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La nueva materia de «Educación para la ciudadanía» y la polémica suscitada por la misma

Fuentes: Rebelión

El pasado mes de abril se aprobó en el Parlamento la Ley Orgánica de Educación (LOE), que introduce algunas novedades tanto en el currículo de Educación Primaria como en el de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). Como es sabido, una de las que mayor polémica ha suscitado ha sido la introducción de dos materias obligatorias destinadas […]

El pasado mes de abril se aprobó en el Parlamento la Ley Orgánica de Educación (LOE), que introduce algunas novedades tanto en el currículo de Educación Primaria como en el de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). Como es sabido, una de las que mayor polémica ha suscitado ha sido la introducción de dos materias obligatorias destinadas a «favorecer la formación de futuros ciudadanos con criterio propio, respetuosos, participativos y solidarios, que conozcan sus derechos, asuman sus deberes y desarrollen hábitos cívicos para que puedan ejercer la ciudadanía de forma eficaz y responsable» (BOE, núm. 5, del 5 enero 2007). La primera de estas materias, llamada «Educación para ciudadanía y los derechos humanos», habrá de impartirse en los dos últimos cursos de Primaria y en los tres primeros de ESO. La segunda, llamada «Educación ético-cívica», se impartirá en el último curso de ESO. Además, en el borrador de Real Decreto en el se regulan las enseñanzas de bachillerato que el Ministerio de Educación ha presentado recientemente para su discusión en las Comunidades Autónomas se prevé la sustitución de la actual materia de «Filosofía» de 1º de bachillerato, por una nueva materia que llevará el nombre de «Filosofía y ciudadanía» y que, según se ha dicho, estaría llamada a completar la formación democrática y ciudadana comenzada en 5º curso de Primaria.

La impartición de la «Educación para ciudadanía y los derechos humanos» -la primera de las materias mencionadas- ha de comenzar en el mes de septiembre, cuando entren en vigor los nuevos currículos de Primaria y de ESO, aunque algunas Comunidades Autónomas gobernadas por el PP, como la de Madrid, han anunciado que harán lo «legalmente» posible por impedir que se ponga en marcha. La «Educación ético-cívica» de 4º de ESO no comenzará a impartirse hasta el curso 2008-09. Y la materia de «Filosofía y ciudadanía» de 1º de Bachillerato lo hará probablemente en el curso siguiente.
El PP ha anunciado que una de las primeras medidas que tomará cuando gane las próximas elecciones generales de marzo de 2008 será suprimir tales asignaturas. Su razón declarada para oponerse a ella es que la consideran un instrumento para el «adoctrinamiento» ideológico. Algunos sectores de la Iglesia Católica próximos al PP añaden, además, la idea de que la «educación moral» de los niños y adolescentes compete exclusivamente a sus padres y a la propia Iglesia, y que en ningún caso deben las Administraciones públicas arrogarse competencia alguna en dicho terreno. Lo que no deja de resultar chocante, porque no sólo la actual materia de «Ética» de 4º de ESO está dedicada de cabo a rabo formar en el terreno de lo moral a los adolescentes, sino que la toda LOGSE entera, vigente desde 1990, se halla animada por el principio de que hay que hay que dar a la «educación en valores» al menos tanta importancia como a la «educación en contenidos». Los llamados «contenidos transversales» que se vienen impartiendo en los centros desde que la Ley entro en vigor responden a este mismo principio.

Pero es que no parece que la oposición del PP a la «Educación para la ciudadanía» tenga en realidad nada que ver con el temor a que la asignatura se convierta en un instrumento de «adoctrinamiento». Con toda seguridad, el PP se pronunciaría en contra de las «Matemáticas» si tuviese garantías de que eso le iba a proporcionar los votos suficientes para recuperar el poder. Y en todo caso, lo que podría llegar a fastidiar al PP sería el sesgo del «adoctrinamiento» que se efectuara a través de la asignatura, no el hecho de que a través de una asignatura se adoctrine. Durante décadas, la derecha lo ha hecho a través de todas las asignaturas, desde la «Gimnasia» hasta la «Religión».

