En plena Guerra Civil, la ciudad acogió un trasiego de visitantes alemanes e italianos, al jefe de Propaganda de Portugal y a corresponsales británicos, franceses, letones o ucranianos como Holburn o Berniard.
Año a año, coincidiendo con el aniversario del bombardeo de Gernika, el periodista George Steer recibe un homenaje por haber sido de los primeros en describir al mundo con detalle la masacre que supuso el bombardeo de abril de 1937, que la propaganda franquista quería atribuir infundadamente a los “rojos”. 2023 no ha sido una excepción. Pero no fue, ni mucho menos, el único periodista extranjero sobre el terreno en aquellos días decisivos de la Guerra Civil. En Vitoria, donde la Alemania nazi y la Italia fascista irían instalando sus estados mayores, nuevos documentos en poder del Archivo Histórico Provincial de Álava (que suma los fondos de la Diputación y de los organismos del Estado en la provincia) acreditan un trasiego muy importante de corresponsales británicos, franceses y hasta ucranianos o letones, así como también de propagandistas alemanes, italianos y portugueses. Entre ellos, sobresalen los nombres de James Holburn, colega de Steer en ‘The Times’ pero empotrado en los territorios conquistados por los sublevados, Randolph Churchill, hijo de quien en la II Guerra Mundial sería primer ministro del Reino Unido y uno de los líderes mundiales más influyentes, Georges Berniard, primer fotógrafo que pisó la villa y luego detenido, o Antonio Ferro, uno de los más estrechos colaboradores del dictador portugués aliado de Francisco Franco António de Oliveira Salazar.
En aquella primavera, los hoteles de la ciudad –la primera en ser controlada por el bando franquista tras el golpe de Estado de julio de 1936– tuvieron un importante trasiego de huéspedes extranjeros. El Archivo dispone -en una caja del tamaño de una de zapatos- de una colección con cientos de fichas rellenadas a mano con datos más o menos completos de muchos de ellos. Se trata del denominado “Boletín de extranjeros” y hay fichas de 1936, 1937 y 1938, pero no de 1939. Están agrupadas en delicados montones atados con un cordel.
En pura teoría, cada una de ellas debería incluir el nombre, los apellidos, la profesión, el número de pasaporte, la duración y fecha de la estación, la procedencia y del destino, entre otros datos. No en todos los casos están rellenadas del todo y podrían darse casos de información ocultada de manera deliberada. Por ejemplo, muy pocos de los visitantes alemanes están reseñados como “militares” o “aviadores” y hay muchos “comerciantes”, “viajantes” y similares. Aunque la ciudad y el frente eran un nido de espías, lógicamente no consta la estancia de ninguno de ellos en el Frontón Hotel -la sede nazi- o en cualquiera de los otros alojamientos vitorianos.
En el caso de los nazis, no consta tampoco la ficha de Wolfram von Richthofen, por ejemplo. Él era el máximo mando de Legión Cóndor. Pero sí que en su mismo edificio, el Frontón Hotel, hubo incluso hasta un equipo de cine. Llegaron desde Berlín -el aeródromo de Salburua era una base aérea controlada por los nazis- y luego partieron a Sevilla. Así lo prueba la ficha de una joven de 28 años llamada “Cecilia”, con número de pasaporte 130R615 y cuya profesión declarada era “maquilladora de cine”. Por Vitoria pasaron igualmente periodistas y fotógrafos alemanes.
