Recomiendo:
0

Los norteamericanos estaban por aprender que el poder de fuego por sí solo no puede ganar una guerra

Vietnam: La guerra que EEUU perdió

Fuentes: Observatorio de Conflictos, Argentina

International Socialist Review Issue 33, January-February 2004 Traducción: Luis César Bou

Segunda parte; Desde la caída de Diem a la Ofensiva Tet Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta 1965, los Estados Unidos intentaron evitar el triunfo de las fuerzas nacionalistas en Vietnam sin la utilización de sus tropas en gran escala. Las administraciones estadounidenses trataron de lograr esto primeramente apoyando a los franceses en su esfuerzo fallido por reconquistar su antigua colonia, la cual, bajo el liderazgo del Viet Mihn, había declarado la independencia al final de la guerra. Luego de la derrota de los franceses en la batalla de Dien Bien Phu, en 1954, la estrategia estadounidense era dividir Vietnam a lo largo del paralelo de 17 grados y crear un estado títere anticomunista en la mitad sur del país, en torno a la figura de Ngo Dinh Diem.

Los Acuerdos de Ginebra habían estipulado que el país sería rápidamente reunificado luego de elecciones nacionales. La política de EEUU intentaba hacer del paralelo 17 una línea divisoria permanente. Como señala la historiadora Marilyn Young, la propaganda de EEUU en apoyo de su intervención en Vietnam «caracteriza a los vietnamitas que viven y trabajan al norte del paralelo 17 como más extranjeros a Vietnam del Sur que los americanos, en tanto los americanos fueron invitados como huéspedes, mientras Vietnam del Norte era un país enemigo.» (1) Aunque esta estrategia fue inicialmente exitosa, para inicios de la década del ’60 estaba en completo descrédito, a medida que la población de Vietnam del Sur se movía hacia la rebelión abierta contra el régimen de Diem.

Para fines de 1963, la administración Kennedy decidió que Diem tenía que irse en orden a evitar el colapso del gobierno de Saigón. Diem y su hermano Nhu, cabeza de la policía secreta, fueron derrocados y asesinados en un golpe militar dirigido por la CIA y el embajador estadounidense en Vietnam del Sur Henry Cabot Lodge. (2) A pesar de la remoción de la familia Diem, que era un peligro político, el gobierno de Saigón continuó una espiral descendente y el movimiento revolucionario conducido por el Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur (FLN) continuó avanzando. La remoción de Diem del poder inició un año de inestabilidad política que eventualmente conduciría a la invasión directa norteamericana de Vietnam del Sur en 1965.

Cambio de régimen en Saigón La emergencia de un líder excepcional mejoraría la situación y no está a la vista ningún George Washington.Gral. Maxwell Taylor, embajador estadounidense en Vietnam del Sur, septiembre de 1964 (3).

Lyndon Johnson se convirtió en presidente de los EEUU luego del asesinato de John F. Kennedy en noviembre de 1963. Johnson heredó de la administración Kennedy dos cuestiones relativas a Vietnam. Una fue una situación en rápido deterioro en Vietnam del Sur, con una victoria del FLN en el horizonte inmediato. La segunda era una corte de asesores que habían promovido el compromiso cada vez más profundo en Vietnam y que ahora estaban argumentando a favor de una escalada mucho más dramática en el compromiso norteamericano. Entre estos asesores estaba el Secretario de Defensa William McNamara, el Secretario de Estado Dean Rusk, los Consejeros de Seguridad Nacional Walt Rostow y McGeorge Bundy. Estos eran los hombres que eventualmente llevarían a EEUU a la guerra total en Vietnam, pero entretanto luchaban para encontrar al «hombre correcto» para conducir el gobierno de Saigón.

A pesar de la remoción de Diem, el gobierno de Saigón permanecía al borde del colapso. Fue plagado por una serie de golpes militares, a continuación del asesinato de Diem, patrocinados por los EEUU, que lo debilitaron política y militarmente. El inmediato sucesor de Diem fue el Gral. Duong Van Minh, conocido como «El Gran Minh». Mucha gente en Vietnam del Sur inicialmente saludó a su gobierno con aprobación y esperanza. Minh exasperó a los norteamericanos haciendo una alianza con las fuerzas budistas que organizaran masivas demostraciones contra el régimen de Diem. Comenzó a hablar de la posibilidad de abrir conversaciones con el FLN. También comenzó a describir su gobierno como «no-comunista» como forma opuesta a «anti-comunista», y alentó la posibilidad de que su gobierno adoptara una posición diplomática de «neutralidad» en los asuntos mundiales. Esto claramente no era lo que los norteamericanos querían de un golpe militar. (4)

Poco después, los norteamericanos impulsaron otro golpe militar, esta vez organizado por el Comando de Asistencia Militar de Vietnam, el principal cuerpo que habían organizado los «consejeros» y asistentes militares. Este golpe, a fines de enero de 1964, se conoce en los libros de historia como «El Golpe del Pentágono», y llevó al poder al Gral. Nguyen Khanh. Éste parecía ser lo que querían los norteamericanos. Estaba comprometido a llevar la guerra contra el FLN, y parecía aceptar de corazón las estrategias políticas y militares emanadas de la embajada estadounidense. Sin embargo, inmediatamente entró en curso una ola renovada de actividad anti-bélica por parte de los budistas y los estudiantes radicales de Vietnam del Sur. Khanh fue completamente desbordado por esto y comenzó a hablar de un fin negociado de la guerra. De hecho, la CIA tuvo conocimiento de que Khanh había contactado al FLN en diciembre de 1964, y había tenido contactos más serios con él en enero y febrero de 1965. Claramente, también tenía que irse. (5)

Los norteamericanos, conducidos por el embajador Maxwell Taylor, un general retirado que regresó al servicio del gobierno bajo la administración Kennedy, ejercieron una presión enorme sobre Khanh, quien subsecuentemente dejó Vietnam para exiliarse en Francia. El poder pasó a un triunvirato militar de los generales Nguyen Cao Ky, Nguyen Chanh Thi y Nguyen Van Thieu. La figura líder era Ky, quien se convirtió en primer ministro (Thieu se convirtió en presidente). Ky retendría el poder hasta 1967, cuando unas elecciones que excluyeron a cualquiera considerado «pro-comunista» o «neutralista» trasladaron la posición de Ky a Thieu, quien ganó con sólo el 35% de los votos. Ky atrajo primero la atención de EEUU trabajando para la CIA en operaciones encubiertas contra Vietnam del Norte a inicio de los ’60. Luego pondría en aprietos a EEUU declarando que su único héroe verdadero era Hitler. Ky y Thieu fueron entrenados por los franceses y habían luchado contra su propio pueblo en la Primera Guerra de Vietnam. Si esto no era suficiente para probar su lealtad a los norteamericanos, declararon, el primero de marzo de 1965, que nunca negociarían con el FLN o los nordvietnamitas. Esto además hizo claro que seguirían la dirección de Washington en todos los asuntos militares, políticos y diplomáticos. (6)

Mientras los golpes militares trastornaban Saigón durante los años 1964 y 1965, se estaba preparando una crisis mucho más profunda en Vietnam del Sur. A mediados de 1964 habían llegado a un punto muerto las variadas estrategias políticas y militares desarrolladas por EEUU para combatir al FLN. Las fuerzas del «Viet Cong» -como EEUU insistía en denominar a los nacionalistas- controlaban entre el 40 y el 50% del interior. Las tácticas norteamericanas de contra-insurgencia, más que fortalecer al régimen, estaban volviendo en contra de él a la masa del campesinado. El programa de Aldeas Estratégicas, en que los campesinos eran desterrados por la fuerza de sus aldeas tradicionales y concentrados en campos cercados, era un desastre. Estas aldeas eran esencialmente campos de concentración diseñados para separar a la población campesina de las guerrillas. Cuando no eran disgregadas por disensiones internas, eran captadas por los combatientes del FLN. Las tropas del Ejército de Vietnam desertaban en masa, sin ningún deseo de defender al régimen. El experto en pacificación de los marines, Tte. Col. William R. Corson admitió que el rol del régimen títere de Vietnam del Sur era «saquear, recolectar impuestos atrasados, reinstalar terratenientes, y dirigir represalias contra el pueblo.» (7)

