La llegada del primer afgano encadenado a Guantánamo supuso el primer paso en la creación de una red global de centros de detención ilegales en los que el Ejército estadounidense que mantiene a día de hoy a un total de 14.000 personas lejos de la jurisdicción de ningún tribunal y sin posible defensa. Ya sean […]
La llegada del primer afgano encadenado a Guantánamo supuso el primer paso en la creación de una red global de centros de detención ilegales en los que el Ejército estadounidense que mantiene a día de hoy a un total de 14.000 personas lejos de la jurisdicción de ningún tribunal y sin posible defensa. Ya sean capturados en campos de batalla, sacados de sus camas a medianoche o «cazados» en las calles por su supuesta relación con grupos armados, decenas de miles de personas han pasado por los centro de detención estadounidenses; la mayoría de ellos en Irak. Muchos son capturados durante redadas, interrogados rápidamente y privados de su libertad durante meses o años para después ser liberados sin cargos, sin disculpas, sin compensación alguna y sin saber por qué fueron detenidos.