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Mariam Cortas, viuda del escritor Edward Said

«Sólo habrá un Estado»

Fuentes: Página 12

Israel quiere darle una lección a Hamas, pero sólo está castigando a la población palestina. Mariam Cortas de Said (foto) es categórica a la hora de hablar sobre los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza. La reconocida activista y viuda del escritor palestino-estadounidense Edward Said criticó con dureza la indiferencia de Estados Unidos y […]

Israel quiere darle una lección a Hamas, pero sólo está castigando a la población palestina. Mariam Cortas de Said (foto) es categórica a la hora de hablar sobre los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza. La reconocida activista y viuda del escritor palestino-estadounidense Edward Said criticó con dureza la indiferencia de Estados Unidos y algunos países árabes frente a la operación Borde Protector llevada adelante por Israel. «El mundo no puede permitir que esto siga ocurriendo. Estoy muy enojada con Estados Unidos por apoyar esta situación, que sólo afecta a civiles y a niños, principalmente. Esto es contrario a cualquier ley, a cualquier país civilizado», dijo a Página/12. En su cuarta visita a la Argentina será distinguida con el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Tres de Febrero, junto al director de orquesta Daniel Barenboim y a su marido -en un reconocimiento posmortem-. Ambos fueron los creadores de la Orquesta East-Western Divan.

El proyecto que busca acercar a israelíes y palestinos nació gracias a la iniciativa de estos dos amigos en Weimar en 1999, cuando la ciudad alemana ostentaba el título de Capital Europea de la Cultura. Por falta de presupuesto, la orquesta se mudó por un tiempo a Estados Unidos hasta establecerse definitivamente en Sevilla en 2002. «Luego se creó la Fundación Barenboim-Said, que recibió el dinero necesario para continuar con el taller y hacer las giras. Eso nos permitió expresar el mensaje por todo el mundo. Es un proyecto muy exitoso, pero alcanzar nuestro objetivo es difícil. No es nada fácil con lo que pasa constantemente en Medio Oriente», admitió Cortas de Said.

Libanesa de nacimiento, Cortas de Said conoce muy bien la dinámica de la región y no es optimista ante una posible tregua entre Hamas e Israel. «Es una masacre terrible. El problema es que hay una desproporción enorme entre el ejército israelí, que tiene un equipamiento moderno, y una organización que trata de resistir una ocupación y un bloqueo. Quieren terminar con Hamas, pero no lo van a lograr. Cuando estás en una prisión a cielo abierto sometido a un bloqueo por nueve años no vas a rendirte, porque no tenés nada que perder. Vas a continuar la lucha. Ahora Hamas lanza estos estúpidos cohetes. No creo en las soluciones militares», sostuvo, y agregó que el modo de terminar con el conflicto es mediante una resistencia pacífica.

En tanto, consideró que la estrategia de «dos Estados para dos pueblos» es inviable y reconoció que, dados los hechos, es más realista pensar en un modelo similar al de la Sudáfrica del posapartheid. «No creo que vaya a existir un Estado palestino. Los hechos lo demuestran. La política de asentamientos en Cisjordania no va a ser revertida. Al final, sólo habrá un único Estado. Eso es lo que parece ahora. La tierra es limitada y está divida en pequeños enclaves. No hay continuidad para un Estado palestino», afirmó con amargura.

Cortas de Said también destacó la complicidad de Estados Unidos, Arabia Saudita y Egipto con la política belicista de Israel. «Nuestros mayores problemas vienen de países como Arabia Saudita. Tienen dinero e influencia y lo único que les importa es sobrevivir. Ellos juegan con la religión y crean situaciones problemáticas. Los sauditas y los aliados de Estados Unidos van a hacer lo que ellos pacten. Sólo hablan y envían alimentos a la población de Gaza, lo cual es insultante. Egipto, por su parte, está fuera de juego. Con todos los problemas que tiene, no quieren lidiar con lo que pasa en Gaza. Y al hacer eso, están empeorando la situación», aseguró en relación con el cierre del paso fronterizo de Rafah.

Al mismo tiempo, cuestionó la eficacia de Naciones Unidas para intervenir en el conflicto. «La ONU es una organización muy limitada. Ahora que la han atacado tanto y que la población está alzando su voz, la voz de Naciones Unidas se escucha un poco más fuerte. Pero Estados Unidos no deja que la ONU funcione correctamente. Si algo no le gusta, lo veta. Entonces, la ONU es poco efectiva», sentenció Cortas de Said. «Por un rato el mundo condenará a Israel y en poco tiempo la gente se olvidará. Luego crearán nueva propaganda. Cuando uno lee los diarios en Estados Unidos nos damos cuenta que la gente está a favor de este ataque», agregó.

Con su marido compartió el compromiso con la causa palestina. Después de casados, se instalaron en Nueva York, donde comenzaron a trabajar con distintas organizaciones árabes. En 2002, un año antes de su muerte, Edward Said apoyó la creación de una nueva fuerza política capaz de quebrar la hegemonía de Hamas y Al Fatah. «Al Mubadara -Iniciativa Nacional Palestina- fue un partido fundando por Mustafa Bargouthi, quien está aún en Palestina y es miembro del Parlamento. El comenzó con este movimiento. Mi marido y el doctor Abdul-Shafi lo apoyaron en esto. Es un partido progresista y secular que no está afiliado con ninguno de los movimientos existentes. No tiene nada que ver con un movimiento de liberación nacional, es simplemente un partido político que demanda justicia y el fin de la ocupación. Un partido para ayudar a Palestina», explicó.

Vicepresidenta de la Fundación Barenboim-Said y miembro fundadora del Comité Americano-Arabe contra la Discriminación (ADC), Cortas de Said reivindica la obra de su marido, especialmente su libro Orientalismo, en el que trabaja la mirada sobre Oriente desde del mundo occidental. «El orientalismo ha adoptado una forma diferente. Ahora existe la islamofobia. Se describe a los musulmanes de modo denigrante. Se crea una cierta imagen de Oriente y los orientales comienzan a creérsela y a incorporarla. El enfrentamiento actual entre sunnitas y chiítas es una forma de orientalismo. La religión es siempre una carga en todas partes del mundo. Si se quiere construir una nación no se puede privilegiar a un grupo por sobre el resto. Las naciones -concluyó- no deberían basarse en la religión.»

Fuente original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-252141-2014-08-03.html