Como resumió la situación el historiador James Gibson: «Las aldeas estratégicas habían fracasado… El régimen sudvietnamita era incapaz de ganarse al campesinado a causa de su base de clase entre los terratenientes. De hecho, no había más un ‘régimen’ en el sentido de una alianza política relativamente estable y una burocracia en funcionamiento. En cambio, las operaciones militares y el gobierno civil virtualmente habían cesado. El Frente de Liberación Nacional había hecho un gran avance y estaba cerca de constituir gobiernos revolucionarios provisionales en grandes áreas.» (8) Encontrar el «hombre correcto» no solucionaría estas cuestiones fundamentales producidas por el FLN y el débil gobierno de Saigón: desigualdad de clases, ausencia de derechos democráticos básicos y un fuerte deseo por la reunificación de Vietnam. La guerra se estaba moviendo rápidamente hacia la conversión en una guerra por delegación en la que EEUU adquirirían un compromiso total. Para 1962, la administración Kennedy había aumentado a 15.000 el número de consejeros militares y los había autorizado a conducir misiones de combate. En esta época, los pilotos estadounidenses estaban también bombardeando Vietnam del Norte. A pesar de esto, el gobierno de Vietnam del Sur continúo perdiendo la guerra contra el FLN. Enfrentada a estas derrotas, la inteligencia norteamericana reportó que el gobierno de Saigón estaba a punto de abandonar completamente sus cinco provincias del norte. (9) Estaba por tener lugar un movimiento fundamental en la política norteamericana.

Fabricando una excusa para la guerra Una mentira es una mentira… Y se supone que es un acto criminal si se está bajo juramento, pero Mr. Johnson no estaba bajo juramento cuando la dijo.Senador William Fulbright, Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, refiriéndose al Incidente del Golfo de Tonkín. (10)

La nueva escalada de compromiso norteamericano en Vietnam estaba teniendo lugar durante un año de elección presidencial. La elección de 1964 favorecería finalmente al presidente demócrata Lyndon Johnso, considerado como un «candidato de la paz», contra el senador republicano de derecha Barry Goldwater, considerado por muchos como un peligroso extremista de derecha. Johnson aseguró a sus seguidores: «No vamos a mandar a los muchachos americanos a nueve o diez mil millas de su hogar para hacer lo que deben hacer por sí mismos los muchachos asiáticos.» (11) Pero mientras estaba en curso la campaña electoral, la administración Johnson estaba planeando detrás de la escena introducir cientos de miles de tropas de tierra estadounidenses en Vietnam del Sur después de las elecciones. «Sólo déjenme ser electo» dijo Johnson en un mitín de jefes de estado mayor a fines de 1963, «y luego tendrán su guerra.» (12) Como muchas de las decisiones tomadas acerca de la política estadounidense hacia Vietnam, fue ocultada al público. Este fue el principio de la famosa «fractura de credibilidad» que se desarrolló entre lo que la administración Johnson afirmaba y su política en relación a Vietnam. (13)

La introducción en gran escala de tropas de combate norteamericanas sería un cambio fundamental en la política estadounidense. En este punto, la mayoría de los norteamericanos no estaban al tanto del profundo compromiso de su país en la guerra en Vietnam. Enviar decenas de miles, si no cientos de miles de tropas estadounidenses a Vietnam, como algunos en la administración Johnson estaban considerando, requeriría tanto apoyo público como alguna forma de autorización del Congreso. Había sido diseñada una resolución con ese propósito por el Departamento de Estado, pero fue abandonada a causa de consideraciones propias de un año electoral. (14) Lo que se requería era un «incidente» para conseguir apoyo público y del Congreso para la guerra, preferentemente un ataque a tropas estadounidenses. (15) El incidente que estaban buscando llegó a principios de agosto de 1964 en el Golfo de Tonkín en la costa de Vietnam, como resultado de una de las muchas operaciones encubiertas que EEUU estaba llevando adelante contra Vietnam del Norte.

El 30 de julio de 1964, la CIA y los militares sudvietnamitas estaban ocupados en operaciones encubiertas contra Vietnam del Norte denominadas «34A ops.» Todas las operaciones encubiertas contra los norvietnamitas eran llevadas adelante por un comité secreto de la Casa Blanca denominado el Comité 303. El propósito de estas operaciones era identificar y destruir estaciones costeras de radar norvietnamitas. Para hacer esto, los destructores de la Arnada Estadounidense tenían ordenes de patrullar bien al interior de lo que los norvietnamitas consideraban sus aguas territoriales para forzar a los norvietnamitas a hacer funcionar sus radares. Estas operaciones de patrulla eran denominadas «DeSoto». Una vez que los sitios eran identificados, los agentes de la CIA y comandos sudvietnamitas se ponían en marcha y los destruían. El 2 de agosto, el destructor de la Armada USS Maddox fue atacado por lanchas patrulleras norvietnamitas en el curso de una de estas patrullas DeSoto. El Maddox hundió a una de las lanchas norvietnamitas, mientras aviones de combate del portaaviones estadounidense Ticonderoga dañaron a otras dos. (16) El 3 de agosto, las fuerzas navales norteamericanas transportaron durante la noche a más comandos sudvietnamitas.

Durante la noche siguiente, el Maddox reportó que estaba bajo persistente ataque de lanchas torpederas norvietnamitas, pero su radar no pudo encontrar ningún objetivo excepto el barco norteamericano Turner, al cual casi dispara. El Turner percibió ningún torpedo, ni su radar encontró objetivos, pero de cualquier manera disparó. El Comodoro John J. Herrich, comandante de la flotilla de dos destructores en el Golfo de Tonkín, reportó su «duda» de que se hubiera disparado sobre las fuerzas norteamericanas, responsabilizando del incidente a los «efectos del agua turbulenta sobre el radar y a un encargado del radar sobreexcitado.» Reportando que no había «signos visuales por parte del Maddox,» Herrich recomendó una «evaluación completa antes de que se tomaran acciones ulteriores.» (17) Mientras Herrich estaba dudoso acerca del encuentro en sí mismo y quería, según sus propias palabras, una «evaluación completa» Johnson tenía el incidente que había deseado. A pesar de que Johnson remarcó luego que «por lo que yo sé, nuestra nave estaba disparándole a las ballenas,» (18) no admitió eso entonces. Por el contrario, inmediatamente anunció que barcos norteamericanos habían sido víctimas de un ataque no provocado en aguas internacionales y ordenó a la Aviación tomar la revancha contra Vietnam del Norte la noche del cuatro de agosto.

Johnson además demandó la aprobación del Congreso de la Resolución del Golfo de Tonkín. El 7 de agosto de 1965, el Senado aprobó la Resolución por 98 votos a favor y 2 en contra y la Cámara de Representantes por 441 a 0. Esta resolución no fue revocada por el Congreso hasta 1971 y permitía a Johnson «tomar todas las medidas necesarias para repeler cualquier ataque armado contra las fuerzas de EEUU y para prevenir ulteriores agresiones. » (19) Johnson tenía entonces la autoridad legal para pagar la guerra que quería en Vietnam. Esperó hasta después de la elección de noviembre de 1964 para invadir Vietnam del Sur. Los marines desembarcaron en Da Nang el 8 de marzo de 1965 -el comienzo de una escalada de tropas norteamericana que eventualmente llegaría a más de 500.000 soldados. Siete años de guerra continuaron, durante los cuales la maquinaria militar más fuere de la tierra descargó su furia salvaje sobre uno de los países más pobres del mundo. (20)

El precio del imperio Rendir cualquier amenaza, derrotar a todos.Lyndon Johnson, 1964. (21)

¿Por qué EEUU eligió el camino de la guerra total en Vietnam? ¿Por qué creyeron que podían ganar una guerra contra un movimiento nacionalista que derrotara a los franceses una década antes? Dentro de las administraciones Kennedy y Johnson se reconocía que el régimen cliente creado por ellos era altamente inestable y enormemente impopular. En agudo contraste, la popularidad del FLN era reconocida y sus capacidades militares eran tomadas muy seriamente. ¿Por qué el gobierno de EEUU no aceptó algo que no fuera la victoria total -como las muchas propuestas de un gobierno de coalición y de neutralidad en Saigón? El propio FLN estaba preparado para aceptar tal propuesta. De hecho, Charles De Gaulle, presidente de Francia, estaba en ese momento proponiendo tal plan para todo el Sudeste Asiático.

