que reclama haber creado algo nuevo a partir del material y el conocimiento de muchos campesinos.
Mientras la soberanía política permanezca como una ilusión, la soberanía alimentaria para el pueblo iraquí se hará casi imposible gracias a estas nuevas normas. La libertad y soberanía de Irak permanecerán en cuestión en tanto los iraquíes no tengan el control sobre lo que ellos siembran, cultivan, cosechan y comen.
Coordinación contra los peligros de BAYER
Postfach 15 04 18, D-40081 Duesseldorf
www.CBGnetwork.org
* Texto extraído de http://www.grain.org/articles/?id=7
REFERENCIAS
[1] http://www.iraqcoalition.org/ regulations/ 20040426_CPAORD_81 _Patents_Law.pdf
«Patent, Industrial Design, Undisclosed Information, Integrated Circuits and Plant Variety Law» (Patentes, diseño industrial, información no revelada, circuitos integrados y variedades vegetales) de 2004, CPA Orden No. 81, 26 de abril de 2004,
[2] Las disposiciones sobre Propiedad de Variedades Vegetales entrará en vigencia tan pronto como el Ministro de Agricultura iraquí apruebe las necesarias órdenes ejecutivas de aplicación, de conformidad con esta ley.
[3] UPOV (Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales). Con sede en Ginebra, Suiza, es una organización intergubernamental con 53 miembros, en su gran mayoría países industrializados. El Convenio de la UPOV es un conjunto de normas para la protección de las variedades vegetales, dirigidas principalmente a favor de los intereses agroindustriales y empresariales. http://www.upov.org.
[4] Capítulo «Threequater», Artículo 15 B: Los agricultores tendrán prohibida la reutilización de las semillas de variedades protegidas o toda otra variedad mencionada.
[5] La Organización Mundial de Comercio, donde el gobierno iraquí tiene rango de observador.
[6] http://www.grain.org/research/contamination.cfm?agenda
[7] http://www.grain.org/seedling/?id=280 «Confronting contamination: 5 reasons to reject co-existence», Seedling, abril de 2004, pág. 1.
[8] http://www.grain.org/rights/?id=64 GRAIN, PVP in the South: caving in to UPOV
[9] GRAIN, http://www.grain.org/rights/?id=68 Bilateral agreements imposing TRIPS-plus intellectual property rights on biodiversity in developing countries
[10] http://www.grain.org/brl/?typeid=15
[11] http://www.bilaterals.org/ article.php3?id_article=387
[12] http://www.ustr.gov/ Document_Library/ Press_Releases/2004/September/ United_States_Afghanistan _Sign_Trade_Investment_ Framework_Agreement.html USTR.gov
[13] http://www.dai.com
[14] El Programa de Agricultura de la Universidad «es un reconocido líder mundial en cuanto al uso de la biotecnología» y la Universidad trabaja en estrecho contacto con el Servicio de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
[16] http://www.export.gov/iraq/market_ops/
[17] El sistema del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR, por su sigla en inglés), con sus 16 Centros de Investigación Agrícola Internacional, de los cuales el ICARDA es uno, tiene en su poder las mayores colecciones de recursos fitogenéticos del mundo fuera de su hábitat natural, lo que incluye tanto variedades de agricultores como variedades mejoradas.
[18] En 2001 se descubrió que un fitogenetista estadounidense había obtenido las semillas de la cepa original del famoso arroz tailandés Jazmín, Khao Dok Mali (KDM) 105, del centro CGIAR con sede en Filipinas – Instituto Internacional de Investigación sobre el Arroz (IRRI, por su sigla en inglés). Pero en el proceso no se firmó ningún Acuerdo de Transferencia de Material, a pesar de las obligaciones internacionales que pesan sobre el IRRI para que observe esa exigencia.