Es el mismo caso de los italianos. No están las fichas de los máximos mandos fascistas, como Ettore Bastico. Pero a los pocos días de Gernika llegó a la ciudad procedente de otra de las capitales franquistas, de Salamanca, el “senador del reino” Luigi Barzini, muy cercano a Galeazzo Ciano, yerno de Benito Mussolini y que sería recibido con honores en Vitoria y en Donostia al término de la guerra. Barzini era también periodista y escritor, colaboraba con ‘Il Corriere della Sera’. Estuvo hasta el 17 de mayo en el Frontón de la calle de San Prudencio, compartiendo hotel con el estado mayor nazi. Este rotativo tuvo corresponsalía fija en Vitoria durante la Guerra Civil y en su hemeroteca hay abundantes crónicas del desarrollo de la contienda firmadas desde la ciudad. Muchas de ellas llevan la firma de Achille Benedetti. También pasó por Vitoria Renzo Segàla, que luego lideraría la oficina de este diario lombardo en Berlín durante la II Guerra Mundial.
Menos conocida es la colaboración del régimen de Portugal con Franco en la Guerra Civil, aunque en los homenajes a las naciones amigas que hacían los golpistas también se la incluía. De hecho, Bilbao y Donostia tuvieron parques “de las tres naciones” dedicados a nazis, fascistas y salazaristas. Ferro, perfectamente identificado en su ficha como “director de propaganda” de Portugal estuvo en el Frontón Hotel en marzo de 1937, un mes antes del bombardeo de Gernika pero cuando ya se estaban ejecutando otras operaciones como el ataque de Durango. Aparentemente, vino en coche desde Lisboa ya que se registraron en el hotel un “chófer” llamado Alfonso Bernardino Silva, de 25 años y pasaporte 5458. Con ellos estuvo en la ciudad el periodista Jaime Carvalho.
Los corresponsales británicos y franceses
Más allá de propagandistas y militares, en Vitoria había también diplomáticos (Irlanda o Suiza) y corresponsales de periódicos de países democráticos. En las fichas hay datos de al menos tres reporteros franceses. Uno de ellos es el fotógrafo Georges Berniard. Fue el primero en acudir a la Gernika tomada ya por el bando sublevado el 29 de abril de 1937. Llegó desde zona republicana, desde Bilbao, y un libro sobre las diferencias de los mensajes sobre el bombardeo llegados desde Bilbao y Vitoria (‘Guernica! Guernica!: A study of a Journalism, Diplomacy, Propaganda, and History’) cuenta que tuvo que comerse los documentos que portaba metidos en su bocadillo y también que hubo de tirar un carrete para que los franquistas no pudieran revelar sus fotografías. Pese a ello, fue acusado de espionaje y enviado a Vitoria. Berniard trabajaba para ‘La Petite Gironde’ y fue interrogado en la capital alavesa tras ser detenido en Gernika, como prueba una fotografía tomada por los fascistas.
El británico James Holburn, que luego se haría más conocido como editor de prensa, se alojó en el hotel Francia de Vitoria entre el 8 y el 12 de abril de 1937, pero luego regresó tras el bombardeo. En su primera estancia, vino de Salamanca y luego partió a Donostia. El 26 de abril estaba en Francia, al lado de la frontera, pero acudió el 2 de mayo a Gernika y luego volvió a Vitoria. Sus primeras crónicas sobre Gernika iban visadas por la censura de Vitoria, recogían de fuentes franquistas la supuesta autoría republicana del destrozo de la villa vizcaína y fueron empleadas para reforzar la hipótesis que luego se demostró falaz por los datos aportados por su colega Steer, que describió al detalle la munición empleada y los aparatos nazis. Treinta años después, antes de morir, admitió que debió omitir algunas frases pero justificó que muchas de las referencias a la responsabilidad republicana iban con citas a fuentes franquistas y no como reflexiones de cosecha propia y que lo que se trataba era de burlar la censura vitoriana para dar a conocer lo esencial, que había habido un ataque militar de tres horas contra la villa foral. En cuanto a Randolph Churchill, que en 1940 fue elegido para ocupar un escaño ‘tory’ en Westminster, tenía el pasaporte británico 259.113 y 26 años durante su estancia en Vitoria. Se alojó también en el Francia y justo unos días después que Holburn, del 15 al 18. En su caso venía de Donostia y luego viajó a Salamanca.