La administración Johnson elegió la guerra porque cualquier cosa que fuera menor a una victoria total del imperialismo norteamericano sería considerada como una derrota. Como estableció Lyndon Johnson en 1964, «Rendir cualquier amenaza, derrotar a todos.» Esta no era una perspectiva peculiar de Johnson y sus consejeros, emanaba de la posición en que EEUU se encontraba luego de la Segunda Guerra Mundial como el guardián del mundo capitalista. Los EEUU emergieron de la guerra como el país capitalista dominante con una serie de bases militares alrededor del mundo para respaldar sus intereses. Al igual que el Imperio Británico en el siglo XIX, se encontraba embrollado en guerras y conflictos en partes remotas del globo en orden a asegurar que su «credibilidad» no fuera dañada. La abstención de interpretaría por su principal rival, la URSS, o por los movimientos de liberación nacional indígenas, como un signo de debilidad. Vietnam era el eslabón más débil en la cadena del imperialismo norteamericano durante los años de Kennedy y Johnson. (22)

Poco después de la asunción de Kennedy, en 1961, el Gral. Edward Lansdale se encontró con Kennedy y Walt Rostow, y presentó un informe sobre la situación en deterioro en Vietnam del Sur. La propuesta del informe de Lansdale era que urgía incrementar el apoyo para el régimen de Diem. Kennedy, volviéndose hacia Rostow, dijo: «Esto es lo peor que hemos tenido ¿no?» (23) Luego de la fracasada invasión a Cuba de Bahia de Cochinos y luego de haber sido enfrentado por el Premier ruso Nikita Krushchev en la cumbre de Viena, Kennedy estaba determinado a no tener en sus manos otra derrota. Kennedy quería reestablecer la «credibilidad» de EEUU en el mundo. En sus propias palabras, «Ahora tenemos el problema de hacer creíble nuestro poder, y Vietnam es el lugar.» (24)

Kennedy incrementó el compromiso estadounidense en Vietnam del Sur hasta el punto que EEUU estaba peleando una guerra por delegación. Luego de la crisis cubana de los misiles en octubre de 1962, la cuestión de Vietnam fue magnificada aún más por los lentes de la rivalidad entre superpotencias. De acuerdo al historiador militar Michael Sherry, «La crisis cubana empeoró la Guerra Fría, hasta llegar al borde del conflicto nuclear.» (25) La estabilización de un régimen pro-norteamericano en Saigón o una victoria del Frente de Liberación Nacional tendrían un impacto dramático sobre la capacidad de EEUU para influir en las naciones del Tercer Mundo.

La administración Kennedy puso en marcha lo que Johnson no detendría. En marzo de 1965, John McNaughton, subsecretario de defensa, fue requerido por su jefe Robert McNamara para que resuma la estrategia política y militar de EEUU en Vietnam. Mc.Naughton comenzó por atacar cualquier apoyo para un acuerdo político en Vietnam, que condujera a una retirada norteamericana. Esto, argumentó, «sería contemplado en Asia, y particularmente entre nuestros amigos, como algo tan humillante como una derrota.» Continuó resumiendo los objetivos de guerra norteamericanos: «Objetivos de EEUU: 70 por ciento -Evitar una derrota humillante (para nuestra reputación como garantes). 20 por ciento -Apartar a Vietnam del Sur (y su territorio adyacente) de manos de China. 10 por ciento -Permitir al pueblo de Vietnam del sur disfrutar de una forma de vida libre y mejor.» (26) Este sentimiento fue respaldado por el embajador Maxwell Taylor, que escribió: «Si dejamos Vietnam con la cola entre las piernas las consecuencias de esta derrota en el resto de Asia, África y América Latina serán desastrosas.» (27)

En tanto los EEUU creían enfrentar dificultades enormes en Vietnam, era seguro que vencerían esas dificultades mediante el peso total de su enorme poder económico y militar. Rostow exudaba la arrogancia de esta forma de pensar cuando escribió en 1964 que la victoria en Vietnam «emana del simple hecho de que en esta etapa de la historia somos la mayor potencia mundial -si nos comportamos como tal.» (28) Michael Sherry caracterizó la mentalidad de las administraciones Kennedy y Johnson: «Lo que definía la arrogancia de los líderes no era la ceguera ante tales dificultades sino la confianza de que podrían vencerlas. Ellos estaban tanto desesperados como arrogantes -pero no acerca de las mismas cosas: el temor acerca de Vietnam del Sur, pero la seguridad en el poder norteamericano.» (29)

En tanto Vietnam no tenía ninguna importancia estratégica o económica directa para los EEUU -no tenía grandes recursos naturales como petróleo ni controlaba rutas navales vitales, como Panamá- tenía una gran importancia política. El éxito o el fracaso allí comprometía lo que los líderes políticos norteamericanos denominaban «credibilidad», «resolución» o «compromiso» desde distintos puntos al mismo tiempo. La guerra en Vietnam era el precio a pagar por tener un imperio global y un liderazgo arrogante que creía que podía intimidar a cualquiera. Aunque trataron de justificar su intervención en Vietnam diciendo que era lucha contra la «agresión comunista» extranjera sobre Vietnam del Sur dirigida por Moscú y Pekín, los únicos agresores y extranjeros en Vietnam eran los norteamericanos.

La forma de guerra norteamericana La forma de guerra americana es particularmente violenta, mortal y dañina. Creemos en utilizar «cosas» -artillería, bombas, poder de fuego masivo. Gral. Fred. C. Weyand, asistente del Gral. William Westmoreland, comandante de las fuerzar estadounidenses en Vietnam. (30)

Cada una de las principales guerras tiene una o dos perdurables imágenes que permanecen mucho después de que el conflicto ha entrado en la historia. La Guerra de Vietnam no ha dejado un kaleidoscopio de imágenes. Entre ellas: los bombardeos masivos de los B-52 sobre Vietnam del Norte; los niños vietnamitas corriendo desnudos con la carne quemada por el napalm; los soldados norteamericanos quemando aldeas con lanzallamas; y la ejecución sumaria por el jefe de policía de Saigón de un sospechoso de ser combatiente del Viet Cong. Este kaleidoscopio de imágenes es la memoria que la mayoría de la gente tiene de la guerra «violenta, mortal y dañina» que EEUU llevó adelante en Vietna. (31)

Cuando EEUU invadió y ocupó Vietnam del Sur, a partir de 1965, el FLN controlaba la mayor parte del interior. Las unidades regulares de combate del ejército norvietnamita habían estado luchando junto con las fuerzas del FLN por cerca de un año en Vietnam del Sur, haciendo su camino por la Senda Ho Chi Minh -una elaborada red que comprendía 12.000 millas de caminos y rutas conectando Vietnam del Norte y del Sur. La invasión puso a los norteamericanos frente a frente con un ejército regular y experimentado conducido por el héroe de Dien Bien Phu, el Gral. Vo Nguyen Giap, y con un movimiento guerrillero bien entrenado en el sur. En sus intentos por derrotar a tal formidable oponente, los EEUU construyeron una maquinaria de muerte de proporciones extremas bajo el comando de las fuerzas militares norteamericanas en Vietnam y con la dirección del Gral. William C. Westmoreland. Éste era un graduado de West Point, la Harvard Business School, antiguo comandante de la División Aerotransportada n° 101 y superientendente de West Point. Arribó por primera vez a Vietnam en junio de 1964, y finalmente comandó la mayor fuerza expedicionaria de la historia norteamericana, que para fines de 1967 llegó a 500.000 hombres con un aparato de apoyo colosal. Cada mes, los EEUU gastaron cerca de dos billones de dólares en la guerra y enviaron más de un millón de toneladas de abastecimientos. Los ingenieros norteamericanos construyeron una densa red caminera, puertos de aguas profundas y cerca de cien pistas de aviación, todo para facilitar el esfuerzo de guerra. A esto se sumaron las misiones de bombardeo llevadas adelante desde bases norteamericanas en Tailandia, Guam y portaaviones estacionados en el Mar de la China del Sur. Era la fuerza militar mejor entrenada, basada, equipada y la más móvil del mundo. Sin embargo, a pesar del increíble poder destructivo llevado a Vietnam, fracasó miserablemente.

