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Un estudios del gobierno norteamericano revela que la mitad de la población sufre trastornos mentales

Fuentes: Carmilla On Line

Traducido para Rebelión por Lucía Alba Martínez

Los prestigiosos Archives of General Psychiatry publican en el último número los resultados de una investigación del gobierno estadounidense que roza lo increíble. Se trata de los resultados de un estudio efectuado durante doce meses a partir de un muestrario de alrededor de 10.000 personas mayores de edad y de ambos sexos (9.282, para ser más precisos). Las conclusiones son tan desalentadoras como inquietantes. Después de refinadas mediciones estadísticas y a partir de la elaboración de protocolos de control muy selectivos, los investigadores han llegado a un veredicto que vale tanto como mil acusaciones a las políticas de condicionamiento mental aplicadas en Estados Unidos. De la investigación, conducida por especialistas de las más importantes universidades e instituciones psiquiátricas de los Estados Unidos, se desprende que la mitad de la población estadounidense está aquejada de algún tipo de perturbación menta. Parece una broma, pero no lo es en absoluto.

Habla claro en efecto la absoluta calidad del equipo de investigadores: : Department of Health Care Policy, Harvard Medical School, Boston; Division of Pharmacoepidemiology and Pharmacoeconomics, Department of Psychiatry, Brigham and Women’s Hospital, Harvard Medical School; New York State Psychiatric Institute, College of Physicians and Surgeons of Columbia University, New York; University of Pittsburgh, Pittsburgh; Department of Psychiatry and Biobehavioral Sciences, University of California, Los Angeles.

Las conclusiones volverían loca a una nación, si no fuese porque al parecer está ya loca. Utilizando los instrumentos de la entrevista clínica exhaustiva y de la observación fenomenológica de eventuales perturbaciones mentales registradas fuera del muestrario investigado -perturbaciones clasificadas según los objetivos estándar de la OMS-, los investigadores han llegado a conclusiones destinadas a hacer época.

Las cifras en efecto señalan un drama colectivo de dimensiones nunca antes vistas en la historia de la psicología. Durante el año en que se desarrolló el estudio, el 41.1% de los investigados recibió tratamientos destinados a limitar daños psíquicos de importancia; el 12.3% acudió a la consulta del psiquiatra; el 16.0% recibió tratamientos psicoterapéuticos de varia naturaleza; el 48.3% de los de los sometidos a tratamiento resultó no obtener beneficios de las curas mentales, mientras que sólo el 12.7% manifestó reaccionar positivamente a las terapias. La investigación del National Institute of Mental Health es la más compleja acometida hasta ahora por un centro de estudios del gobierno estadounidense y está destinada a proporcionar un nuevo criterio de valoración a las encargados de los trabajos en el campo de las enfermedades mentales: «el punto que hay que recordar es que las perturbaciones mentales son altamente predominantes y crónicas», ha declarado Thomas Insel, director del instituto federal que ha dirigido el estudio llamando la atención sobre el hecho de que «un alto porcentaje de las víctimas del mal oscuro en EE.UU. son jóvenes: de la mitad de los estadounidenses aquejados de perturbaciones mentales, el 50% ha comenzado a manifestar los síntomas con 14 años y el 25% con 24 años». Los desordenes mentales son en este momento la mas importante enfermedad crónica para la juventud en estados unidos, ha declarado Ronald Kesler, epidemiólogo de Harvard y uno de los autores del estudio, según el cual «desgraciadamente a la aparición de los síntomas no sigue un diagnóstico precoz y aun menos una curación».

Los problemas más comunes registrados entre los investigados son la depresión (17%) y el alcoholismo (13%). Han resultado comunes también las fobias (13%). Más de un cuarto de los interpelados han denunciado un malestar asimilable a un desorden mental en el curso del último año. El informe del National Institute of Health incide sobre el debate, actualmente vigente en EE.UU., en torno a la necesidad de un «screening» para desórdenes mentales en adultos y niños y también acerca de la línea de demarcación entre enfermedad y salud. Las respuestas están destinadas a producir un enorme impacto sobre los métodos de curación y no menos sobre el tipo de síndromes cubiertos por las compañías de seguros. Según los investigadores, llegados a este punto el problema de los Estados Unidos reside en una clamorosa infravaloración del grado al que ha llegado el malestar psíquico en toda la nación. Esto comporta la alimentación de un dramático círculo vicioso: infravalorando la enormidad de un malestar de esta envergadura, no se establecen unidades de tratamiento adecuadas y no se promueven programas que permitan a la población un acceso al umbral terapéutico, de modo que el malestar, ya cuantitativamente exorbitante, está destinado a intensificarse cualitativamente.

Por lo demás, basta considerar la persona que los estadounidenses han destinado a la Casa Blanca. En este caso, evidentemente, se trata de una autentica democracia representativa.

http://www.carmillaonline.com/archives/2005/06/001413.html