Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Mientras guardias de seguridad me tenían agarrada en el Centro de Convenciones de Washington en la conferencia de AIPAC (Comité de Asuntos Públicos Israel-EE.UU, el principal lobby israelí en EE.UU.) por desplegar una pancarta que preguntaba «¿Y qué pasa en Gaza?» me dolía el corazón. No me molestaban tanto los corpulentos guardias que jalaban con fuerza mis brazos tras mi espalda y me arrastraban junto con otros 5 miembros de CODEPINK para expulsarnos de la sala. Estaban haciendo su trabajo.
Lo que hacía doler mi corazón era el odio que sentía contra el personal de AIPAC que desgarró la pancarta y que me golpeó en la boca cuando traté de gritar: «¿Qué pasa en Gaza?» ¿Qué pasa con los niños?»
«¡Cierra la puta boca! ¡ Cierra la puta boca!», gritó uno de los empleados, con la cara enrojecida y sudada mientras corría a mi lado. «No es un sitio para decir esa mierda. ¡Vete al diablo ahora mismo!»
Lo que hace doler mi corazón es pensar en los niños traumados que encontré en mi reciente viaje de Gaza, y cómo su sufrimiento es negado por los 6.000 participantes en la convención de AIPAC que viven en una burbuja dentro de otra burbuja en la cual Israel es la víctima y todos sus críticos son amantes antisemitas de terroristas o, como en mi caso, judíos que se odian a sí mismos.
Me fascinó que el director ejecutivo de AIPAC, Howard Kohr, haya abierto la conferencia admitiendo que ahora hay una inmensa campaña internacional contra las políticas de Israel. Describió a 30.000 personas marchando en España, a sindicalistas italianos pidiendo el boicot de productos israelíes, al Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobando 26 resoluciones de condena de Israel, una Semana del Apartheid Israelí que estructura una campaña global de boicot, desinversión y sanciones.
Este movimiento global, advirtió, emana de Oriente Próximo, tiene su eco en las salas de Naciones Unidas y en las capitales de Europa, es expresado en reuniones de organizaciones internacionales por la paz, y se extiende por todo EE.UU. – desde los medios a reuniones en consejos municipales, desde los campus a las plazas en las ciudades. «Esta campaña ya no se limita a las desvaríos de la extrema izquierda o de la extrema derecha políticas,» se lamentó, «sino entra cada vez más a la corriente dominante estadounidense.»
Pero Kohr no explicó por qué ha habido una semejante explosión en este movimiento, incluso en la comunidad judía estadounidense. No dijo a los participantes que el mundo se horrorizó e indignó por el devastador ataque de Israel contra Gaza durante 22 días, que dejó a más de 1.300 muertos – sobre todo mujeres y niños. No mencionó las muertes de civiles que huían de sus casas, el uso de fósforo blanco, el bombardeo de casas, escuelas, mezquitas, hospitales, edificios de Naciones Unidas, fábricas. No habló del continuo y cruel bloqueo de la Franja de Gaza que impide que ayuda humanitaria desesperadamente necesitada llegue a 1,5 millones de personas y que impide la reconstrucción.
No hubo seminarios en la conferencia por grupos de derechos humanos como Amnistía Internacional que llaman a una inmediata y exhaustiva suspensión de las entregas de armas a Israel. En su lugar, uno tras otro, responsables elegidos de EE.UU., ansiosos de hacer favores a AIPAC, prometieron un continuo apoyo financiero de EE.UU. a Israel. El senador Kerry, a pesar de que fue uno del puñado de legisladores que visitaron Gaza, no dijo una palabra sobre la masiva destrucción que presenció y prometió que como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado haría todo lo posible por asegurar que los 30.000 millones de dólares en ayuda militar a Israel, «sean entregados en su totalidad.» «EE.UU. continuará su ayuda militar, e Israel mantendrá su poderío militar,» insistió. En lugar de llamar a conversaciones con el gobierno democráticamente elegido de Hamas, Kerry dijo: «Hamás ya ha ganado una elección – no podemos permitir que gane otra.» Terminó su discurso gritando varias veces en hebrero: «¡Am Yisrael Chai! – ¡Israel vive!»
Incluso el vicepresidente Biden, quien por lo menos dijo a AIPAC que Israel debería congelar toda nueva actividad de asentamientos, no dijo una palabra sobre la continua crisis humanitaria causada por la invasión israelí y el continuo bloqueo de Gaza. Ningún funcionario de EE.UU., y hubo cientos en la conferencia, se atrevió a hacerse eco del llamado de Naciones Unidas o de la comunidad mundial a levantar el sitio de Gaza.
El congresista republicano Eric Cantor fue uno de los oradores más emotivos, al describir a Israel como víctima de un maligno movimiento global determinado a eliminar a Israel y a todos los judíos. Evocando a «las temblorosas víctimas desnudas arreadas a las cámaras de gas,» se preguntó cuándo sería demasiado tarde para proteger a Israel. «¿Cuándo es demasiado tarde?» repitió una y otra vez.
Me pregunto lo mismo. ¿Cuándo será demasiado tarde?, me pregunto, ¿para impedir que Israel se destruya a sí mismo? ¿Cuándo será demasiado tarde para decir a los participantes en AIPAC que más violencia y odio no es la respuesta? ¿Cuándo será demasiado tarde para abrir los corazones endurecidos de mi pueblo, otrora víctima de un terrible holocausto, para darse cuenta de que al ocupar Palestina nos hemos convertido en el mal que deploran? ¿Cuándo será demasiado tarde para que los judíos del mundo lloren por los niños de Gaza, reconociendo que ellos, también, son hijos de Dios?
No pude formular mis preguntas en AIPAC. Mi boca fue amordazada por manos empapadas en sudor de empleados llenos de odio que exigían «¡Cierra la puta boca!» Pero a pesar de los inmensos fondos e influencia de AIPAC, estoy segura de que más y más miembros de la comunidad judía se levantarán y se negarán a guardar silencio. Sólo rezo para que no sea demasiado tarde.
Para información sobre futuras delegaciones a Gaza, vea: www.codepinkalert.org/gaza.
———–
Medea Benjamin ([email protected]) es cofundadora de Global Exchange (www.globalexchange.org) and CODEPINK: Women for Peace (www.codepinkalert.org).
http://informationclearinghouse.info/article22563.htm