La estrategia de guerra de Westmoreland era profundamente defectuosa. Su estrategia central era luchar una «guerra de desgaste». El objetivo, en palabras de Westmoreland, era diezmar a la población norvietnamita «hasta el punto del desastre nacional que afecte a las generaciones venideras», en tanto en Vietnam del Sur su intención era matar a los combatientes del Viet Cong más rápidamente de lo que la población pudiera reemplazarlos. El objetivo era simplemente pulverizar al enemigo hasta someterlo. El Pentágono denominó a esta estrategia «picadora de carne». Debía lograrse mediante el bombardeo masivo de Vietnam del Norte y las misiones de «busca y destruye» en el sur que cercarían al FLN y lo destruirían con el poder aéreo norteamericano. Se esperaba que esta estrategia daría tiempo al gobierno de Saigón para convertirse en una entidad militar y política viable. (32)

En lugar de esto, la estrategia de desgaste entró en problemas en varios frentes. Primero, la presencia masiva de tropas norteamericanas y las campañas de bombardeo incrementaron la hostilidad de la masa de la población hacia el gobierno de Saigón y sus amos norteamericanos. En lugar del gran ejército norteamericano intimidando al FLN y a los norvietnamitas, las atrocidades norteamericanas incrementaron el número de los vietnamitas que deseaban unirse a la resistencia y luchar. A pesar de la promesa de una rápida victoria sobre el FLN, en el período entre 1965 y 1967 (durante el masivo establecimiento de las tropas norteamericanas), la victoria militar clara no existió, en tanto la iniciativa de la guerra permanecía en manos del FLN y el Ejército norvietnamita (ENV). En 1967, con cerca de 500.000 soldados estacionados, el 80% de los contactos entre las tropas norteamericanas y el FLN/EVN ocurrían todavía en el momento y el lugar que elegían los nacionalistas. (33)

Pero incluso cuando EEUU fue capaz de luchar en el momento y lugar elegido por los comandantes norteamericanos, hubo problemas. En la Operación Luz Estelar, una ofensiva militar en gran escala, en agosto de 1965, el poder combinado masivo de tierra, mar y aire norteamericano en que 6.000 marines mataron a 573 defensores y perdieron sólo 46 de sus hombres, el problema fue que las tres cuartas partes de los combatientes vietnamitas aliados a EEUU rehusaron luchar un día más. Así, tan pronto como los marines partieron, el FLN retornó. (34) Estas primeras batallas -especialmente la batalla de Ia Drang, en noviembre de 1965- enseñaron a los vietnamitas la necesidad de unas tácticas de golpea-y-huye, y, cuando se comprometían en batallas era en sitios en que era difícil para las fuerzas norteamericanas utilizar su superioridad aérea.

El fracaso de la estrategia de desgaste fue simbolizado en forma inmejorable por la Operación Junction City. Llevada adelante en los tres primeros meses de 1967, fue la mayor operación norteamericana de la guerra hasta ese momento. Más de 35.000 soldados norteamericanos y sudvietnamitas se desplegaron a lo largo de la frontera camboyana al noroeste de Saigón esperando destruir las bases de apoyo del FLN. A pesar del gran número de tropas implicadas en la operación, fracasaron en llevar al FLN a cualquier combate significativo. Más tarde, un relato oficial concluyo que «había poco para mostrar como resultado de tal esfuerzo.» Cuando las numerosas tropas norteamericanas se desplegaban en un área, el FLN evitaba cuidadosamente cualquier contacto. Luego de que los norteamericanos dejaron el área, el FLN retornaba. Esto se repetiría muchos cientos de veces durante el curso de la guerra. Era una estrategia de desgaste, sólo que por parte del FLN. Para 1967, el estado mayor de la CIA reconoció con reluctancia que quedaba por delante una guerra «larga y costosa» para EEUU en Vietnam. (35)

El historiador Gabriel Klko resume bien el dilema de la estrategia militar norteamericana en Vietnam: «Los norteamericanos ganaron un gran número de batallas, y las fuerzas del FLN y del ejército norvietnamita perdieron enorme cantidad de hombres, pero durante este período la revolución dominó la situación militar en general.» Finalmente, la estrategia de Westmoreland de guerra de desgaste «fracasó porque el poder de fuego y la movilidad no eran decisivas en términos militares, y mucho menos en términos políticos.» (36) En tanto el 80% de los contactos entre las fuerzas de EEUU y del FLN estaban determinados por el FLN, los EEUU no eran nunca capaces de dominar el campo fuera de su éxito bélico inmediato. Mientras la administración Johnson sabía en privado que su estrategia estaba fracasando y que la guerra sería larga, en público daba una estimación optimista de la guerra, anunciando constantemente que la victoria estaba a la vuelta de la esquina.

Esta estimación fue difundida por Westmoreland en su gira por el país a fines de 1967. En Washington, en el Club Nacional de Prensa, dijo: «Con 1968, comenzará una nueva fase… Hemos alcanzado un punto importante donde está a la vista el final.» (37) La embajada de EEUU en Saigón envió invitaciones para su fiesta de año nuevo que decían: «Ven a ver la luz al final del túnel.» (38) Los invitados a la fiesta de la embajada esa noche no sabían que la luz al final del túnel no era la victoria norteamericana, sino el frenesí de la Ofensiva Tet viniendo hacia ellos.

Racismo y guerra total Lo único que nos dijeron sobre el Viet Cong era que ellos eran mala gente. Debían morir. Nadie nos habló sobre sus antecedentes históricos y culturales. Eran el enemigo. Matar, matar, matar. Eso es lo que hicimos en la práctica. Matar, matar, matar.Un veterano de la Guerra de Vietnam, hablando de su entrenamiento. (39)

¿Qué opinaba de la guerra hecha por los norteamericanos la mayoría de la gente en Vietnam del sur, donde tenía lugar lo principal de la lucha? Aunque la guerra de desgaste de Westmoreland se probaría finalmente incapaz de quebrar la voluntad del pueblo vietnamita, dio lugar a una increíble destrucción sobre él. De acuerdo al crítico antiguerra Noam Chomski, «en un sentido muy real el esfuerzo de guerra norteamericano fue un baño de sangre enorme y deliberado. La escalada militar fue llevada adelante para compensar la bien conocida carencia de cualquier apoyo político y social significativo para la facción militar de élite sostenida por los EEUU». (40)

