Estados Unidos tiene mucho que ocultar para enfrentar la crisis económica interna que agobia al imperio y para mantener su hegemonía en el mundo. El falso pretexto esgrimido por el Premio Nobel de La Paz, Barack Obama, y sus secuaces, sobre el supuesto uso de armas químicas por parte de las Fuerzas Armadas sirias fue […]
Estados Unidos tiene mucho que ocultar para enfrentar la crisis económica interna que agobia al imperio y para mantener su hegemonía en el mundo.
El falso pretexto esgrimido por el Premio Nobel de La Paz, Barack Obama, y sus secuaces, sobre el supuesto uso de armas químicas por parte de las Fuerzas Armadas sirias fue rápidamente desmontado por la hábil reacción de Rusia, China y los medios alternativos que mostraron las imágenes tomadas por los propios grupos mercenarios manipulando ese tipo de armamento. 11 terroristas que se disponían a cruzar las fronteras rumbo a territorio sirio habían sido capturados en posesión de gas sarín por las autoridades turcas. Los halcones imperiales quedaron desnudos y solos. EE.UU., Israel, UK y Francia habían sido derrotados por Rusia y China en el terreno diplomático en Naciones Unidas, mientras sus mercenarios están siendo derrotados en el terreno militar en Siria.
Los estrategas imperiales se han metido en aprietos. Muchos en el mundo se preguntan ¿Quiénes suministraron armas químicas a los mercenarios que luchan en Siria contra el gobierno legítimo de Bashar Al Assad? ¿Por qué EE.UU. apoya a grupos terroristas vinculados con Al Qaeda? ¿Qué relación tienen estos grupos que combaten en Siria con los terroristas de Al Shabab que amenazan a Kenia y los que combatieron en Mali? ¿Puede EE.UU. controlar a sus propios mercenarios? ¿Qué pretende ocultar EE.UU.?
Cada día surgen nuevas informaciones que revelan al mundo los verdaderos intereses que promueven la política exterior belicista del imperialismo estadounidense. Un estudio realizado por el Instituto de Investigación de la Paz de Estocolmo señala que 7 de las 10 empresas que más ganan dinero en el mundo pertenecen al Complejo Militar Industrial estadounidense*.
Entre estas resaltan: 1. Lockheed Martin (EE UU); 2. BAE Systems (Reino Unido); 3. Boeing (EE UU); 4. Northrop Grumman (EE UU); 5. General Dynamics (EE UU); 6. Raytheon (EE UU); 7. EADS (UE); 8. Finmeccanica (Italia); 9. L-3 Communications (EE UU); 10. United Technologies (EE UU)».*
Pero mientras unos pocos capitalistas amasan fortunas haciendo uso de los fondos públicos para derramar la sangre de millones en todo el mundo, la suerte de la mayoría de los estadounidenses es echada a la basura.
Para el reconocido periodista estadounidense David Brooks en uno de sus últimos artículos titulado «Saldos», la Clase Media de su país esta siendo destruida por las actuales políticas neoliberales orquestada por la plutocracia depredadora e insaciable estadounidense. Brooks cita en su escrito al economista y premio Nobel Joseph Stiglitz, cuando este refiere que el 95 por ciento de los beneficios económicos logrados en Estados Unidos entre 2009 y 2012 se canalizaron al 1 por ciento más rico del país quienes captan más de una quinta parte del ingreso nacional. Stiglitz concluye: nos hemos convertido en el país avanzado con el nivel más alto de desigualdad, con la brecha más amplia entre ricos y pobres.
Según «Desde el fin de esa crisis en 2009, el 5 por ciento más rico ha recuperado sus pérdidas y obtuvieron ingresos en 2012 casi equivalentes a los que tenían antes de la recesión. Pero el 80 por ciento de abajo gana bastante menos que antes. Mientras tanto, hace 36 años, 11.6 por ciento de estadounidenses estaban oficialmente clasificados como pobres. Empleando la misma fórmula para medir la pobreza, la cual ofrece un cálculo muy conservador, la cifra hoy es de 15 por ciento, y más de uno de cada cinco niños (21.8 por ciento) vive en la pobreza, según cifras oficiales»**.
El investigador Brooks afirma que el sueño americano está en jaque. Según nuevos datos del censo de Estados Unidos «para la gran mayoría de estadounidenses hubo nulo progreso económico en los últimos 25 años, o sea, toda una generación. El hogar típico obtuvo ingresos de poco más de 51 mil dólares anuales, casi lo mismo que hace 25 años’**.
La administración Obama enfrenta la peor crisis política y económica de la historia de su país. Al igual que George W. Bush, su sucesor Barack Obama ya no puede ocultar la verdad de su país y se encuentra cada día más desacreditado ante el mundo. Nuevamente Obama solicita al congreso estadounidense aumentar el techo de la deuda que hoy sobrepasa la astronómica cifra de 16.5 billones de dólares para hacer frente a la crisis interna que hoy muchos reconocidos investigadores estadounidenses advierten contra una nueva burbuja-crisis económica que estaría por explotar en el 2014. Mientras Estados completos como Dretoit, entre otros, se declaran oficialmente en quiebra y no poseen suficientes recursos para pagar todos los salarios y toda la deuda interna de su país.
Entre los intereses del Complejo Militar Industrial y los del pueblo estadounidense, Barack Obama no puede escoger por la segunda opción porque es esclavo de los primeros.
Para la administración Obama y sus predecesores, el desastre interno que vive EE.UU. tiene su válvula de alivio en la brutal política exterior de «guerras infinitas». Aunque el ideólogo de la actual administración estadounidense Zbigniew Brzezinski no descanse en criticar la miopía geoestratégica de los republicanos y democráticas que por su obsesión con Israel, el Golfo Pérsico, Irak e Irán han perdido de vista el cuadro global donde Rusia y China conforman las verdaderas amenazas a la hegemonía estadounidense (los únicos países con una verdadera capacidad de resistir a Estados Unidos e Inglaterra y sobre los cuales tendrían que fijar su atención ***), las cartas ya están echadas.
Fuentes:
* http://economia.noticias24.com/noticia/107924/el-negocio-de-la-guerra-cuanto-ganan-las-empresas-armamentistas-gracias-a-los-conflictos-belicos/
** http://www.rebelion.org/noticia.php?id=174420&titular=saldos-
*** http://www.rebelion.org/noticia.php?id=173984
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.