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Nucleares en España

El nuevo intento de ubicar el cementerio nuclear va a fracasar

Fuentes: Ecologistas en Acción

Ecologistas en Acción pronostica que el nuevo intento de buscar un candidato para instalar el Almacén Transitorio Centralizado (ATC) va a fracasar. Los intentos anteriores se han encontrado, al igual que lo hará éste, con la oposición de la población de las zonas amenazadas, por lo que lo más probable es que el Gobierno y […]

Ecologistas en Acción pronostica que el nuevo intento de buscar un candidato para instalar el Almacén Transitorio Centralizado (ATC) va a fracasar. Los intentos anteriores se han encontrado, al igual que lo hará éste, con la oposición de la población de las zonas amenazadas, por lo que lo más probable es que el Gobierno y la industria nuclear no cuenten con el consenso necesario para esta instalación. No se pude conseguir un consenso sobre la gestión de los residuos radiactivos en tanto no se establezca un calendario de cierre de las centrales nucleares.

En el día 23 de diciembre, víspera de Nochebuena, se ha dado el nuevo pistoletazo de salida para la construcción del ATC. Se trata de un nuevo intento por parte del Gobierno y de la industria nuclear para buscar un emplazamiento donde se depositarán los residuos radiactivos de alta actividad procedentes de todas las centrales nucleares españolas durante al menos 60 años. Según los responsables de ENRESA (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos) no se instalará el ATC en una zona donde no exista consenso a favor de la construcción de esta instalación. Y es justo la falta de este requisito lo que ha detenido todos los intentos de construcción del cementerio nuclear centralizado. El propio anuncio en estas fechas cercanas a Navidad, rodeadas de una desmovilización social, es un indicio de los temores del Gobierno a un nuevo fracaso.

Las movilizaciones realizadas durante todos estos meses en los pueblos amenazados, especialmente en torno al pueblo Yebra (Guadalajara), han puesto de manifiesto que, lejos de existir un consenso social a favor de tal instalación, las comarcas cercanas a los posibles pueblos candidatos están en contra de la construcción del ATC. Tanto en Guadalajara, como en Tarragona y Burgos, las poblaciones se han posicionado en contra del ATC. Sin embargo, el tiempo corre en contra de los intereses de la industria nuclear y no han podido esperar más a iniciar este proceso porque en 2013 y 2014 se saturan las piscinas de combustible gastado de las centrales nucleares de Ascó (Tarragona) y Cofrentes (Valencia), respectivamente, por lo que el cementerio nuclear deberá estar listo para entonces, o los propietarios de las centrales se verán condenados a construir sendos cementerios nucleares individuales.

Según le consta a la organización Ecologistas en Acción, durante todos estos meses se han estado produciendo contactos y negociaciones entre varios municipios y responsables de ENRESA para intentar fijar un candidato para el emplazamiento del ATC. La premura de tiempo ha obligado a comenzar el proceso, aún contando con el riesgo del fracaso de este nuevo intento. Las protestas de los vecinos y la situación política local en los diferentes emplazamientos van a impedir casi con toda seguridad alcanzar un consenso.

El ATC es una instalación muy problemática que suma los peligrosos transportes especiales a los riesgos de la manipulación de los residuos de alta actividad. Es obvio que el ATC espantará a las otras posibles actividades económicas que se puedan dar en la zona, por lo que condenaría a esa comarca a vivir de los subsidios que ENRESA le otorgue. Se tratará de un «monocultivo económico» que hipotecará el futuro de la comarca e impedirá su verdadero desarrollo. Las compensaciones económicas no serán suficiente compensación, porque además serán controladas por los alcaldes, con las consiguientes arbitrariedades que pueden producirse. Además los puestos de trabajo permanentes sólo procederán en una minoría de las comarcas por ser demasiado especializados.

Para Francisco Castejón de Ecologistas en Acción «la única forma de conseguir un consenso sobre la gestión de los residuos de alta actividad es establecer un calendario de cierre de las centrales nucleares. Este es un requisito obligado tanto desde el punto de vista técnico como social. Es imprescindible limitar la cantidad total de residuos a gestionar para dimensionar las instalaciones así como lo es para conseguir convencer a los pueblos de que la pesadilla del cementerio nuclear estará limitada».