Este «baño de sangre enorme y deliberado» consistió primera y principalmente de un bombardeo en gran escala. El bombardeo era, y todavía es, una de las mayores vacas sagradas de la forma de guerra norteamericana. (41) La increíble infraestructura industrial norteamericana le permitía construir durante la Guerra Fría una enorme fuerza aérea y un número de armas virtualmente sin límites. El B-52, que originariamente fue diseñado para descargar armas nucleares sobre Rusia, fue reformado para la guerra «convencional» en Vietnam con resultados devastadores. Los EEUU descargaron más de un millón de toneladas de bombas sobre Vietnam del Norte. Vietnam del Sur, el primer campo de batalla de la guerra, tuvo una descarga de más de cuatro millones de toneladas de bombas durante la guerra. El monto de bombas lanzadas por EEUU sobre Vietnam del Sur, desde el aire solamente ¡fue el doble del tonelaje utilizado en toda la Segunda Guerra Mundial! La vida fue hecha intolerable en el campo survietnamita. Aunque están probablemente subestimadas, el Subcomité del Senado sobre Refugiados reportó las bajas civiles en 400.000 muertos, 900.000 heridos y 6,4 millones de refugiados para 1971. El informe concluía: «difícilmente hay una familia en Vietnam del Sur que no ha sufrido una muerte, herida, o la angustia de abandonar su antiguo hogar.» (42)

El pueblo survietnamita fue sometido al racismo virulento del ejército norteamericano de ocupación. Los vietnamitas eran regularmente denominados «torcidos», «palurdos» y «tontos» por las tropas norteamericanas. Es importante recordar que este racismo empezaba con los rangos más altos. El Gral. Westmoreland creía que «el oriental no valora la vida de la misma manera que un occidental.» (43) Mientras esto puede ser desechado como el prejuicio casual del hijo de una familia rica del sur, en otros casos bordeaban lo genocida. El Coronel George S. Patton III, hijo del notorio general de la Segunda Guerra Mundial y comandante de combate en Vietnam, en 1968 envió tarjetas navideñas en las que se leía: «Del Coronel George S. Patton y Señora-Paz en la Tierra.» Las tarjetas contenían la imagen de soldados del Viet Cong desmembrados y apilados. (44) Este racismo hizo su camino hacia la tropa por medio del entrenamiento básico.

Era durante las misiones de busca-y-destruye que tenía lugar el mayor contacto directo entre soldados norteamericanos, civiles vietnamitas y simpatizantes del FLN. Para el historiador Christian Appy, «busca y destruye era la táctica principal; y el recuento de cuerpos enemigos era la principal medida de progreso» en la guerra de desgaste de Westmoreland. (45) Busca y destruye fue una frase acuñada en 1965 para describir misiones que tenían el objetivo de sacar al Viet Cong de sus refugios, en tanto que el recuento de cuerpos era la medida para el éxito de cualquier operación. Fueron puestas en marcha competencias entre distintas unidades por el número más alto de vietnamitas muertos en acción (KIAs en sigla inglesa). Los oficiales del ejército y la marina sabían que las promociones estaban en gran medida basadas sobre muertes confirmadas. La presión para producir muertes confirmadas resultó en un fraude masivo. Un estudio reveló que los comandantes norteamericanos exageraban el recuento de cuerpos en un 100$. (46)

También resultó en atrocidades. «A pesar de que el comando militar podía negar su significación, el apoyo local generalizado a las fuerzas del FLN y del ejército norvietnamita era la principal desventaja enfrentada por los soldados norteamericanos.»(47) Los aldeanos podían abastecer al FLN con soldados, comida y asistencia en plantar minas terrestres. Lo que muchos soldados norteamericanos más temían era en primer lugar a las minas terrestres, y luego a las emboscadas. Los soldados podían desmoralizarse por semanas de patrullaje rutinario y luego podían ser heridos inesperadamente por la explosión de una mina terrestre o en una emboscada. Los soldados enfurecidos podían retornar al área más cercana que habían atravesado y maltratar a los aldeanos en una furia racista. El efecto de combatir una guerra total sobre una población entera era crear una situación donde todo el pueblo vietnamita era considerado como enemigo a ser muerto. El caso más famoso de esto (pero de ninguna manera el único) fue la masacre de My Lai en marzo de 1968, cuando la compañía Charlie, conducida por el Cap. Ernest Medina y el Tte. William Calley, mato a más de 350 mujeres y niños desarmados. Un psiquiatra del ejército relató luego que, «el Tte. Calley afirma que no siente como si hubiera matado seres humanos sino que más bien se trataba de animales con los que uno no puede hablar ni razonar.» (48)

My Lai no fue una aberración, My Lais no registrados ocurrieron a lo largo de la guerra. James Duffy, un ametralladorista de un helicóptero Chinook de la Compañía A del Batallón Aéreo No.228, que prestó servicios desde febrero de 1967 a abril de 1968, testificando en la investigación que tuvo lugar en Detroit en 1971, relató un incidente del que fue protagonista; «Dirigí mi ametralladora hacia este grupo de campesinos y abrí fuego. Afortunadamente, el arma se trabó luego de una o dos ráfagas, fue una suerte porque este grupo de campesinos resultó ser un equipo de trabajo contratado por el gobierno para limpiar el área, y había GIs [Boinas Verdes] custodiándolos a unos cincuenta metros. Pero mi mente estaba tan trastornada en matar viets que nunca había prestado atención en mirar alrededor y ver donde estaba. Veía viets y quería matarlos. Estaba un poco temeroso luego de que ocurrió esto porque había violado el código no escrito que dice que uno puede hacer lo que quiera en tanto no quede en evidencia. Eso es, pienso, lo que ocurrió con el incidente My Lai. Esos tipos estaban solamente siguiendo el mismo patrón que estuvimos siguiendo allí durante diez años, pero tuvieron la mala suerte de quedar en evidencia.» (49)

Cuando los norteamericanos decidían que un área no podía ser «pacificada» la convertían en una «zona de libre fuego» donde cualquiera a la vista podía ser cazado, y que era sometida a constantes descargas de artillería. En otras áreas, los norteamericanos literalmente arrasaban la tierra utilizando topadoras gigantes. El caso más famoso es el «Triángulo de hierro.» Un perímetro de 32 millas ubicado 22 millas al norte de Saigón y bastión del FLN, en enero de 1967, primero fue aplastado por los B-52 y el fuego de la artillería, luego las topadoras arrasaron todo lo que estaba a la vista. A pesar de esto, el FLN construyó una gran red de túneles y estaba nuevamente operando en el área seis meses después. (50) Si bombardear y arrasar no podía quitarle un área al FLN, los EEUU podían utilizar desfoliantes, tales como el cancerígeno Agente Naranja y otros herbicidas, para destruir la jungla y los cultivos. Los EEUU vertieron más de 100 millones de libras de herbicidas en Vietnam durante la guerra con efectos de larga duración sobre los soldados vietnamitas y americanos. Los EEUU sencillamente convirtieron amplias regiones de Vietnam en zonas muertas. La idea del comando militar puede resumirse en un eslogan pintado en una pared del cuartel de la Novena División de helicópteros durante la operación Speed Express: «La muerte es nuestro negocio y el negocio es bueno.» (51)

La amargura y desmoralización entre las tropas también alentó una resistencia creciente a la guerra, en la forma de convertirse en AWOL [ausente sin aviso, en sigla inglesa], evitar el combate, «fragmentar» oficiales, e incluso la resistencia política activa. Este desarrollo contribuyó en gran medida a la derrota de EEUU en Vietnam.

El FLN: Sobreviviendo al ataque norteamericano Para bien o para mal, nuestro esfuerzo se unió a un movimiento histórico en curso, en pos de la independencia, que ya había desarrollado su propia filosofía y medios de acción. Ho Chi Minh era el padre espiritual de este movimiento…Y entonces, esta lucha fue también la nuestra. Truong Nhu Tang, miembro fundador del Frente de Liberación Nacional (52)

La invasión norteamericana de 1965 salvó al gobierno de Vietnam del sur del colapso. Previno tanto la formación de un gobierno de coalición dedicado a la paz y la retirada de EEUU como una completa victoria del FLN. Durante los cuatro años previos, los muchos programas de pacificación y contrainsurgencia llevados adelante a instigación del gobierno de EEUU no sólo fracasaron en dislocar o erosionar la base de apoyo del FLN, sino que por el contrario lo alimentaron. En los dos años y medio siguientes a la invasión norteamericana, el FLN continuó controlando una parte significativa del interior enfrentando al masivo poder de fuego norteamericano. ¿A qué se debió la capacidad del FLN para sobrevivir al ataque norteamericano? El FLN pudo sobrevivir por tres causas: nacionalismo, represión y relaciones de clase en el campo. El FLN fue la última formación política en la larga lucha contra la opresión extranjera. El régimen de Diem y sus sucesores eran vistos por la masa de la población como una régimen títere al servicio de la dominación del país por parte de los norteamericanos. El gobierno de Sigón no pudo escapara a esta «contaminación colonial» de su gobierno, y la invasión de EEUU sólo hizo esto más evidente.

