Uno en América Latina y el otro en Europa, el vicepresidente y el presidente de los Estados Unidos entraron de lleno al mundo real, al de los problemas, las controversias y la búsqueda de soluciones. El vicepresidente Joe Biden, con fama de ser más conocedor de los asuntos internacionales por haber integrado la comisión de […]
Uno en América Latina y el otro en Europa, el vicepresidente y el presidente de los Estados Unidos entraron de lleno al mundo real, al de los problemas, las controversias y la búsqueda de soluciones. El vicepresidente Joe Biden, con fama de ser más conocedor de los asuntos internacionales por haber integrado la comisión de relaciones exteriores del Senado de su país, participó en la Cumbre Progresista en Chile y luego fue a América Central.
La Red Progresista fue creada en 1999 por Bill Clinton y Tony Blair, ambos afines con la idea de crear la «tercera vía» lo que, como es evidente, no prosperó. La Cumbre del Progresismo tuvo dos partes: un seminario y una reunión de líderes políticos. En el seminario, organizado por el Policy Network y el Instituto Igualdad, participaron unos 50 intelectuales y dirigentes de centro izquierda a nivel mundial. En el acto inaugural la vocera del gobierno chileno dijo que «si hemos llegado a esta crisis económica es porque hemos permitido que unos pocos puedan tomar decisiones que afectan y ponen en peligro a muchas personas».
Lord Gile Radice, presidente de Policy Network sostuvo que la crisis demostró que el neoliberalismo es incapaz de responder a las necesidades de las personas. El ex presidente chileno Eduardo Frei, que postulará a la reelección, afirmó que en esta crisis el papel de los estados es una necesidad. En las conclusiones del seminario se expresa que la crisis abrió la oportunidad de reformar el capitalismo fortaleciendo al Estado, regulando los mercados, impidiendo el proteccionismo y con cambios en los organismos financieros internacionales.
En la reunión cumbre encabezada por la presidente Michelle Bachelet, participaron Joe Biden, el Primer Ministro británico Gordon Brown, el Primer Ministro noruego Jens Stoltenberg, la presidente argentina Cristina Fernández, los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez, y de Brasil, Lula da Silva, el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, y la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcenas.
Los participantes en la cumbre concluyeron que hay que construir una nueva economía que permita compartir la prosperidad y evitar que la crisis provoque estallidos sociales. Llamaron a la adopción de medidas para estimular la economía y a una acción coordinada para una recuperación equilibrada y sostenida, pero le dejaron al Grupo de los 20 la entrega de «una respuesta efectiva a la crisis».
Esta cumbre no tuvo una importancia especial, pero Biden tuvo que admitir que su país tenía una responsabilidad en la crisis cuando Lula dijo:»Mi querido Gordon Brown, mi querido Biden, mi querido Zapatero, desafortunadamente ustedes tienen más responsabilidad en la debacle». Luego agregó: «Rechazamos la fe ciega en los mercados, el desprecio al Estado, el lucro como brújula moral».
Encuentro con Centroamérica
De Chile Biden se fue a Costa Rica, donde tendría una reunión con los presidentes de América Central, ahí le aguardaba una experiencia no prevista. A la cita no concurrió el presidente de Nicaragua Daniel Ortega, porque en el marco centroamericano su país preside en este período los organismos regionales y, por lo tanto, el encuentro debió haberse hecho ahí. Tampoco fue el presidente de Honduras Manuel Zelaya.
Las razones de Zelaya se conocieron cuando la canciller Patricia Rodas dio a conocer el contenido de una carta que el mandatario le envió al presidente estadunidense en diciembre, en la que le pidió que respete «el principio de no injerencia en los asuntos de otros Estados». También le hace ver las declaraciones inadecuadas de sus embajadores en América Latina y le plantea que se deben excluir las prácticas intervencionistas, las operaciones encubiertas y las diplomacias paralelas.
No está claro si la intención estadunidense era darle a Costa Rica el liderato de los países centroamericanos, pero en el transcurso del encuentro fue evidente que si bien esa era la intención del presidente Oscar Arias, la idea no era aceptable para los demás y quedó en claro que las relaciones serían sin intermediarios.
Hay, y también las hubo durante el conflicto armado, diferencias políticas importantes en esa región y se ha cuestionado al Premio Nobel de la Paz, que, como lo dijera Rodrigo Madrigal Nieto, canciller de Arias en ese tiempo «en realidad los suecos a quien le iban a entregar el Premio Nobel era a Costa Rica por ser un país sin ejército».
Condicionando a Cuba
Durante su permanencia en Chile Biden dijo que no se levantaría el bloqueo a Cuba y que los cambios en la política de Estados Unidos hacia la nación caribeña podrían incrementarse «en la medida en que emerjan la democracia y los derechos humanos». Y aquí caben algunas reflexiones sobre la realidad en esos dos países.
En esquemas ideológicos distintos, los procesos electorales de Cuba y Estados Unidos tienen grandes parecidos. En el país del norte los candidatos se eligen a través de primarias y según las votaciones que cada uno obtenga la corriente política a la que pertenezcan obtiene también la cantidad correspondiente de electores. El candidato que logra más electores es el ganador.
En Cuba el proceso se inicia en los barrios y centros de trabajo, donde se elige a los que postularán a las asambleas municipales, luego las provinciales y finalmente la Asamblea Nacional, equivalente al parlamento, que es la que elige al presidente de la república. En otras palabras, hay una sucesión de primarias y finalmente la Asamblea Nacional tiene el mismo rol que los electores estadunidenses: elegir al presidente.
Y en materia de derechos humanos, en Cuba nunca han sucedido los hechos que Estados Unidos ha protagonizado y promovido. Con las técnicas que se enseñaron y practicaron en la estadunidense Escuela de las Américas, que cambió de nombre al ser trasladada de Panamá a suelo norteamericano, se torturó, vejó y degradó a decenas de miles de latinoamericanos en el período de las dictaduras impuestas desde Washington. Esas mismas torturas se han aplicado después en Guantánamo, Abu Graib y las cárceles secretas de la CIA.
En América del Sur se adiestraron perros que violaron a hombres y mujeres, con ese antecedente no es difícil determinar qué hacían los perros en la cárcel de Abu Graib, el terror en las caras de los prisioneros era suficientemente ilustrativo.
El G-20
Llegamos así a la reunión del Grupo de los 20 que se realizó en Londres. Su tarea no podía limitarse a aprobar nuevos paquetes de estímulos financieros, porque el sistema estadunidense permite echar a andar la impresora y disponer de muchos billetes, pero los europeos no se manejan de la misma forma y emitir billetes no es la solución. Lo que se requiere es cambiar el orden económico existente. Hace ya varios años que se está advirtiendo que los acuerdos de Bretón Woods están en crisis, sin embargo no se había hecho nada para modificarlos.
Obama se reunió por primera vez con los más importantes líderes políticos a nivel mundial y había curiosidad por saber si tendría el liderazgo necesario en estas circunstancias, lo que está en relación directa con la pérdida o no de la hegemonía estadunidense.
– Frida Modak, periodista, fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende.