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Sales y soles

Los dientes de mala leche

Fuentes: Gara

Adivina, adivinanza… ¿cuál es el animal que más dientes tiene? El acertijo me ha venido a la boca mientras masticaba la prensa de esta semana. Sarah Pickin, una estudiante británica de 23 años, ha encontrado en un yacimiento arqueológico de Finlandia un chicle de unos 5.000 años de antigüedad. La goma de mascar, que tiene […]

Adivina, adivinanza… ¿cuál es el animal que más dientes tiene? El acertijo me ha venido a la boca mientras masticaba la prensa de esta semana. Sarah Pickin, una estudiante británica de 23 años, ha encontrado en un yacimiento arqueológico de Finlandia un chicle de unos 5.000 años de antigüedad. La goma de mascar, que tiene impresas incluso las marcas de unos dientes, está hecha de resina de corteza de abedul. El chicle prehistórico contiene fenoles, un antiséptico. Según los investigadores, nuestros hermanos del Neolítico mascaban está resina para pasar el rato y, de paso, para combatir algunas infecciones.

El ser humano evoluciona que es una barbaridad. Hoy nueve de cada diez personas recomiendan mantener siempre, pase lo que pase, la boca bien cerrada. ¡Así nos va! «Hemos llegado a tal extremo que el hombre sólo osa enseñar los dientes en el dentista», afirma el escritor esloveno Zarko Petan. La dentadura, de adorno. Un complemento de lujo. Una obra de arte.

Bendito progreso. El diario The Independent desvelaba hace unos días el dinero que se gastan los británicos en blanquear su sonrisa: 770 millones de euros en el último año. La odontología cosmética pinta mucho. Y cada vez más. Una sonrisa, a poder ser de Hollywood, vale más que mil palabras. ¡Así nos va! «La gente entra aquí empuñando la foto de sus actores favoritos», explica Phil Stemmer, de la clínica Fresh Breath de Londres. Pura fachada. Una cremallera de dientes de oro blanco. Radiante y brillante. Sellada y clausurada.

Vivir es pensar. Con todo, hasta con los piños. Como hace Zarko Petan. «¿No es curioso que la muela del juicio sea la más pequeña?». ¡Por algo será! Vivir a mandíbula pensante. A regañadientes. Masticar ideas, con y sin azúcar, hasta que duelan los molares. Mostrar sin miedo nuestros colmillos. Morder, si es preciso.

Vivir es la leche. Y la mala leche. Un sueño, un milagro… Adivina, adivinanza, ¿cuál es el animal que más dientes tiene? El ratoncito Pérez.