El FLN, para la mayoría de la gente del campo, era el último nombre del Viet Minh, que había estado luchando por la independencia de Vietnam y la reforma agraria desde los años ’40. Esta continuidad de lucha era reforzada por los veteranos del Viet Minh que se habían reagrupado en el norte tras el armisticio de 1954 y estaban retornando ahora al sur para reencender la lucha contra Diem y sus sucesores. En 1959-60, unos 4.500 veteranos del Viet Minh retornaron al sur; para 1961 el número llegaba a más de 6.200. (53) Como recordaba un campesino de una aldea cercana a Hue: «algunos creíamos que habían muerto. Fuimos sorprendidos al verlos retornar, y estábamos muy felices al oírlos decir que querían organizar la liberación en el área.» (54) Estos veteranos y aquellos que sobrevivieron a la represión de los años de Diem establecieron comités del FLN en miles de aldeas a lo largo de Vietnam del Sur. Esta gente tenía una autoridad, eran «héroes vivientes» como los denominó un campesino, que el gobierno de Saigón no podía desafiar.

La segunda razón fue la represión. «Si Ngo Dinh Diem hubiera sido un hombre de visión y grandeza, nos hubiéramos unido a él. Tal como él era, los nacionalistas sudvietnamitas fueron llevados a la acción por su desdén a los principios de independencia y progreso social.» Recordó Nhu Tang. (55) Esta era la expresión de la alienación de Diem por parte de la clase burguesa y media, lo que sólo empeoró con sus sucesores. El gobierno de Saigón era corrupto, antidemocrático y violentamente represivo, sin esperanzas de cambio. Para la segunda mitad de la década del ’60, había miles de prisioneros políticos en Vietnam del Sur. Las elecciones eran una vergüenza, no había curso para reformar al gobierno de Saigón y como resultado muchos reformistas se unieron a la lucha armada porque no tenían otro recurso. (56)

La tercera razón para la supervivencia continua del FLN era las relaciones de clase en el campo. La gran mayoría de la población vivía en aldeas en el campo donde la cuestión clave era la reforma agraria. El Viet Minh había reducido las rentas y deudas; y había rentado las tierras comunales, mayormente a los campesinos más pobres. Diem llevó de vuelta a los terratenientes a las aldeas. La gente que había cultivado la tierra por años tenía ahora que devolverla a los terratenientes y pagar por los años de renta atrasada. Esta recaudación de renta era respaldada por el ejército survietnamita. Esto produjo la ira en el campo. «Conocí que los ricos oprimían a los pobres… De manera que me uní al FLN.» Decía un campesino (57) Remarcaba otro campesino: «Dondequiera que llega el ejército [de Diem] hacen más simpatizantes para el Viet Cong.» Otro campesino exclamaba: «Crueles, como los franceses.» La historiadora Marilyn Young por su parte dice que: «Las divisiones dentro de las aldeas reproducían aquellas que habían existido contra los franceses; 75% en apoyo del Frente, 20% tratando de permanecer neutrales y 5% firmemente progubernamentales.» (58) Así como el FLN tomaba el control de un área, los ricos huían a las ciudades, un reporte norteamericano concluye: «dejando a los más pobres como los únicos propietarios del campo y la guerra se convierte en un sentido real en una guerra de clases.» (59) Esta guerra de clases únicamente se intensificó bajo la ocupación norteamericana, mientras los ricos de Saigón engordaban con la guerra, los campesinos más pobres sufrían bajo el pero del poder de fuego norteamericano. El fracaso de los norteamericanos en alterar las relaciones de clase en el campo fue reconocido por Robert Komer, cabeza del esfuerzo de pacificación. En febrero de 1967, Komer reportó: «Por sí mismos ninguno de nuestros programas en Vietnam ofrecen mucha confianza en un final exitoso. (60)

Los EEUU tenían una maquinaria militar grande y pesada en Vietnam, muy capaz de inflingir una destrucción increíble. En la provincia de Quang Ngai -llamada por el ejército norteamericano «Territorio Indio» a causa del amplio apoyo al FLN- los norteamericanos destruyeron el 70% de las aldeas. Sin embargo, los norteamericanos estaban por aprender que el poder de fuego por sí solo no puede ganar una guerra. (61)

La Ofensiva Tet: El punto de inflexión Decir que estamos más cerca de la victoria es creer, frente a la evidencia, en los optimistas que han estado equivocados en el pasado… Es cada vez más claro para este reportero que la única salida racional, entonces, será negociar, no como vencedores, sino como un pueblo honorable… que hizo lo mejor que pudo.Walter Cronkite, CBS News. (62)

En 1967, mientras el Gral Westmoreland estaba recorriendo EEUU, a pedido de Lyndon Johnson, hablando del «debilitamiento de las filas del Viet Cong» y del cercano fin de la guerra, se estaba preparando un terremoto bajo sus pies -la Ofensiva Tet. (63) La Ofensiva Tet fue el punto de inflexión de la guerra norteamericana en Vietnam. Tuvo un efecto dramático sobre la política doméstica de EEUU. Desde el Tet en adelante la pregunta no era más cuándo ganaría EEUU la guerra, sino cuán rápidamente podrían los EEUU salir de Vietnam

El Tet era el año nuevo lunar, una fiesta mayor en Vietnam. Es celebrado por la familias, viajando los parientes largas distancias para reunirse. Desde que la campaña norteamericana de bombardeos había conducido a mucha gente a las ciudades, en esta fecha mucha gente viajaba a las mayores ciudades. En la fiesta del Tet se utilizaba pirotecnia de muchos tipos, y era «normal» que se viera a muchos extranjeros. Esto hizo lugar a un momento ideal para una ofensiva militar en las ciudades. Los planes para el Tet fueron concebidos un año antes en Hanoi con la aprobación personal de Ho Chi Minh. En tanto había habido ofensivas militares en el pasado en torno al Tet, la planeada para febrero de 1968 era nada menos que un esfuerzo por torcer el curso de la guerra contra los EEUU. La ofensiva misma comenzó realmente a fines de 1967 -durante la estación seca en Vietnam- cuando los norvietnamitas y el FLN lanzaron movimientos militares para llevar a las fuerzas militares norteamericanas lejos de las ciudades principales. Hasta el Tet, las principales ciudades habían visto poco de una guerra que estaba primariamente confinada al campo. El periódico francés Le Monde reportó en enero de 1968 que una «sostenida ofensiva general» había hecho retroceder los norteamericanos hacia posiciones defensivas. (64) El 20 de enero el ejército norvietnamita comenzó un sitio a la base de los marines norteamericanos en Khe Sanh cerca de la frontera laosiana. Westmoreland estaba convencido de que los vietnamitas querían repetir en Khe Sanh la victoria de Dien Bien Phu de 15 años antes. Johnson estaba tan nervioso por la situación que tenía una maqueta de Khe Sanh en la Casa Blanca y les rogó a sus generales que Khe Sanh no fuera tomada de ninguna forma. Está registrado que les gritó a sus generales: «¡No quiero ningún maldito Dindinphoo!» (65)

La obsesión de Westmoreland y Johnson con Khe Sanh, una base de poco valor estratégico, revelaba cuánto desconocían el campo de batalla. Mientras el ejérctito norvietnamita estaba poniendo sitio a Khe Sanh y Westmoreland en consecuencia enviaba tropas para reforzar a los sitiados, el FLN se puso en acción. En enero, diez mil combatientes del FLN se dirigieron hacia las ciudades y pueblos provinciales más grandes. Contrabandearon armas y explosivos en ataúdes, enterrándolos en los cementerios para uso futuro. Como observó un periodista norteamericano, una vez en las ciudades «el Viet Cong fue absorbido dentro de la población de las ciudades disimulado entre los parientes que llegaban para las reuniones familiares.» (66) Es un testimonio de las raíces profundas y la simpatía general por el movimiento nacionalista que nadie advirtiera al gobierno de Saigón o a los norteamericanos que un preparativo militar tan grande estuviera teniendo lugar.

