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Sí a los recortes en gastos militares y policiales

Fuentes: Rebelión

Ahora que hay policías que van a manifestaciones. Y no me refiero a infiltrados o uniformados represores, sino a que van como manifestantes para exigir que no les quiten la paga extra y no les bajen el sueldo. Ahora que policías dicen que no van a personarse en desahucios. Ahora que van con la milonga […]

Ahora que hay policías que van a manifestaciones. Y no me refiero a infiltrados o uniformados represores, sino a que van como manifestantes para exigir que no les quiten la paga extra y no les bajen el sueldo. Ahora que policías dicen que no van a personarse en desahucios. Ahora que van con la milonga de que están disminuyendo las partidas militares y policiales y que no tienen recursos para hacer bien su trabajo. Ahora es el momento de recordar algunos datos y anticiparnos a lo que nos viene: una escalada brutal de la militarización de la sociedad.

¿Quién dijo crisis?

Algunas comparaciones, a bote pronto. Un tanque «M1 A1 Abrams» equivale a 5 centros culturales. 3 misiles «Tomahawck» a 2 escuelas infantiles. 1 helicóptero «Eurocopter Tigre» a la atención social de 30.000 personas con necesidad extrema; 1 cazabombardero «F-22» (sin armamento) a 3 hospitales.

¿Falta el dinero o nos están engañando?

El gasto militar para 2013 está previsto en 28.897,54 millones de euros, de acuerdo con el criterio de la OTAN, organización criminal a la que el estado español pertenece. En el presupuesto del ministerio de la guerra (Defensa dicen ellos) en 2013 es de 5.913,65 millones de euros.

¿Dónde queda la diferencia? ¿Desaparecen 7 de cada 10 euros?

La diferencia entre el gasto militar real y el destinado al ministerio es de 22.983,89 ¡millones! de euros. Este dinero llega a través de partidas ocultas, escondidas en otros ministerios: Interior, Exteriores, Industria,… y también en la Seguridad Social.

Además, es habitual que a lo largo del año, como en anteriores, se habiliten créditos extra-presupuestarios que pueden rondar los 2.000 millones más.

Si estas cifras te dan vertigo, te las explicamos de otro modo: El gasto militar supone 79,17 mllones de euros cada día. Por persona nos toca a 614,8 euros al año a cada una de nosotras.

A pesar de semejante fortuna, la deudad militar por compra de armas asciende a 31.000 millones de euros. Es decir, es un tercio de la deuda pública española. A pesar que de que el estado español es la 7ª potencia en venta de armas. Sí, esas armas que solo sirven para matar, mutilar y herir a seres vivos. A menudo, civiles, indefensos y no cumpables de las guerras en que les meten.

Por otra parte, la partida de material antidisturbios, como se anunció hace unos días, ha subido un 1.700% con respecto al 2012. Sí, has leido bien, se ha multiplicado por 17.

¿Y esa millonada a dónde va dirigida?

Tres cuartas partes del presupuesto militar del ministerio va para pagar el sueldo de los militares, que en 2013 podrían llegar hasta 80.000 efectivos. Resaltamos que en el ejército español hay un número enorme de altos cargos, que no me quiero ni imaginar lo que cobran. Además, nuestros dineros, los de todos, van para pagar sus compras de armas, formación militar, personal en reserva, logística, mutuas, asistencia hospitalaria y sanitaria, administración,… sin olvidar los gastos de la Guardia Civil, partidas camufladas de I+D militar, aportaciones a la OTAN y la UE, ni el servicio de espionaje (que lo meten en Presidencia) o las misiones internacionales que son salen por un ojo de la cara (pelotazos de goma aparte).

Hay otros costos militares que no computan, que no se contabilizan en euros: el costo de las vidas propias y ajenas que se pierden en actividades militares, los heridos en los distintos conflictos, los refugiados y desplazadas, la deuda ecológica que suponen las prácticas militares (incendios y destrucción de bosques, contaminación, sobreexplotación de recursos), la violencia estructural que imponen, la violencia cultural que promueven,.. y todo cuanto perdemos en desarrollo humano por malgastar recursos que podríamos utilizar en actividades socialmente justas.

¿Qué alernativas podemos construir? Gastos militares para necesidades sociales. Asistimos a una creciente militarización de la sociedad. Y, como vemos y sufrimos, esto se refleja en las calles y también en las cuentas públicas.

Desde estas líneas reivindicamos un plan de desarme que camine hacia la disolución de las fuerzas represivas. Militares y también policiales.

¿Y eso cómo se hace, cómo caminamos hacia esa utopía?

En la nueva contitución constituyente (la que escribamos entre todas) rechazaremos la guerra como forma de resolución de conflictos; mientras, promovemos la investigación y desarrollo de métodos no violentos para la resolución de los mismos; exigimos transparencia en los presupuestos; explicamos a más gente la insumisión fiscal al gasto militar (algo que hace años que algunos practivamos); pedimos cancelar la compra de armas, misiles, aviones no tripulados y todo tipo de tecnología par fabricada para matar; promovemos el diálogo politico internacional y la solidaridad entre los pueblos; nos salimos de la OTAN y damos otro uso a las bases militares ; retiramos tropas en misiones internacionales; luchamos por la justicia y la soberanía de los pueblos; boicoteamos a los señores de la guerra y nos organizsamos contra la represión policial.

No queremos ser cómplices de las injusticias, de un sistema depredador y canibal, de la violación sistemática de los derechos humanos, animales y de la Tierra. Queremos un mundo sin guerras, sin ocupaciones ilegales, sin represión, sin exclusión, patriarcado, violencia y discriminación.

¡Disolución de las fuerzas represivas!

Gastos militares para necesidades sociales.

Gastos policiales para escuelas y hospitales.

Este texto parte de un análisis completísimo sobre los Presupuestos militares para 2013 elaborado por el colectivo Utopía Contagiosa.

Nacho Escartín Lasierra, La enredadera de Radio Topo

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.