– Naciste en el Sahara Occidental pero pasaste gran parte de tu infancia y adolescencia en Cuba ¿Cómo y cuándo surge esta oportunidad de ir a Cuba a estudiar? – Cuba ofertó a niños y niñas saharauis que vivíamos en el exilio la oportunidad de formarnos. Fuimos seleccionados 500 alumnos para cursar estudios en la […]
– Naciste en el Sahara Occidental pero pasaste gran parte de tu infancia y adolescencia en Cuba ¿Cómo y cuándo surge esta oportunidad de ir a Cuba a estudiar?
– Cuba ofertó a niños y niñas saharauis que vivíamos en el exilio la oportunidad de formarnos. Fuimos seleccionados 500 alumnos para cursar estudios en la Isla. Fue una experiencia que cambió totalmente mi vida, no era algo que podía soñar mi familia o mis parientes y marcó mi vida para siempre. Me siento como una cubana más porque pasé 13 años de mi vida en Cuba, fue algo muy bueno y me siento agradecida.
– Te gradúas en Ingeniería de Telecomunicaciones en Santiago de Cuba ¿Cómo es el regreso al Sahara tras tu estancia caribeña?
– Me gradué en el año 1995 en Ingeniería de Telecomunicaciones Electrónicas. Regresé, tenía muchas ganas de ayudar a mi gente y conocer las condiciones en que vivían. Fue muy duro por las condiciones climatológicas que se soportan. Fue horrible saborear mi propio vino porque era muy amargo. Odiaba que la tierra se mezclara con mi cabello, con mi cuerpo, no me gustaba la visión que no era verde, yo veía solamente desierto rojo. Pero me tuve que acostumbrar, decir adiós a la bella experiencia que viví en Cuba con aquellas bellas vistas. Fue muy duro pero también muy enriquecedor.
-Tras este período de aclimatación decides hacer algo por el pueblo saharaui y por las mujeres en particular, ¿cómo encaminas a nivel profesional tu vida al regresar?
– Cuando estás en un campo de refugiados eres tú y la suerte, yo quería ser ingeniera, quería trabajar, pero en un campo de refugiados no hay muchas posibilidades de explotar lo que tú has estudiado. Por tanto, lo primero que hice fue trabajar en la misión de las Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental. Luego trabajé con la Unión Nacional de Mujeres Saharauis, porque para mí las mujeres son el eje principal de la lucha del pueblo saharaui. Son mujeres que siguen dando mucho y merecen mucho, por eso yo me centré en las mujeres y en su desarrollo y empoderamiento. En el año 1999 fundé una escuela de formación de mujeres en el campamento de Dajla, en el sitio más remoto. Me siento orgullosa, porque las mujeres vienen a buscar conocimiento con otras mujeres iguales que ellas y es un espacio al que no sólo vienen para buscar formación, sino también para salir de la horrible rutina de un campo de refugiados. Y también aprenden otras cosas, como diferentes lenguas, o la utilización de los medios audiovisuales. Aprenden muchas cosas que comparten entre ellas.
– Háblanos de los programas de solidaridad Cuba-Sahara.
– Es un programa único en su tipo, porque Cuba es un país que oferta becas a los países del Tercer Mundo, 132 nacionalidades se han beneficiado de este proyecto de formación en todos los ámbitos. La solidaridad cubana ha marcado mucho la lucha del pueblo saharaui, porque hay un toque caribeño en esa lucha, hay mucha revolución y resistencia y ganas de cambiar la realidad. Cuando vas a los campos de refugiados ves que en las instituciones, en la escuela, en el gobierno, hay gente que ha estudiado en Cuba y realmente hay un toque caribeño de vitalidad, resistencia y voluntariedad, de internacionalismo, y de compartir y ser buenos con los demás. Ser útiles para cambiar la triste realidad que viven nuestros países del Sur.
-Marruecos denuncia a Cuba por su colaboración con el Sáhara Occidental…
– El malestar que ha sentido nuestro enemigo por este auge de gente con iniciativa, gente capaz de llevar instituciones, de llevar la resistencia del pueblo saharaui hizo que Marruecos llevara una denuncia al Alto Comisionado de las Naciones Unidas, diciendo que los niños saharauis son explotados sexualmente, que nos quitaban los órganos, que las familias cubanas nos utilizaban para hacerles recados… Yo me quedé sorprendida al ver las tonterías que estaban diciendo, porque estaban hiriendo un verdadero plan de solidaridad que ellos no pueden hacer para su gente con los medios que tienen y desvían millones de dólares en intentar desprestigiar este gran plan de solidaridad de Cuba con el mundo.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas fue a la Isla de la Juventud, a ver a los saharauis que estudiaban en Cuba y comprobó sobre el terreno que todas esas alucinaciones de Marruecos eran meras mentiras, han visto que son niños que están estudiando en condiciones normales, donde se les inculca su religión, su cultura y donde no hay nada de lo que menciona la denuncia de Marruecos.
– Para finalizar, ¿cuál es la situación actual del pueblo saharaui y qué le demandarías a la Comunidad internacional?
– El pueblo saharaui es un pueblo pacífico que está esperando que la Comunidad internacional se levante con una buena voluntad política para resolver de una vez por todas el tema del Sáhara Occidental. Este silencio, esta espalda que le están dando al pueblo saharaui nos está decepcionando.
Este silencio está creando radicalización y cada día más voces piden que volvamos a las armas, porque el mundo entero se está riendo de nuestra resistencia pacífica. Nos sentimos muy tristes de que la lucha pacífica de un pueblo por sus derechos tenga que tornarse en no pacífica. Simplemente demandamos tener un referéndum y escoger qué queremos ser. Si los saharauis escogen ser marroquíes, bien por los saharauis, el tema está resuelto. Y pienso que la Comunidad internacional está dando la espalda a esta resistencia pacífica que nos lleva a la radicalización y posiblemente a una masacre y una tragedia en el Sahara.