En la noche del 29 al 30 de enero, comenzó la parte principal de la ofensiva, cuando 70.000 combatientes del FLN y del ejército norvietnamita atacaron 34 de las 44 capitales provinciales, 64 capitales de distrito y muchas instalaciones militares. Más de 100 objetivos fueron atacados en Vietnam del Sur, incluyendo la embajada norteamericana en Saigón, la ciudadela del poder norteamericano. Hue, la antigua capital de Vietnam, cayó ante las fuerzas combinadas del ejército norvietnamita y el FLN. (67) De acuerdo al historiador liberal y anticomunista Stanley Karnow, «La acción aturdió a la opinión mundial y a la norteamericana.» (68) Westmorelando trató de caracterizar a la ofensiva como el último suspiro del FLN, similar a la batalla de Bélgica por los alemanes en la fase final de la Segunda Guerra Mundial.

Los EEUU respondieron con lo que un reportero denominó «el uso más histérico nunca visto del poder de fuego norteamericano,» (69) particularmente el poder aéreo. Como explicó un consejero militar norteamericano: «El Viet Cong tenía al gobierno apresado por la garganta en esas capitales provinciales. Los métodos ordinarios nunca los hubieran expulsado, y el gobierno no tenía tropas suficientes para hacer este trabajo, de manera que el poder de fuego fue el sustituto.» Los nacionalistas ocuparon Hue durante tres semanas, y fue retomada sólo luego de ser virtualmente destruida por los norteamericanos. Robert Shapen, quien recorrió Hue luego de su destrucción, escribió: «Nada de lo que vi en la Guerra de Corea, o en la de Vietnam hasta entonces, fue tan terrible, en términos de destrucción y desolación, como lo que vi en Hue.» (70) Ben Tre en la provincia de Kien Hoa fue demolida por el fuego norteamericano, el oficial a cargo de recapturar Ben Tre dijo a los reporteros: «Tuvimos que destruir el pueblo para salvarlo,» (71) «acuñando una de las frases más notorias de la guerra y marcando el rasgo del contraataque norteamericano contra la ofensiva Tet.» Escribe el historiador David Hunt. (72)

Si bien el poder de fuego estadounidense hizo retroceder a la ofensiva Tet, los costos fueron altos. Durante la ofensiva las fuerzas survietnamitas fueron atacadas severamente por el ejército de Vietnam del Norte y el FLN. Los norteamericanos sufrieron cerca de 4.000 bajas entre el 30 de enero y el 31 de marzo. Las fuerzas armadas norteamericanas estaban claramente desmoralizadas luego del Tet, comenzando el proceso de decadencia y rebelión que alcanzaría proporciones críticas durante los años remanentes de la guerra. Un reporte del Departamento de Estado del 3 de marzo concluía amargamente: «Sabemos que a pesar del influjo masivo de 500.000 soldados estadounidenses, 1,2 millones de toneladas de bombas, 400.000 operaciones por año, 200.000 KIA [muertos en combate, en la sigla inglesa] en tres años, 20.000 KIA estadounidenses, etc., nuestro control del interior y la defensa de los niveles urbanos está ahora esencialmente en los niveles previos a agosto de 1965. Hemos adquirido un impasse a un alto costo.» (73)

Los combatientes vietnamitas lucharon heroicamente. En Saigón, por ejemplo, 1.000 combatientes se enfrentaron a 11.000 soldados estadounidenses y a tropas survietnamitas durante tres semanas. Sin embargo, debe señalarse que el Tet fue también extremadamente costoso para las fuerzas nacionalistas, especialmente para el FLN. No se produjeron las insurrecciones urbanas que los ataques buscaban inspirar. Además, debido a las tremendas bajas producidas en batalla durante la contraofensiva estadounidense y survietnamita, la ausencia de combatientes del FLN en las aldeas expuso a sus bases rurales al ataque. Escribe Marilyn Young: «Por ejemplo, en la provincia de Long An las guerrillas locales que tomaron parte en la ofensiva de Mayo-Junio habían sido divididas en varias secciones. En una sección sólo sobrevivieron 775 de 2.018; otra tuvo 640 sobrevivientes de un total de 1.430 hombres. La provincia fue sometida a lo que un historiador ha denominado ‘My Lai desde el cielo’ por los continuos bombardeos de los B-52.» (74)

Sin embargo, el efecto político del Tet en la política doméstica de EEUU fue dramático y rápido. Mientras la popularidad personal de Johnson había estado declinando por dos años, el Ted diezmó su credibilidad entre el público norteamericano. Seis semanas después de que comenzara la Ofensiva Tet «la aprobación pública a su perfomance en general cayó del 48 al 36% -y, más dramáticamente, la aprobación a su conducción de la guerra, que bajó del 40 al 26%.» (75) Eugene McCarthy, un senador relativamente desconocido de Minnesota que estaba a favor de la retirada de Vietnam, casi derrota a Johnson en las primarias del Partido Demócrata, una sustancial amenaza para la re-nominación de Johnson como candidato Demócrata. Robert McNamara, secretario de defensa y uno de los arquitectos de la guerra en Vietnam, fue reemplazado por Clark Clifford, un abogado de Washington y consejero de varios presidentes demócratas, quien comenzó una revisión masiva de las políticas de EEUU en Vietnam que rápidamente lo convenció de la necesidad de retirarse de allí. Johnson estaba sitiado.

El golpe final para Johnson provino de la misma gente que hasta hace poco tiempo había aprobados sus políticas de guerra, el Grupo Consejero Informal Principal del Departamento de Estado -conocido popularmente como «los hombres inteligentes». Se trataba de un grupo de los consejeros más importantes sobre la política exterior de los EEUU, muchos de los cuales eran arquitectos del mundo de posguerra, incluyendo a Dan Acheson, el secretario de estado de Truman; John J. McCloy, antiguo alto comisionado norteamericano para la Alemania ocupada; y muchos otros. Ellos se encontraron con Johnson el 18 de marzo y le dijeron que sus políticas eran un desastre y que los intereses de EEUU demandaban que comenzara la retirada de Vietnam. Johnson quedó atónito. (76) El sentimiento de la clase dominante norteamericana puede resumirse en las palabras de Walter Cronkite, decano de los periodistas norteamericanos, quien produjo una nota sobre Vietnam el 27 de febrero: «Decir que estamos más cerca de la victoria es creer, frente a la evidencia, en los optimistas que han estado equivocados en el pasado… Es cada vez más claro para este reportero que la única salida racional, entonces, será negociar, no como vencedores, sino como un pueblo honorable… que hizo lo mejor que pudo.» Johnson se dirigió a la nación el 31 de marzo y anunció que no buscaría la reelección como presidente. (77)

La carrera presidencial estaba abierta. El movimiento antiguerra comenzó a surgir en los EEUU y la política norteamericana comenzó a estar dominada por la pregunta de cuán rápidamente podrían los EEUU salir de Vietnam. Sin embargo, la Ofensiva Tet fue solamente el principio de un año en el que la clase dominante norteamericana enfrentó sus desafíos más severos en una generación. En abril, Martin Luther King Jr. fue asesinado y 100 ciudades se alzaron en rebelión. En junio, Robert Kennedy fue asesinado tras ganar las primarias de California. El ataque brutal del jefe de policía de Chicago a los manifestantes antiguerra en la convención demócrata atrajo la atención mundial sobre la represión política en EEUU. En tanto, en Vietnam, los militares norteamericanos comenzaban a reportar problemas disciplinarios importantes con las tropas que marcaban el inicio de una rebelión de soldados nunca vista antes, en tal escala, en la historia norteamericana. En noviembre de 1968, Richard Nixon ganó la presidencia contra Hubert Humphrey, el vicepresidente de Johnson, casi por el mismo margen por el que había perdido ocho años antes contra Kennedy. Nixon ganó principalmente debido a la impresión dada por su campaña de que tenía un «plan secreto» para terminar la guerra en Vietnam. La guerra continuaría por otros cuatro años durante los cuales los EEUU llevó adelante su retirada salvaje y sangrienta de Vietnam.

