EEUU y el Estado francés elevaron ayer su tono contra el régimen sirio de Bashar al-Assad, cuya legitimidad cuestionan, unas horas antes de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenara «en los términos más enérgicos» los incidentes ocurridos la víspera en torno a las embajadas estadounidense y francesa, en Damasco. Los quince miembros […]
EEUU y el Estado francés elevaron ayer su tono contra el régimen sirio de Bashar al-Assad, cuya legitimidad cuestionan, unas horas antes de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenara «en los términos más enérgicos» los incidentes ocurridos la víspera en torno a las embajadas estadounidense y francesa, en Damasco.
Los quince miembros del Consejo de Seguridad solicitaron a las autoridades sirias que protejan las propiedades y al personal diplomático de las embajadas.
Los países occidentales mantienen que las embajadas fueron asaltadas por partidarios del presidente sirio como protesta por la visita el pasado viernes de los embajadores de EEUU y Estado francés a la ciudad de Hama, uno de los principales focos de las manifestaciones antigubernamentales.
Ayer, tras la lectura del comunicado de condena por parte del presidente de turno del Consejo, el embajador alemán Peter Witting, su homólogo sirio ante ese órgano, Bashar Ja’afari, acusó a París y Washington de estar distorsionando y exagerando la realidad de lo ocurrido en torno a sus sedes diplomáticas.
Recalcó que las autoridades sirias intentaron proteger ambas embajadas y destacó que algunos de los manifestantes que participaron en los incidentes han sido arrestados y serán puestos a disposición judicial.
Unas horas antes de la condena de la ONU, el Estado francés denunció el «silencio» de este organismo ante la represión contra los opositores al régimen de Al-Assad, cuya legitimidad volvió a ser cuestionada por Washington.
El Gobierno sirio criticó ayer «enérgicamente» las declaraciones de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, quien indicó que «el presidente sirio no es indispensable» y agregó que «perdió legitimidad, fracasó en cumplir sus promesas, buscó y aceptó la ayuda de Irán (…) para reprimir a su pueblo». Damasco consideró que se trataba de una demostración suplementaria de injerencia flagrante de EEUU en los asuntos internos sirios» que únicamente incita a «prolongar la crisis».
Hasta ahora, EEUU no había pedido la dimisión de Al-Assad.
París, por su parte, trató de aumentar la presión sobre el Consejo de Seguridad para intentar convencer a Rusia de que suscriba una resolución que condene la represión contra los manifestantes. El primer ministro, François Fillon, calificó de «insoportable» el «silencio» del Consejo de Seguridad sobre la violencia en Siria y que Al-Assad «ha sobrepasado todos los límites».