Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis y revisado por Caty R
Centenares de personas participaron el viernes en una concentración en Jerusalén protestando por la demanda de elementos religiosos ortodoxos judíos (haredi) para evitar a las mujeres formar parte de la vida pública en Israel. Este es el cuarto acontecimiento que ocurre en Jerusalén después de un número de incidentes en los cuales apartaron a las mujeres de los lugares públicos, incluyendo la retirada de figuras femeninas de campañas de anuncios y la separación de sexos durante las celebraciones de la Simchat Tora en Mea Shearim.
Tenemos una voz», una invitación a la manifestación de Jerusalén, ayer [viernes 23 de diciembre]
Tanya Rosenblit, una mujer que se negó a sentarse en la parte trasera de una autobús, que viajaba de Ashdod a Jerusalén, a pesar de las exigencias de los pasajeros haredi masculinos, concentró la protesta contra la exclusión de las mujeres de la esfera pública. «Estoy en paz con mis acciones. Hay unos derechos básicos que ningún individuo o colectivo puede arrebatarnos. El dominio público debe ser libre, y la gente debe permitirse actuar como considere apropiado -trabajar, vestir, comer y viajar- para moverse hacia dondequiera que desee», dijo Rosenblit después de la concentración.