Notas:

1) Marilyn Young, The Vietnam Wars: 1945-1990 (New York: Harper Perennial, 1991), p. 104. 2) Es un mito popular que si John F. Kennedy hubiera vivido no se hubiera producido la escalada en el compromiso militar estadounidense en Vietnam, argumento establecido notablemente en el filme de Oliver Stone JFK. Un superficial conocimiento de las políticas de Kennedy basta para mostrar que esto no tiene una base sólida. La administración Kennedy se dedicó a mantener, entrenar y respaldar al ejército del régimen títere en Vietnam del Sur, y envió un número creciente de consejeros militares estadounidenses, técnicos militares, así como aviones y helicópteros piloteados por norteamericanos y personal de mantenimiento. Bajo Kennedy, el número de consejeros militares en Vietnam creció de 800 a casi 16.000, en tanto la región se convirtió en un campo de prueba para las técnicas norteamericanas de «contrainsurgencia». No hay razón para creer que, si Kennedy hubiera vivido, no hubiera continuado estos esfuerzos y sufrido las mismas presiones que Johnson para resolver una invasión en gran escala para sostener a un estado cliente que había hecho tanto por crear y fortalecer en los años previos. De hecho, la misma gente que llevó adelante la guerra en la época de Kennedy se convirtió en consejera de política exterior de Johnson. 3) Citado en Young, p. 126. 4) George McT. Kahin, Intervention: How America Became Involved in Vietnam (Garden City, New York: Anchor Books, 1986), pp. 182-200. 5) Ibid., pp. 203-235. 6) Young, p. 138. 7) Citado en Gabriel Kolko, Anatomy of a War (New York: The New Press, 1985), p. 133. 8) James Gibson, The Perfect War: Technowar in Vietnam (Boston/New York: The Atlantic Monthly Press, 1986), p. 88. 9) Michael Bilton and Kevin Sim, Four Hours in My Lai (New York: Penguin Books, 1992), p. 29. 10) Citado en Peter Davis, Hearts and Minds (Janus Films, 1974). Hearts and Minds ganó el premio de la Academia al mejor documental en 1975. 11) Citado en Stanley Karnow, Vietnam: A History (New York: Penguin, 1986), p. 395. 12) Citado en Karnow, p. 326. 13) Irving Bernstein, Guns or Butter: The Presidency of Lyndon Johnson (New York/Oxford: Oxford University Press, 1996), para una visión de la elección de 1964 y los programas de la administración Johnson. 14) Gibson, p. 89 15) Los «incidentes» reales, imaginarios o prefabricados han jugado un rol principal en poner a la opinión pública norteamericana detrás de la administración en la conducción de la guerra. Entre los más famosos están: la voladura del USS Maine en 1898, el hundimiento del Lusitania en 1915, y el bombardeo de Pearl Harbor en 1941. 16) Gibson, p. 89. 17) Citado en Daniel Ellsberg, Secrets: A Memoir of Vietnam and the Pentagon Papers (New York: Viking, 2002), p. 10. 18) Citado en Bob Richter, «Tonkin incident might not have occurred,» San Antonio Express News, August 3, 2002. 19) Gibson, p. 89. 20) Para el texto completo de la Resolución del Golfo de Tonkín ver Marvin Gettleman, Jane Franklin, Marilyn Young and Bruce Franklin, Vietnam and America: A Documented History (New York: Grove Press, 1995), p. 252. 21) Citado en Michael Sherry, In the Shadow of War: The United States since the 1930s (New Haven: Yale University Press, 1995), p. 252. 22) Para un estudio de la rivalidad entre las superpotencias y sus efectos en el Tercer Mundo, ver Walter LaFeber, America, Russia and the Cold War 1945-1990 (New York: McGraw-Hill, 1991). 23) Citado en Karnow, p. 249. 24) Ibid., p. 248. 25) Citado en Sherry, p. 250. 26) Citado en Young, p 135. 27) Citado en Kolko, p. 113. 28) Citado en Sherry, p. 251. 29) Ibid., p. 252. 30) Citado en Bilton and Sim, p. 15. 31) Davis, Heart and Minds. 32) Bilton and Sim, p. 32. 33) Kolko, p. 180. 34) Young, p. 161. 35) Citado en Kolko, p. 178. 36) Ibid., p. 180. 37) Citado en Bilton and Sim, p. 25. 38) Citado en Johnathan Neale, The American War: Vietnam 1960-1975 (London, Chicago and Sydney: Bookmarks, 2001), p. 92. 39) Christian G. Appy, Working-Class War: American Combat Soldiers and Vietnam (Chapel Hill: The University of North Carolina Press, 1993), p. 107. 40) Noam Chomsky, The Washington Connection and Third World Fascism (Boston: South End Press, 1979), p. 304. 41) Michael Sherry, The Rise of American Air Power: The Race for Armageddon (New Haven: Yale University Press, 1987). 42) Chomsky, p. 312. 43) Davis, Hearts and Minds. 44) Seymour Hersch, My Lai 4: A Report on the Massacre and its Aftermath (New York: Vintage Books, 1970), p. 9. 45) Appy, p. 153. 46) Ibid., p. 156. 47) Ibid., p. 166. 48) Bilton and Sim, p. 336. 49 Winter Soldier Investigation, Testimony given in Detroit, Michigan, on January 31, 1971, February 1-2, 1971. Testimony of the 1st Air Cavalry Division, part II. El texto completo de la investigación puede obtenerse en http://lists.village.virginia.edu/sixties/HTML_docs/Resources/Primary/Winter_Soldier/WS_entry.html. 50) Young, pp. 173-74 51) Chomsky, p. 314. 52) Citado en Truong Nhu Tang, A Viet Cong Memoir (New York: Vintage, 1986), p. 68. 53) Young, p. 71. 54) Citado en Young, p. 71. 55) Citado en Tang, p. 68. 56) Young, p. 184. 57) Citado en Neale, p. 34. 58) Citado en Young, p. 73. 59) Ibid., p. 73. 60) Citado en Kolko, p. 178. 61) Jonathan Schell, The Real War (New York: Da Capo Press, 1988); Chapter 3, «The Military Half: An Account of the Destruction of Quang Ngai and Quang Tin.» 62) Citado en Walter Cronkite, A Reporter’s Life (New York: Alfred A Knopf, 1996), pp. 257-58. 63) Citado en Karnow, p. 514. 64) David Hunt, «Remembering the Tet Offensive» in Gettleman, et. al., p. 364. 65) Citado en Karnow, p. 541. 66) Citado en Hunt, p. 365. 67) Hunt, p. 366. 68) Karnow, p. 525. 69) Citado en Young, p. 219. 70) Ibid., p. 217. 71) Ibid., p. 219. 72) Hunt, p. 368. 73) Ibid., p. 369. 74) Young, p. 223. 75) Karnow, p. 546. 76) Walter Isaacson and Evan Thomas, The Wise Men (New York: Touchstone, 1986), p. 676-713. 77) Para el texto completo del discurso de Johnson, ver «Peace in Vietnam and Southeast Asia» in Gettleman, et. al., p. 401.