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha apelado a la «objeción de conciencia» para promover, tanto entre los profesores como entre las familias, un frente de resistencia contra la impartición de la asignatura de «Educación para la Ciudadanía» y el llamado «Foro Español de la Familia» se ha sumado animosamente a dicho frente. Unos padres pertenecientes a dicho Foro se congratulaban recientemente en un periódico madrileño de tener por hija a la primera «objetora» a la asignatura (20 minutos, Jueves, 31 de mayo de 2007). El 6 de junio su protagonismo mediático había llegado ya a los titulares del telediario de Telemadrid. Se trata de una adolescente de dieciséis años, muy bien aleccionada por sus padres, que declaraba: «A mí no me come el coco nadie, y mucho menos el Estado». La publicidad pagada por las empresas privadas o el cura con su sermón dominical, pase, pero el Estado ¡ni hablar!, parece querer decir la niña con eso de «y mucho menos el Estado». Repitiendo, sin duda, alguna consigna del «Foro Español de la Familia», en el que son adoctrinados sus padres, la niña manifiesta además que es especialmente sensible a lo que en dicha materia pueda decirse a propósito de la homosexualidad, pues lo de la homosexualidad «no lo lleva ‘demasiado bien’, ya que no la ve ‘como algo natural'». Esperanza Aguirre debe sentirse orgullosa de disponer de contribuyentes tan resistentes al adoctrinamiento.

Desde la izquierda, algunos nos hemos opuesto a esta asignatura desde el principio. Muchos de los que, en junio de 2007, participamos en la manifestación «En defensa de la filosofía» no sólo estábamos en contra de que la nueva asignatura desplazase o sustituyera a las asignaturas de Filosofía, Historia de la Filosofía y Ética, sino que también teníamos serias objeciones de principio respecto a la propia idea de una «Educación para la ciudadanía». El lema de la manifestación, que acabó con unas clases impartidas en la calle por profesores venidos de toda España, fue «El derecho de la ciudadanía a la Filosofía» porque estábamos convencidas y convencidos, o algunas así lo entendimos, de que la Filosofía es la más digna «educación» a la que la ciudadanía puede aspirar. Fue la ciudadanía ateniense, la asamblea de la democracia de Atenas, la que condenó a muerte a Sócrates, el más grande de los filósofos. Nosotros, nos negábamos a que esto ocurriera de nuevo en el escenario de nuestras enseñanzas medias.

Ahora bien, lo que no podemos consentir es que se confunda nuestra oposición a dicha materia con la que vienen ejerciendo los inventores de la «Formación del Espíritu Nacional», de la misa y la confesión quincenal, del crucifijo sobre la pizarra y de la audición del himno nacional, puestos en pie, al comenzar la clase.
Los libros de la asignatura que han ido apareciendo estos días superan con mucho las peores previsiones. En lugar de mover a la reflexión y a la crítica, parecen diseñados para congelar todas las mentirosas evidencias de la execrable autolegitimación democrática de la Europa Fortaleza, la España monárquica de la valla de Melilla y el terrorismo de la globalización. Existe, eso sí, una excepción, el libro publicado por la editorial Akal, Educación para la ciudadanía. Democracia. Capitalismo y Estado de Derecho, de los autores Carlos Fernández Liria, Luis Alegre Zahonero y Pedro Fernández Liria (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=51571).

Este libro se sitúa en las antípodas del fatídico principio pedagógico, tan «progre» y tan del PSOE, de terminar de cargarse los contenidos donde todavía los hay para sustituirlos por valores que los adolescentes puedan interiorizar mágicamente sin tener que tomarse la molestia de pensar, de leer y de estudiar. Justo a la inversa: lo que se ha intentado ha sido reintroducir la «Educación para la Ciudadanía» en la asignatura de Filosofía, mostrando que sólo desde ella, desde la Filosofía y la Historia de la Filosofía, es posible evitar la gran estafa de una «educación en valores». Todo lo contrario de los deleznables materiales didácticos que han avanzado recientemente algunas prestigiosas editoriales (Everest, SM, Santillana, Anaya), que parecen álbumes de cromos llenos de flechitas, «mapas conceptuales» y «juegos de rol», en los que no hay discurso ni argumentación alguna, ni hay, en realidad, forma humana de saber qué diantres se está diciendo.

Y la sorpresa es, además, que, así enfocada, desde la Filosofía y la Historia de la Filosofía, la disciplina «Educación para la ciudadanía» puede convertirse en una crítica demoledora del pensamiento único en el que navega nuestra dictadura mediática y en el que se justifica a diario el terrorismo estructural al que llamamos pomposamente «Estado de Derecho». Así pues, ojalá que los niños y adolescentes de las enseñanzas medias tengan acceso a esta educación para la ciudadanía que les propone la Editorial Akal.